Noticias Adventistas

Comportamiento

La verdad como oxígeno en un mundo intoxicado

En un mundo polarizado, saber analizar la información y buscar las fuentes correctas son la clave para encontrar la verdad.


  • Compartir:
Elegir la verdad es el resultado del estudio profundo y el pensamiento crítico sobre todas las cosas (Foto: Shutterstock).

Hoy quiero hablar de un tema inevitable en estos tiempos: las fake news y las opiniones sesgadas. Nuestro mundo está intoxicado con la polarización. Y cuando digo “intoxicado”, no es una hipérbole; es un término técnico. Un ambiente intoxicado está totalmente contaminado y es ineludible. Como una bomba de gas en un cuarto cerrado. Cuando el gas son las narrativas, la tarea de discernir los hechos y las verdades se vuelve difícil.

Todos quieren usar toda sombra de argumento para establecer su territorio narrativo. Aunque eso esté presente casi en todo el mundo, la naturaleza de verborragia del brasileño hace que eso esté más prevalente en nuestras redes sociales que en otros países.

Lea también:

La Biblia nos ofrece valiosos insights para evitar ser engañados. Recientemente, medité sobre Proverbios 23:23, que dice: “Compra la verdad, y no la vendas […]”. Comprar la verdad implica esfuerzo y sacrificio, pues exige una inversión. Vender la verdad sugiere que cambiamos algo valioso por algo que parece más atrayente, pero que en realidad no lo es. El mensaje aquí es claro: valore la verdad por sobre todas las cosas. Nada cubre su precio. Vender la verdad es venderse a sí mismo, ya que lo más valioso está siendo cambiado por otra cosa de menor valor.

Vendido al engaño

Jesús también argumenta sobre la verdad en Juan 8:44, describiendo al diablo como “padre de mentira” y “homicida desde el principio”. Él destaca que el diablo no tiene la verdad en él, y que sus mentiras siempre están mezcladas con verdades para ser convincentes. El engaño, en realidad, está alineado con nuestros deseos, y es allí donde reside el peligro: cuando nuestros deseos se alinean con los del diablo, ya fuimos engañados.

Pablo, en 2 Tesalonicenses 2:9-12, señala el mayor engaño que vendrá sobre la Tierra, realizado por “obra de Satanás”. Este engaño será tan poderoso que aquellos que, y presten atención al detalle, “no recibieron el amor de la verdad” serán fácilmente seducidos. ¿Cómo alguien puede no tener amor por la verdad de manera consciente? ¿Cómo alguien rechazaría la realidad? Pablo lo explica: las personas serán responsables del rechazo de la verdad, pues “se complacieron en la injusticia”. El deseo del corazón, el placer en lo que está mal, es la puerta del engaño.

Es fácil engañarse cuando nuestros deseos no están alineados con la verdad. Por ejemplo, al buscar información sobre el chocolate, encontramos artículos tanto a favor como en contra. Si nos gusta el chocolate, solo veremos artículos positivos, y lo mismo ocurre para los que no les gusta, que encontrarán solamente artículos negativos. Eso se aplica a cualquier tema, desde dietas hasta la política, pasando por la religión. La verdad requiere esfuerzo y sacrificio, mientras que el engaño es fácil y agradable.

La Biblia nos incentiva a buscar activamente la verdad, incluso cuando eso cueste esfuerzo. Cuanto menos la buscamos, más vulnerables somos al engaño. Debemos vigilar nuestros deseos y motivaciones, pues estos influencian nuestra percepción de la realidad. Sin honestidad con uno mismo, ya estamos engañados. El engaño no está fuera de mí: este ocurre de adentro hacia afuera. Primero, el corazón debe estar alineado. Después de todo, “Engañoso es el corazón más que todas las cosas […]” (Jeremías 17:9).

Recuerde: “Las pasiones vigiladas son cárceles abiertas”. Si no vigilamos nuestras pasiones, estamos presos en la cárcel del autoengaño. Necesitamos humildad para buscar la verdad y resistir la desinformación y los sesgos. El sesgo no es más que una verdad en la que yo quiero creer. Por lo tanto, sea honesto consigo mismo antes de evaluar críticamente la información que consume. Compre la verdad y no la venda, independientemente de sus deseos y motivaciones personales.

Diego Barreto

Diego Barreto

El Reino

Vivir ya el Reino de Dios mientras él todavía no volvió. Una mirada cristiana al mundo contemporáneo.

Teólogo, es coautor del BibleCast, un podcast sobre teología para jóvenes, y productor de aplicaciones cristianas para dispositivos móviles. Hoy es pastor en los Estados Unidos.