¡La Ley del amor vivifica!
Porque donde hay amor, hay vida.
“El amor es sufrido, es benigno; el amor no tiene envidia, el amor no es jactancioso, no se envanece; no hace nada indebido, no busca lo suyo, no se irrita, no guarda rencor; no se goza de la injusticia, más se goza de la verdad. Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta…” 1 Corintios 13:4-7.
¡El verdadero amor perdura para siempre! Es lo que se me vino a la mente cuando leí esta semana una noticia que hizo crecer más mi amor por el prójimo. El encabezado de la noticia decía lo siguiente: “El ejemplar completo más antiguo de los Diez Mandamientos será expuesto en el principal museo israelí en una muestra que destaca algunos hitos en la historia de la civilización”. Mi curiosidad se despertó y me pregunté si era la misma Ley del amor que le fue dada a Moisés. Continué investigando y me di con la grande sorpresa que eran manuscritos antiguos de los 10 Mandamientos, encontrados cerca del Mar Muerto (al este de Jerusalén) hace 2000 años. Lugar donde también se encontraron rollos con libros de la Biblia, como el de Isaías.
Me puse a pensar que si 1 Juan 4:8 declara que Dios es amor, ¿qué más puede venir de la Fuente del Amor? Obviamente una Ley de amor, dentro de una Carta de Amor- la Biblia. Gracias a esa Ley del amor aún existe el amor puro en el mundo. Por ejemplo, el amor de un padre o madre por su hijo o viceversa (Éxodo 20:12), el amor entre marido y mujer (Éxodo 20:14), el amor entre hermanos (Éxodo 20:13), el amor entre amigos (Éxodo 20:17), entre novios (Éxodo 20:16), nuestro amor por Dios (Éxodo 20:3-7); etc.
Esa es la Ley que nunca dejará de ser, que aunque decenas de años pasen el amor nunca se acabará.
Para que ustedes tengan una idea como el Dios del amor preserva su Ley para nuestra felicidad la noticia dice que “el manuscrito es tan delicado que sólo se exhibirá en el Museo de Israel en Jerusalén durante dos semanas antes de ser devuelto a una cámara climatizada en el museo”. Reflexionando me di cuenta que cuando veo a dos ancianitos, con arrugas profundas en el rostro por el paso de los años, tomándose de la mano y dándose un beso, es el mismo amor manifestado en esa Ley para el bien de la humanidad, ¡Amor que perdura! Sino lee Éxodo 20 o Deuteronomio 5 por ti mismo.
¿Por qué muchos van en contra de la Ley del amor?
El apóstol Pablo en Romanos 7:19-25 responde claramente: “Porque no hago el bien que quiero, sino el mal que no quiero, eso hago. Y si hago lo que no quiero, ya no lo hago yo, sino el pecado que mora en mí. Así que, queriendo yo hacer el bien, hallo esta ley: que el mal está en mí. Porque según el hombre interior, me deleito en la ley de Dios; pero veo otra ley en mis miembros, que se rebela contra la ley de mi mente, y que me lleva cautivo a la ley del pecado que está en mis miembros”.
¿Pero está todo perdido? La buena noticia es que, ¡No! El mismo apóstol responde en la epístola de Efesios 2:8 y 9, y dice así: “Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe”.
¿Eso quiere decir que podemos ir en contra de la Ley del amor? Eclesiastés 11:9 responde así: “Alégrate, joven, en tu juventud, y tome placer tu corazón en los días de tu juventud; y anda en los caminos de tu corazón, y en la vista de tus ojos; pero sabe, que sobre todas estas cosas te traerá Dios a juicio”.
Hoy es el momento de amar, de entregar, de perdonar, de dar, de decirle a Dios y a los tuyos cuánto los amas; no solo de palabra, sino de hecho y en verdad (1 Juan 3:18). Porque donde hay amor, ¡Hay vida!