¡Es tu responsabilidad y la mía!
Usted y yo somos en parte culpables de las muertes de Medio Oriente y otras partes del mundo. Reflexione sobre el rol que cumple el cristiano en las desgracias que azotan el mundo estos últimos días.
Es con los ojos cargados de lágrimas que decidí escribir este artículo. Sentada en el escritorio de mi oficina, en un otoño lluvioso de Brasilia. Mi corazón se aprieta y asumo que todo eso solo puede ser mi culpa. Sí, mi culpa. Se me viene a la mente la imagen que minutos antes acabé de ver en la pantalla de mi monitor. Un padre sosteniendo en sus brazos a una bebé de unos 5 meses de nacida. Con unos hermosos ojos plomos y grandes la bebe se desconcierta con el sonido de una bomba que acaba de explosionar a una cuadra de la casa donde se encuentra refugiada. Luego, el camarógrafo aficionado corre hacia el interior del recinto y logra captar a tres niños en un lugar que tiene camillas de hospital precarias. Los niños están sangrando. Uno de la cabeza, los otros de las piernas y otras partes del cuerpo. Sus pequeños cuerpecitos indican que no resistirán, es su fin.
Aparecen letras en árabe que no logro entender, ni tampoco deseo comprender en el momento, porque la situación es tan grave que me dice todo. Después, aparece en escena, una niña de unos diez años acostada en una camilla, mira a todos lados y grita mientras delira. El padre trata de calmarla pero es en vano. Fuera del segundo recinto unos niños hablan ante la cámara que parece ser la de un celular, atrás de ellos solo veo escombros. De pronto, una especie de bomba es arrojada del cielo, las imágenes desaparecen del escenario. Podría seguir describiendo lo que parece ser un video de un canal de televisión compartido en las redes sociales. No puedo más y digo, esto puede ser solo mi culpa. Por mi culpa es que miles de niños, mujeres, ancianos, todo tipo de gente inocente está muriendo. Trato de contener mis sentimientos, porque eso es lo único que nos queda en este tiempo. Ya que esos videos los vemos como pan caliente y por cualquier medio.
¿Por qué es mi responsabilidad y la tuya?
También es tu responsabilidad, no solo la mía, ¿sabes por qué? Porque si como cristianos hubiésemos seguido el ejemplo de Jesús (un Dios de amor) y hubiésemos predicado con nuestros actos lo que sabemos de la Biblia, hace mucho tiempo Jesús hubiese regresado a esta tierra, y esos niños, hombres y mujeres no hubiesen muerto. Si tan solo hubiese hecho mi parte y tú la tuya, nada de esto estaría sucediendo. Pero es cierto, no podemos pasarnos los años lamentando las tragedias. ¡El tiempo es ahora! Debemos predicar con nuestra vida que hay un Dios en los cielos que viene pronto, y que todo este sufrimiento acabará si tan solo nos volvemos a él de corazón.
“El cambio comienza con uno mismo”.
Me angustia pensar que nuestro corazón se ha endurecido tanto que ya no podemos percibir el sufrimiento humano. El orgullo, la crítica, la avaricia, la envidia se han apoderado de nosotros, y por eso y otros males que cargamos, es que Cristo no ha venido aún- por misericordia-, porque está esperando que nos arrepintamos de corazón, que nos convirtamos a él. ¿Pero sabes qué significa arrepentirse? No es llorar como niños ante Dios. Arrepentirse es abandonar para siempre el pecado que cargas dentro de ti. Eso es arrepentimiento. Y una vez que te hayas arrepentido y que prediques con tu vida el amor de Cristo resucitado es cuando nuestro Salvador vendrá a buscarnos. Te lo recuerdo, ¿sabes cuál es la última señal del regreso de Cristo? Mateo 24:14 responde: “Y será predicado este evangelio del reino en todo el mundo, para testimonio a todas las naciones; y entonces vendrá el fin”.
“Tus actos hablan más alto que tus palabras”. (Autor desconocido)
Hagamos una pausa. Surge la pregunta, ¿es qué Dios solo se interesa por los cristianos que permite que el diablo destruya a nuestros hermanos de Medio Oriente y Norte de África y otros lugares del mundo? Claro que no. El culpable de todas las desgracias se llama Satanás y es a ese ser caído que el mundo está adorando directa o indirectamente cuando le da la espalda a Dios. Los hombres se han apartado de Dios a tal punto de matar por avaricia y envidia, codiciando las riquezas de sus países hermanos.
Si te solidarizas con tus hermanos que sufren alrededor del mundo, no solo en Medio Oriente sino también en Francia, Nigeria, etc., comparte este mensaje para que otros tomen conciencia que es por nuestra culpa que el mundo está como está. Ya que el pecado nos ha vuelto inhumanos. Prediquemos con nuestra vida lo que dice la Biblia y que Cristo vuelva pronto. Prefiero creer que mi Dios y creador viene por mí para llevarme a un mundo mejor y que Él es amor.
“Y limpiará Dios toda lágrima de los ojos de ellos; y la muerte no será más; y no habrá más llanto, ni clamor, ni dolor, porque las primeras cosas son pasadas”. Apocalipsis 21:4
¡Cobra ánimo! ¡Maranatha!