La falta de amor actual, ¿es parte de la profecía?
La carencia de amor en el mundo tuvo su primer cumplimiento en las décadas anteriores a la caída de Jerusalén. Sin embargo la profecía se cumplirá otra vez en nuestros días.
Es con dolor en el corazón que el mundo observa la falta de amor y como consecuencia los actos inhumanos son pan de cada día. Parece como si no hubiese más remedio para frenar la ola de violencia, hasta en el mismo barrio donde vivimos. Sin duda que esta lacra de la sociedad irá en aumento y no lo digo yo, lo dice la Biblia en Mateo 24:12 al leerse “y por haberse multiplicado la maldad, el amor de muchos se enfriará”.
El 2016 inició con una ola fuerte de violencia que arremetió y violó la seguridad de algunos países. En otras naciones donde ya se ha hecho “costumbre” atentar contra la vida ni son más noticia hechos de ese tipo, y depende del país donde suceda el mundo se solidariza o simplemente el lugar atentado por la violencia es ignorado. Pareciese que las personas se están resignando a vivir en medio del crimen dado a la falta de soluciones.
Dar un vistazo a los principales medios de comunicación nos deja con los nervios activos al ver el alto porcentaje de abuso sexual, robos, asesinatos, etcétera, que se han acrecentado en los últimos años en el mundo. Algunos seres humanos se han vuelto tan fríos de corazón que no les importa más la vida de niños, mujeres y ancianos. ¿Qué está pasando?
Sin ir muy lejos los países de América Latina tienen las mayores tasas de homicidios del planeta, según la Organización Mundial de la Salud. Datos muestran que 165.617 personas en países del Caribe y América Latina fueron asesinadas el 2012.
Ante alarmantes cifras, Marcelo Korc, asesor de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) expresó que “los países en desarrollo de las Américas, como grupo, comparten la dudosa distinción de tener la tasa más alta de violencia interpersonal letal del mundo”.
Origen de la violencia
Según el Comentario Bíblico Adventista (CBA) la malevolencia comenzó en el cielo “Entonces hubo guerra en el cielo, y Satanás, con todos los que con él simpatizaban, fue expulsado. Él luchó por el dominio del cielo y perdió la batalla…”. Una vez arrojado del cielo inició su batalla por el dominio de nuestro planeta y como consecuencia la violencia, en la Tierra, dio sus primeros pasos luego de la caída del hombre y la mujer en el huerto del Edén.
Después del pecado del hombre en el huerto, el espíritu de rebelión al cual él mismo había dado entrada, se extendió a toda la creación animal. De ese modo, no solo a la vida del hombre, también a la naturaleza de las bestias, los árboles del bosque, hasta el aire que se respira, hablaban de la triste lección del conocimiento del mal. Tanto así que ahora la misma creación conspira contra el hombre por éste haber abusado de ella.
Luego de la salida del paraíso el primer hijo de Adán y Eva, Caín, se convirtió en el primer asesino de la historia y abrió paso a todas las atrocidades perpetradas a causa del pecado desde aquel entonces hasta hoy. En ese ambiente cruel terrenal es que Jesús fue enviado a morir por nosotros a esta Tierra para darnos esperanza; vino a enseñarnos el amor cuando dijo “Amarás a tu prójimo como a ti mismo” (Mateo 22:39). Lo dijo mientras que la gente de aquella época aplicaba la venganza cuando decían “Ojo por ojo, diente por diente, pie por pie” (Mateo 5:38). Y aún agregó esta advertencia: “Así que, todas las cosas que queráis que los hombres hagan con vosotros, así también haced vosotros con ellos; porque esto es la ley y los profetas” (Mateo 7:12).
Vimos de que la maldad que lleva a la violencia es muy antigua, la Biblia dice que por “haberse multiplicado la maldad el amor de muchos se enfriará”. El CBA explica que la previsión de Cristo (a la frialdad del amor) tuvo su primer cumplimiento en las décadas anteriores a la caída de Jerusalén, en el año 70 d.C. Sin embargo agrega que la profecía se cumplirá otra vez en los últimos días.
2 Tesalonicenses 3:2 reafirma la profecía cuando dice: “y para que seamos librados de hombres perversos y malos; porque no es de todos la fe”.
Esperanza
¿Esta violencia que vemos hoy en día y que irá en aumento según la Escritura durará para siempre?
La Biblia dice en Juan 16:33 “En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo”. Justamente es por eso que Jesús vino a nuestro Planeta para decirnos dos cosas claras: que se puede vencer en el mundo a pesar de la aflicción. Además, agrega en el mismo versículo que “Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz”.
En medio de tanto dolor y desesperación, en Cristo podemos encontrar paz.
Sin embargo, nuestra lucha contra la falta de amor no será para siempre. Nuestra salvación está cercana, porque al morir Jesús en la cruz y al resucitar tenemos esperanza de que la maldad de este mundo tiene los días contados. Hay un hogar nuevo que nuestro Dios nos ha preparado, en el cual “Enjugará Dios toda lágrima de los ojos de ellos; y ya no habrá muerte, ni habrá más llanto, ni clamor, ni dolor; porque las primeras cosas pasaron” (Apocalipsis 21:4). ¡Qué esperanza! Esa promesa se repite de manera similar en los versículos de Juan 14: 1-3 “No se turbe vuestro corazón; creéis en Dios, creed también en mí. En la casa de mi Padre muchas moradas hay; si así no fuera, yo os lo hubiera dicho; voy, pues, a preparar lugar para vosotros. Y si me fuere y os preparare lugar, vendré otra vez, y os tomaré a mí mismo, para que donde yo estoy, vosotros también estéis”.
¿Ha sido víctima de la violencia? No se desaliente, aunque sus gobiernos no le ofrezcan seguridad, Jesús le ofrece paz en medio de la pesada tormenta. Además, lea que maravilla, Jesús mismo nos dice en su Palabra en 2 Tesalonicenses 3:3 “Pero fiel es el Señor, que os afirmará y guardará del mal”.
El camino a un mundo nuevo sin violencia, tal vez usted ya lo conozca pero lo ha olvidado, recordemos que ese camino es Jesús. Juan 14:6 lo reafirma: “Yo soy el camino, y la verdad, y la vida”. Las profecías se cumplirán, para nuestro bien, pero la esperanza nos sostiene, y nosotros como cristianos somos llamados a sembrar el amor en un mundo carente de este sustantivo abstracto.
Como mencioné, al inicio Mateo 24:12 dice que el amor se enfriará, pero en el versículo 13 encontramos otra fórmula actual: "Mas el que persevere hasta el fin, éste será salvo". En resumen, somos llamados a perseverar en Cristo, nuestra única esperanza, quien nos ha prometido un mundo nuevo y sin violencia. ¡Créalo!