Miembro 4.0: el cristiano en la era de la Inteligencia Artificial
Con la era de la Inteligencia Artificial, se está transformando la forma de vivir y de compartir sobre la fe.

Vivimos en una época en la que la tecnología digital permea casi todos los aspectos de la vida, y la fe no es la excepción. El miembro 4.0 es la persona que siempre está conectada, que lleva la Biblia en el smartphone, participa de los cultos vía streaming y comparte versículos en las redes sociales. Esa nueva realidad está desafiando a las iglesias a replantearse los métodos de participación y discipulado.
Enfocando en la Iglesia Adventista del Séptimo Día, pero con una mirada que abarca diferentes denominaciones cristianas, este artículo explora cómo el comportamiento de los fieles se está transformando en la era digital y de la Inteligencia Artificial (IA), ofreciendo pensamientos que invitan a reflexionar sobre el futuro de la fe en un mundo altamente tecnológico.
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El perfil del nuevo miembro en la era digital
El miembro de la iglesia en la era digital está altamente conectado e informado. Hoy, muchos fieles leen la Biblia por el celular y miran cultos por internet regularmente. Un estudio del Pew Research Center indica que cerca del 27% de los adultos en Estados Unidos asisten a los servicios religiosos on-line o por la TV de forma habitual, y el 21% usan aplicaciones o páginas web para ayudar en la lectura de las Escrituras.[i]
Las aplicaciones populares como YouVersion (creado por una comunidad evangélica) ya han sido instaladas en más de 725 millones de dispositivos alrededor del mundo y ofrecen la Biblia en más de 2 mil idiomas, una clara señal de que la fe hoy también pasa por la pantalla del smartphone.
Este nuevo perfil de miembro valora la accesibilidad y la interactividad. Acostumbrado a tener contenido bajo demanda, puede escuchar el sermón del sábado en el ómnibus mientras va al trabajo o seguir la programación de una iglesia en YouTube a miles de kilómetros. Muchas veces, participa en comunidades virtuales confesionales, participando de grupos de oración o en foros teológicos en WhatsApp, Instagram y Facebook.
El miembro 4.0 también puede convertirse en un “evangelista digital”, compartiendo mensajes inspiradores en sus redes sociales o incluso dando estudios bíblicos por videollamada. Por ejemplo, una iglesia universitaria adventista en Estados Unidos creó una plataforma llamada Flocktoc.com, donde cualquier miembro alrededor del mundo puede tener su propia sala de videochat para estudiar la Biblia “cara a cara” con hasta diez personas simultáneamente. Eso es algo impensable en las generaciones anteriores.[ii]
Vale notar que esa transformación trae desafíos generacionales. Mientras que los jóvenes son nativos digitales, los miembros más ancianos a veces enfrentan la “tecnofobia” o dificultad para lidiar con las nuevas herramientas.[iii] Las iglesias se han dado cuenta de la importancia de incluir y capacitar a esos fieles tradicionales, para que nadie quede fuera de la comunión debido a la tecnología. Aún así, de modo general, el miembro 4.0 demanda que la iglesia esté presente en el mundo on-line, con páginas actualizadas, aplicaciones funcionales y respuestas rápidas para un público acostumbrado a la eficiencia de Google y que también espera encontrar relevancia y conexión en la comunidad confesional.
El impacto de la Inteligencia Artificial en el miembro 4.0
La Inteligencia Artificial añade una camada extra a los desafíos que las iglesias están enfrentando actualmente. Varias ya probaron herramientas de IA para enriquecer la participación de los miembros. Por ejemplo, los algoritmos pueden personalizar contenido devocional de acuerdo con las necesidades espirituales de cada individuo, indicando versículos bíblicos o lecturas que tengan más significado para esa persona.[iv]
Los chatbots de evangelismo, como Esperanza (adv.st/quieroestudiar), comenzaron a surgir, capaces de dar estudios bíblicos, responder preguntas sobre doctrinas, proporcionar referencias bíblicas e incluso ofrecer orientación espiritual inicial funcionando como una especie de “primer contacto” automatizado, listo las 24 horas para responder dudas sobre fe. En las comunidades grandes, en las que los pastores no siempre logran dar atención espiritual a todos, tales asistentes virtuales pueden ayudar a identificar necesidades y conectar personas a ministerios apropiados.
Los recursos de la IA ayudan a los pastores en la preparación de sermones, analizando datos de la congregación y sugiriendo enfoques que resuenen mejor con el público. En otras palabras, la tecnología se está convirtiendo en una aliada para hacer que el mensaje de esperanza sea más comprensible y accesible a la generación digital.
Naturalmente, hay cuestiones delicadas en este impacto tecnológico. Algunos se preguntan si consumir religión vía aplicación o por YouTube puede llevar a una fe más individualista y desconectada de la comunidad local. Otros apuntan a riesgos como la difusión de fake news religiosas o interpretaciones incorrectas amplificadas por los algoritmos. La propia IA, si es usada sin criterio, puede propagar errores teológicos. Después de todo, esos sistemas no siempre entienden los detalles de la doctrina. Por ejemplo, un experimento adventista notó que las respuestas de la IA sobre los escritos de Elena G. White no siempre eran precisas, sirviendo solo como punto de partida y jamás sustituyendo el estudio personal de las Escrituras.[v] Así, los líderes y miembros deben desarrollar discernimiento para aprovechar lo mejor de la tecnología sin dejar de lado la esencia de la fe.
La IA en la espiritualidad: previsiones y futuro
Mirando hacia adelante, la Inteligencia Artificial promete impactar profundamente la experiencia religiosa, trayendo beneficios, pero también desafíos inéditos. Los especialistas y futuristas ven potencial para una revolución en la manera como nos conectamos con lo sagrado. “Creemos que la IA tiene un impacto potencial más significativo que incluso internet”, afirmó Dan Houghton, líder de un comité adventista de tecnología, destacando que “si se usa sabiamente, puede revolucionar la manera como compartimos el evangelio”.[vi] Esa visión anticipa un futuro en el que la IA esté integrada a los diversos frentes del ministerio.
Una de las previsiones es que las experiencias de fe se vuelvan cada vez más personalizadas e interactivas. Podemos imaginar asistentes virtuales de oración que conozcan nuestras luchas y nos envíen mensajes motivadores en los momentos correctos, o planes de estudios bíblicos inteligentes que se ajusten al progreso espiritual de cada persona.
En la Iglesia Adventista, ese futuro ya comienza a delinearse: un comité de tecnología propuso crear bases de datos de IA con literatura, documentos, materiales, videos, audios y sermones adventistas, de forma que las respuestas generadas estén alineadas a la doctrina y al mensaje de la iglesia. O sea, la IA actuaría como una extensión del ministerio, manteniendo la identidad denominacional a la vez que amplía su alcance.
Otra área promisoria es la gestión y planificación eclesiástica orientada por IA. Las herramientas de análisis predictivo podrán ayudar a la Iglesia a comprender las tendencias de participación e integración, anticipando las necesidades de los miembros. Por ejemplo, los algoritmos pueden analizar los datos de asistencia a los cultos, participación en ministerios e incluso interacciones on-line para prever la salud espiritual de la congregación y orientar las decisiones pastorales. Un miembro que deja de participar por largos periodos podría necesitar recibir atención especial por parte del pastor o de la comunidad. Así, la IA puede actuar como una “consejera” estratégica para la Iglesia, permitiendo acciones más proactivas.
Sin embargo, el futuro también trae preguntas importantes sobre los límites de la automatización en la fe. En 2023, una experiencia en Alemania llamó la atención: más de 300 personas llenaron una iglesia luterana para un culto experimental conducido casi por completo por una IA. Avatares virtuales guiados por el ChatGPT predicaron, oraron y entonaron alabanzas durante 40 minutos. El hecho comprobó que un culto puede ser producido por máquinas, pero también reveló las limitaciones de la tecnología. Muchos participantes sintieron la falta de calor humano. “No había conexión ni alma; los avatares no mostraban emoción y hablaban de forma tan monótona que fue difícil concentrarme”, comentó una feligresa presente.[vii] Ese experimento hace surgir una pregunta: ¿Hasta qué punto queremos que las inteligencias artificiales dirijan nuestros momentos sagrados?
La IA puede proporcionar información teológica correcta e incluso cierta interactividad, pero carece de empatía, espontaneidad y experiencia personal de la fe que posee un líder humano. Probablemente, en el futuro, la IA y los humanos trabajarán en conjunto, pero los pastores de carne y hueso seguirán siendo esenciales por el contacto humano insustituible.
Como hacer que la iglesia sea relevante para el miembro 4.0
Ante este escenario dinámico, ¿cómo las iglesias pueden adaptarse sin comprometer sus principios fundamentales? A continuación, hay algunas estrategias clave para abrazar la era digital y de la IA manteniendo la esencia doctrinal y espiritual:
- Educación y concientización tecnológica
Las iglesias necesitan promover conversaciones francas sobre la tecnología y la fe. Los pastores y los líderes pueden orientar a los miembros sobre los riesgos y beneficios de las nuevas herramientas, fomentando su uso consciente y ético. Se pueden dedicar seminarios, workshops, e incluso momentos en las predicaciones para enseñar sobre el discernimiento digital, por ejemplo, como identificar noticias falsas, como proteger la privacidad on-line y evitar trampas virtuales. Preparar a los fieles (especialmente a los jóvenes) para que sean “sal y luz” en el ambiente digital significa incentivarlos a usar las redes sociales y la IA para propósitos nobles, como el servicio al prójimo y testificación de los valores. - Integrar la tecnología a la misión, no sustituirla
Toda novedad debe ser encarada como medio, no como un fin en sí misma. En ese sentido, una máxima importante es recordar que “esas herramientas son solo medios, y que no vinieron para sustituir la misión personal, sino para potenciarla”. O sea, las aplicaciones, la IA y las plataformas on-line deben servir para fortalecer la vivencia de la fe, facilitando el estudio bíblico, la comunicación y el alcance misionero. Sin embargo, jamás deben tomar el lugar de la comunión personal del ministerio cara a cara y del estudio individual de las Escrituras. - Principios y ética en primer lugar
Antes de adoptar alguna tecnología, es crucial filtrar su uso a la luz de los valores bíblicos y de la doctrina. Muchas denominaciones ya están desarrollando directrices éticas para el uso de IA y herramientas digitales. La Iglesia Adventista, por ejemplo, recientemente votó un documento, comprometiéndose con transparencia, responsabilidad y alineamiento bíblico en el uso de la Inteligencia Artificial.[viii] Este tipo de iniciativa establece orientaciones claras: la tecnología debe servir al bien, promover la justicia, respetar la privacidad y someterse a los principios de la fe. Además, se reafirma que el ser humano permanece al control final. Las decisiones y el discernimiento espiritual no pueden ser tercerizados a algoritmos. - Capacitación de líderes y miembros
Adoptar lo digital no ocurre automáticamente. Es necesario capacitar a las personas. Las iglesias están invirtiendo en capacitar tanto a los pastores como a los laicos para el ministerio on-line. Eso incluye desde enseñarle a un anciano de iglesia a usar el Zoom para liderar una clase bíblica virtual, hasta orientar a los jóvenes voluntarios sobre técnicas de medios digitales para evangelizar. Al hacer que la tecnología sea menos intimidante y más familiar, la comunidad de fe puede abrazarla colectivamente. El discipulado digital, o sea, ser mentor de otros en el uso de la tecnología para el crecimiento espiritual, podrá convertirse en un nuevo ministerio en muchas congregaciones. - Preservar la comunidad y la empatía
Una estrategia vital es no permitir que lo virtual mate lo relacional. Las iglesias deben intencionalmente crear espacios de encuentro y vínculo humano, incluso cuando amplían su presencia on-line. Si muchos miembros siguen el culto por YouTube, la iglesia puede organizar encuentros periódicos presenciales (o grupos pequeños locales) para que esas personas se conozcan y se sientan parte de la familia de la fe. En el uso de IA, se debe recordar constantemente sus limitaciones emocionales. Las máquinas no consuelan como las personas. Así, aunque haya chatbots atendiendo a los interesados de la iglesia, debe haber un seguimiento humano subsecuente que traiga calor pastoral. Mantener la empatía, el amor al prójimo y la compasión tangible en el centro de toda innovación garantiza que la esencia del evangelio, la relación de Dios con las personas, permanezca intacta.
Tecnología al servicio del evangelio
El advenimiento del miembro 4.0 señala que la Iglesia está en una cultura en rápida evolución. La era digital y la Inteligencia Artificial presentan una gama de oportunidades magníficas para difundir la fe cristiana de maneras que antes eran inimaginables, pero también traen preguntas sobre la identidad y el propósito. Ante este futuro tecnológico, la Iglesia debe adoptar una postura doble: innovación y fidelidad. La innovación para hablar el lenguaje de hoy, alcanzando a las personas donde estas se encuentran: en los smartphones, en las redes sociales, en las plataformas de IA. La fidelidad para ser en el presente lo que siempre fue, preservando el mensaje transformador de Cristo y el vínculo de la comunión entre los creyentes.
Así como la imprenta, la radio y la TV fueron empleados para esparcir el mensaje sin sustituir la experiencia directa con Dios, la IA debe ser un instrumento al servicio del evangelio. A cada comunidad cristiana le corresponde discernir, orar y actuar para que, en medio de bytes y algoritmos, siempre brille la luz de la esperanza y el amor divino que no cambia en ninguna época.
Este artículo fue escrito con ayuda de IA.
Referencias:
[i] Many Americans Like Online Religious Services but In-Person Still Preferred | Pew Research Center](https://www.pewresearch.org/religion/2023/06/02/online-religious-services-appeal-to-many-americans-but-going-in-person-remains-more-popular/#:~:text=Remains%20More%20Popular.
[ii] https://ministeriopastoral.com.br/e-vangelismo/.
[iii] https://sociedadetecnologica.com/2020/07/24/tecnofobia-como-superar.
[iv] https://exponential.org/9-ai-trends-for-churches-to-be-aware-of-in-2024/.
[v] https://www.revistaadventista.com.br/da-redacao/destaques/a-inteligencia-artificial-e-o-cristao.
[vi] https://adventist.news/news/organização-adventista-avança-com-a-inteligência-artificial.
[vii] https://decrypt.co/144502/ai-reverends-lead-a-300-people-congregation-in-germany
[viii] https://noticias.adventistas.org/pt/igreja-adventista-vota-documento-sobre-inteligencia-artificial/