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Se necesitan misioneros audaces y no aventureros

Todo aquel que nació de nuevo como un discípulo de Cristo es un misionero.


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aventuraEntre una conversación u otra sobre misión y sus desafíos, con frecuencia escuchamos: “ustedes tienen perfil para hacer misión, son conquistadores y les gusta la aventura”. Por un lado, ser desprendidos y la experiencia que ofrece el Club de Conquistadores, realmente son puntos favorables para ser misionero y voluntario. Por otro lado, me molesta un poco escuchar la parte de: “ustedes son aventureros, les irá bien”, confieso.

Entre una conversación u otra sobre misión y sus desafíos, con frecuencia escuchamos: “ustedes tienen perfil para hacer misión, son conquistadores y les gusta la aventura”. Por un lado, ser desprendidos y la experiencia que ofrece el Club de Conquistadores, realmente son puntos favorables para ser misionero y voluntario. Por otro lado, me molesta un poco escuchar la parte de: “ustedes son aventureros, les irá bien”, confieso.

[Dejo bien claro que entiendo y defiendo que todo aquel que nació de nuevo como un discípulo de Cristo es un misionero. ¡Estamos todos en misión! Sin embargo, destaco aquí a los que se preparan o tienen la misión como ocupación profesional de dedicación exclusiva].

Al leer el libro Qual é a tua Obra? [¿Cuál es tu obra?] De Mário Cortella, subrayé algunos de los conceptos presentados de manera muy clara y pertinente en el contexto del liderazgo y de la ética. La definición que el autor hace de una persona audaz y aventurera, trajo a luz esta incomodidad, haciéndome comprender mejor el por qué la idea de ser un aventurero en misión me deja incómoda.

Según Portella, “Audaz es quien planea, organiza, estructura y va; aventurero es quien dice: ‘Vamos y veremos cómo nos va’”.  Y él refuerza. “No confunda audacia con aventura. El cambio se hace con los audaces y no con los aventureros” (2015, p. 47). ¿Tiene sentido para usted como lo tiene para mí?

Además de la falta de planificación y preparación, el aventurero generalmente tiene como base las ventajas que obtendrá al ser un misionero. Alguien que busca las nuevas experiencias mucho más para enriquecer el currículo y conocer lugares nuevos. Como escuché uno de estos días: “Solo voy para la próxima misión si es para conocer otro país”. No hay duda que es posible cumplir la misión y hacer la diferencia ganando experiencia profesional y visitando lugares que usted nunca estuvo antes.

La idea de dar un paso de fe sin tener todas las respuestas como Abram, solo siguiendo el llamado “Vete […] a la tierra que te mostraré”, puede confundir un poco a las personas en la cuestión de planificación y preparación. Considere la fe como parte de la preparación, es uno de los fundamentos de la vida de un cristiano.

Buscamos desafiar y animar a misioneros audaces, que seguramente pueden vivir grandes “aventuras” no siendo considerados “aventureros”, digamos así. Para los aventureros la idea de misión es completamente limitada y pronto pierde el sentido. Es como fuego de paja.

Si usted comenzó con esta idea de misión y voluntariado como un aventurero, sin saber mucho en lo que da o daría, preocúpese pero no se desanime, de cierta forma yo también ya me cuestioné y me sentí así. El gusto por la aventura existe. El deseo de conocer culturas nuevas y tener experiencias nuevas también. Somos seres humanos.  Ore y busque la audacia que usted necesita para ser un verdadero misionero. Recuerde que la paja también se usa para iniciar grandes hogueras que pueden alimentarse continuamente para que prácticamente no se apaguen (eso se aprende como conquistador).

Como la cosecha es grande y los trabajadores son pocos, necesitamos planificación, organización, estructura y actitud/fe. En los próximos artículos hablaremos un poco más de esos tópicos y daremos sugerencia de algunos caminos posibles para que usted cumpla la misión con audacia.

Referencia bibliográfica: CORTELLA, Mario Sergio. Qual é a tua Obra? (24a Edición - Petrópolis, RJ: Vozes, 2015)

Ana Paula

Ana Paula

Misión y voluntariado

Hasta dónde llegan las personas que se colocan en manos de Dios para servir en la misión de predicar el evangelio

Periodista y escritora, fue voluntaria en Egipto entre 2014 y 2015, donde vive actualmente con su esposo, Marcos Eduardo (Zulu), y sus hijas, María Eduarda y Anna Esther. Es autora del libro Desafio nas Águas: Um resgate da história das lanchas médico-missionárias da Amazônia (CPB).