Colegio Adventista recibe niños refugiados de Ucrania
Las familias llegaron a Brasil y matricularon a sus hijos en la institución porque conocían las escuelas adventistas en su país de origen.
Yuriy y Olha (Olga) Martynchuk vivían en la ciudad de Kherson, en la región de Ucrania más alcanzada por el ejército ruso en la guerra que ya dura más de dos meses. Ellos tenían una empresa de alimentos saludables y una vida común junto con sus hijos Angelita (10), Emanuel (8), Samuel (5) y Sulamita (2). Sin embargo, la familia tuvo que dejar el país y seguir con su vida en Brasil. La mudanza fue viabilizada por Global Kingdom, una red mundial de iglesias evangélicas que se unen a favor de causas humanitarias.
Treinta y seis refugiados ucranianos vinieron por ese medio. Ellos están instalados en la ciudad de Guarapuava, al interior del estado de Paraná, región que tiene una colonia de inmigrantes de Ucrania. Las madres vinieron solas con los hijos, ya que todos los hombres con edad para la guerra, saludables y con menos de cuatro hijos fueron reclutados por el ejército. Solo Yuriy y otro ucraniano fueron liberados por la cantidad de niños.
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“Todas las culturas son diferentes, pero vemos el amor y la gentileza en las personas de aquí, y eso es muy importante para nosotros. Amamos a las personas y la atmósfera de aquí”, afirma Olga. Ella y su marido decidieron matricular a sus dos hijos en el Colegio Adventista de Guarapuava. “En Ucrania, nuestros hijos estudiaban en la Escuela Adventista. Por eso conocemos y sabemos que es muy buena para ellos”, cuenta.
Además de Emanuel y Samuel, la escuela recibió a Leví, que es hijo de otra familia. La decoración en los salones de clases y patios tenían banderas de Ucrania y palabras de bienvenida en su idioma. Hasta el menú del comedor tuvo una versión en ucraniano para facilitar los pedidos de los niños. Los pequeños intentan adaptarse a la cultura y principalmente al idioma, que es la mayor dificultad.
Las maestras se descargaron una aplicación de traducción en el celular para comunicarse con los alumnos extranjeros. “Estamos usando el lenguaje del amor. Sabemos que para Dios y para nuestra educación, podemos recibir y acoger a estos alumnos demostrando compasión, empatía y principalmente el amor al prójimo”, refuerza el director del Colegio Adventista de Guarapuava, Cristiano Rank.
Nueva vida en un nuevo país
En principio, las familias se quedarán 12 meses en Brasil. Global Kingdom proporciona vivienda y ayuda en la búsqueda de empleos. Al final del periodo, y si la guerra se termina, los refugiados elegirán si regresan a Ucrania o permanecen en Brasil. El mayor anhelo de ellos es reencontrarse con sus padres y familiares. Los parientes de la familia Martynchuk se quedaron en las ciudades invadidas por los rusos. “Todos los días oramos por nuestros parientes y para que la paz llegue a nuestro país. Soñamos con volver algún día a casa. Oramos por eso”, dice Olga.
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