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Club Betel: mantener el legado

Club Betel: mantener el legado

Dialogamos con Neda Pomé, líder del club que recibió el premio Leo Ranzolin.


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Dra. Neda Pomé, nutricionista y directora general de club

Barretos, SP… [ASN] Una de las tantas actividades del programa del viernes 10 de enero por la mañana, fue la entrega del Premio Leo Ranzolin, una nueva distinción que implementó la División Sudamericana desde este evento a los clubes y personas que se destacan por su servicio abnegado y su compromiso con el ministerio de los Conquistadores. Cabe destacar que el pastor Ranzolin, oriundo de Brasil, fue el primer director de Conquistadores de la Asociación General.

Así, el mencionado viernes, este premio fue para el Club Betel (de Miraflores, Lima, Rep. del Perú) por ser el primer club de Sudamérica. De hecho, fue fundado en 1955 y nunca interrumpió sus actividades. Al respecto, dialogamos con la Dra. Neda Pomé, directora general de este club. Ella es nutricionista y tiene una maestría en Salud Pública.

Agencia Sudamericana de Noticias (ASN): ¿Qué se siente dirigir el club pionero en el sur del continente?
Neda Pomé (NP): El legado de ser el primer club es un legado pesado. Pareciera que nunca podemos equivocarnos y que siempre tenemos que esta a la vanguardia. Los ojos de todos están sobre nosotros. Pero, a su vez, también es hermoso. Es un legado y una responsabilidad.

ASN: ¿Siempre se llamaron Betel?
NP: No, al principio se llamaba Club de Conquistadores Miraflores, porque en ese entonces los clubes llevaban el nombre de la iglesia a la que pertenecían. Se le puso nombre en 1980. Se decidió que se llamarlo así por la definición bíblica: casa de Dios y puerta del Cielo.

ASN: ¿Cómo se prepararon para este Campori?
NP: Fue una odisea, porque vinimos 82 integrantes. Venimos en avión hasta el aeropuerto de San Pablo, y de ahí unas siete hasta Barretos. Pero vinimos todos en seis vuelos diferentes. Somos un grupo muy grande y no pudimos venir juntos.

ASN: ¿Qué significa el Club en su vida?
NP: Muchísimo. Yo tuve una familia disfuncional y no me crié con mis padres. A los nueve años ingresé a la iglesia y, por ende, al Club. Hoy tengo 48 años y sigo… o sea, llevo casi 40 años en el Club. Y como directora llevo siete años.

ASN: ¿Qué es lo que más le gusta del Club?
NP: Ahora soy líder es que creo que es una herramienta muy eficaz para que los chicos no dejen la iglesia. Están en una edad muy difícil. Como líder, el mejor momento es cuando los niños abren su corazón y hacen pedidos que ni los padres lo saben y deciden servir a Dios. Allí es recompensado todo el trabajo. Antes, cuando era conquistadora, lo mejor del Club fue que me dio un refugio y un sentido de pertenencia. Ser conquistadora era tener una familia, era ser alguien, era lo máximo.  El mejor momento de mi vida en el Club, fue a las pocas semanas de ingresar. Estaba en la fogata y me dijeron que era una hija de Dios. Ese fue un momento que toco completamente mi vida. Los hermanos que me recibieron en la iglesia fueron muy sabios en llevarme rápidamente a las actividades del club. Hoy tengo una familia y, además, todos están en el Club. Mis dos hijos (Samuel, de 20 años, y Gerson, de 18) están aquí como consejeros.

ASN: ¿Qué es ser un conquistador?
NP: Es el privilegio de ayudar a Dios para que los chicos lo encuentren. Podemos atraer niños que de otra forma no vendrían a iglesia, pero en el Club leen la Biblia, cantan y oran sin necesidad de sentirse presionados por un programa protocolar de la iglesia. Es una herramienta para atraer y mantener.

ASN: ¿Qué le diría a un niño o a un joven que aún no asiste al Club?
NP: Qué no saben lo que se pierden. Si no van al Club, después lo van a lamentar. Tengo miles de testimonios al respecto. Todos podemos y deberíamos ir. Asiste al Club, a cualquiera. Porque todos los clubes somos iguales, solo estamos separados por la geografía y el nombre. La esencia es la misma.

ASN: ¿Qué le diría los líderes del  Club?
NP: Es muy agotador ser líder, por eso la gente se desanima mucho. Pero cuando tú crees que es una actividad de colaboración con Dios y es para llevar y mantener a los chicos en la iglesia, todo tiene un sentido. Dios recompensa grandemente el tiempo que tu gastas, o mejor dicho inviertes, en el Club, y te lo devuelve en mil bendiciones. [Equipo ASN, Pablo Ale]