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Apocalipsis y el mensaje del remanente

Para comprender las profecías, es necesario mirar la Biblia de manera más amplia


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Muchos textos del Apocalipsis hacen referencia a otros libros de la Biblia o están relacionados con ellos (Foto: Shutterstock)

Apocalipsis es un libro misionero.[i] De principio a fin, envuelve al lector con un lenguaje que destaca la obra de Dios por la salvación de la humanidad y la participación crucial de la iglesia en el plan de redención. Elena de White, escritora norteamericana considerada una profetisa por los adventistas del séptimo día, afirma que “Deben estudiar detenidamente las profecías de Daniel y del Apocalipsis, y en relación con ellas las palabras: ‘He aquí el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo’” (El evangelismo, p. 147). En El Deseado de todas las gentes la misma escritora usa las palabras de Juan 1:29 para sintetizar la predicación evangélica al decir que Jesús “Por un momento, miró lo futuro y oyó las voces que proclamaban en todas partes de la tierra: ‘He aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo’” (El Deseado de todas las gentes, p. 575).

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Así como el libro de Hechos, Apocalipsis también comienza donde terminan los evangelios. Mateo, Marcos y Lucas concluyen sus respectivas obras con una comisión transmitida a la iglesia por el Señor una vez resucitado cuando iba a ascender al Cielo. Hechos parte de allí para hablar sobre la misión de la iglesia cristiana primitiva (Hechos 1:8). A su vez, aunque Apocalipsis comienza con una misión para el Israel espiritual (Apocalipsis 1:5-6; cf. Éxodo 19:6), el libro se centra en la comisión de la iglesia remanente (Apocalipsis 10:8-11; 14:6-12). En ese sentido, los capítulos 10 y 14 se complementan, pues mientras que el primero brinda una síntesis de la comisión a la iglesia remanente, el segundo enfatiza el mensaje que se le confió a la iglesia.

En Apocalipsis 14:6, Juan afirma: “Vi volar por en medio del cielo a otro ángel, que tenía el evangelio eterno para predicarlo a los moradores de la tierra, a toda nación, tribu, lengua y pueblo”. Lo que viene después, el llamado a  temer, glorificar y adorar a Dios, así como la advertencia contra la idolatría y  la falsa adoración denunciadas en el segundo y tercer mensaje angélicos son parte integrante de la predicación del pueblo remanente (Apocalipsis 14:7-12). En síntesis, el evangelio proclamado en la fase final de la historia cristiana incluye siete temas principales.

1. El sacrificio expiatorio de Cristo.  La frase “evangelio eterno” en Apocalipsis 14:6 debe ser leída en conexión con Apocalipsis 13:8, versículo en el cual Juan habla sobre “Cordero que fue inmolado desde el principio del mundo”. Las referencias al sacrificio expiatorio de Cristo aparecen con cierta frecuencia a lo largo de la primera mitad del libro (Apocalipsis 1:5; 5:9; 7:14; 12:11; 13:8). El evangelio anunciado al final de la historia no es diferente al que proclamaron los apóstoles.

2. Las profecías de Daniel. El ángel fuerte de Apocalipsis 10 hace el solemne juramento de que no habría más tiempo; o, para decirlo de otro modo, le informa a Juan que “el tiempo no sería más” (Apocalipsis 10:6). El ángel se refiere al tiempo profético, más específicamente tiene en mente el fin de las profecías del tiempo de Daniel. Sin embargo, para entender no solo el capítulo 10 de Apocalipsis, sino también lo que viene después, es indispensable ver las profecías de Daniel. Esto indica que las profecías de Daniel son parte integrante del mensaje que debe ser proclamado por el remanente en el tiempo del fin.

3. Las profecías de Apocalipsis. En Apocalipsis 10:11, Juan recibe la comisión de profetizar a “muchos pueblos, naciones, lenguas y reyes”. Existe un consenso entre intérpretes de Apocalipsis de que el contenido de esa comisión se da en la segunda parte del libro. Sin embargo, no es posible comprender adecuadamente la sección escatológica de Apocalipsis (capítulos 12-22) sin relacionarla con la parte histórica (capítulos 1-11). Sin duda, podemos afirmar que las profecías de Apocalipsis forman parte del mensaje proclamado por el pueblo remanente.

4. Restauración del santuario celestial. Mientras que en Apocalipsis 10:11 Juan recibe la orden de profetizar a  “muchos pueblos, naciones, lenguas y reyes”, en Apocalipsis 11:1-2 recibe la orden de medir el santuario; ambas órdenes están íntimamente relacionadas. Como originalmente la Biblia no tenía capítulos ni versículos, es mejor interpretar Apocalipsis 11:1-2 como la continuación de Apocalipsis 10:8-11.  La medición del santuario está asociada a la restauración del santuario y la concepción del juicio. Esto tiene varios sustentos. Primero, a partir de Ezequiel 40-48, es posible concluir que, en la cultura judía, un edificio era medido con el objetivo de restaurarlo. Segundo, el lenguaje de Apocalipsis 11:1-2 hace alusión a Levítico 16,[ii] donde encontramos una descripción del Día de Expiación. Tercero, Apocalipsis 11:1-2 también hace alusión a Daniel 8:11-14[iii] y su profecía de la restauración del santuario. Precisamente, Apocalipsis 11:1-2 es una interpretación de Daniel 8:11-14.[iv] La restauración del santuario en Daniel 8 equivale al juicio de Daniel 7, de modo que los dos capítulos se refieren al mismo evento, pero a partir de diferentes ángulos. La combinación de pasajes bíblicos como 7-8, Apocalipsis 7:1-8; 11:1-2, 19; 14:6-7 permiten concluir que el sellamiento, la medición del santuario, la restauración del mismo y el juicio son términos diferentes para referirse a la obra que Cristo realiza en el lugar santísimo del santuario celestial desde 1844. Este mensaje es proclamado en la Tierra por el pueblo remanente.

5. La validez de la ley para cristianos en el nuevo pacto. El texto de Apocalipsis 12:17 caracteriza al remanente como “los que guardan los mandamientos de Dios y tienen el testimonio de Jesucristo”. Este texto es casi un sinónimo de Apocalipsis 14:12, que menciona a “los que guardan los mandamientos de Dios y la fe de Jesús”. En ambos pasajes, la palabra griega traducida como “mandamientos” es entolai). En el Nuevo Testamento, esa expresión se puede referir a los Diez Mandamientos o puede tener un significado más amplio, lo que incluiría las instrucciones divinas de manera general. Como el arca del pacto se menciona en Apocalipsis 11:19, es razonable concluir que el término entolai de Apocalipsis 12:17 y 14:12 es una referencia a los Diez Mandamientos. En el arca del pacto, que estaba en el santuario israelita, se colocaron las dos tablas de la Ley de Dios (Éxodo 25:16, 21; Deuteronomio 10:1-5).

6. La validez del sábado para los cristianos del nuevo pacto. En conexión con el tema anterior, el evangelio eterno abarca la perpetuidad del cuarto mandamiento de la Ley de Dios, la observancia del santo sábado del Señor, el séptimo día de la semana (Éxodo 20:11). Esa idea es sugerida en Apocalipsis 14:7 en el llamado a adorar “a aquel que hizo el cielo y la tierra, el mar y las fuentes de las aguas”. Esa es una clara alusión a Éxodo 20:10-11: “mas el séptimo día es reposo[a] para Jehová tu Dios; no hagas en él obra alguna […], Porque en seis días hizo Jehová los cielos y la tierra, el mar, y todas las cosas que en ellos hay”. También hay una alusión clara a Éxodo 20:11 en Apocalipsis 10:6: “y juró por el que vive por los siglos de los siglos, que creó el cielo y las cosas que están en él, y la tierra y las cosas que están en ella, y el mar y las cosas que están en él”. Apocalipsis 10 a 14 sugieren que el sábado será un punto de controversia en la crisis final. El primer mensaje angélico y su llamado para adorar al Creador (Apocalipsis 14:6-7) es el antídoto contra la idolatría denunciada en el segundo y tercer mensajes angélico (Apocalipsis 14:8-11). La advertencia contra la adoración a la bestia y su imagen en Apocalipsis 14:9 está basada en el primer y segundo mandamientos de la Ley de Dios en Éxodo 20:3-4, que prohíben, respectivamente, la adoración a otros dioses e imágenes de escultura. Ese mensaje es proclamado por el remanente de Apocalipsis 12:17.

7. La segunda venida de Jesús. Describir los tres mensajes angélicos (Apocalipsis 14:6-13), Juan nos ofrece un cuadro de la segunda venida de Jesús (Apocalipsis 14:14-20). Esto sugiere que la predicación del mensaje de los tres ángeles madura la Tierra para la cosecha final. En otras palabras, la proclamación del último mensaje de advertencia al mundo tiene el propósito de preparar un pueblo para el encuentro con el Señor en su segunda venida. La segunda venida de Jesús es un tema tan importante en Apocalipsis que se menciona varias veces allí (por ejemplo en Apocalipsis 1:7; 6:15-17; 14:14-20; 19:11-21).

En resumen, la proclamación del evangelio eterno incluye el mensaje del sacrificio expiatorio de Jesús, las profecías de Daniel, las de Apocalipsis, el juicio celestial, la Ley de Dios, el sábado y la segunda venida de Jesús. Obviamente, hay otros temas que se relacionan con ese mensaje. Sin embargo, estos siete elementos se presentan como ejes temáticos centrales alrededor de los cuales hay otros temas. Dios llamó a un pueblo para anunciar esas verdades al mundo, en el poder del Espíritu Santo (Apocalipsis 18:1). Que nuestro mensaje sea como el del himno: “¿Has oído el mensaje del regreso del Señor? La trompeta a medianoche sonará; a sus fieles todos llamará sin olvidarte a ti, si con Cristo te alistas a vivir" (Himno 171, Himnario adventista en español).


Adenilton Aguiar es doctor en Nuevo Testamento por la Universidad Andrews, en los Estados Unidos, y tiene una especialización en Apocalipsis. Escribió su tesis doctoral bajo la orientación de Ranko Stefanovic, autor del libro Revelação de Jesus Cristo: comentario sobre el libro de Apocalipsis, lanzado por la Casa Publicadora Brasileña. Es profesor de Apocalipis en Salt/Uniaene, en Cachoeira, estado brasileño de Bahía.


Referencias

[i] El contenido de este artículo es un breve resumen de algunas secciones de mi tesis doctoral. Ver Adenilton Tavares de Aguiar, “You Must Prophesy Again: The Mission of God’s People in Revelation 10-14.” PhD Diss., Andrews University, 2022. Link: https://digitalcommons.andrews.edu/dissertations/1787.

[ii] Kenneth A. Strand, “An Overlooked Old Testament Background to Revelation 11:1,” AUSS 22, no. 3 (1984): 317–25.

[iii] Esto es ampliamente reconocido por varios intérpretes del Apocalipsis. Por desgracia, la mayor parte de la literatura relacionada a esto está en inglés. Algunos ejemplos son: Thomas R. Shreiner, “Revelation,” en Hebrews-Revelation, ESV Expository Commentary, Vol. 12. Editado por Ian M. Duguid, James M. Hamilton Jr., Jay Sklar. Wheaton, IL: Crossway, 2018, p. 648; Craig R. Koester, Revelation: A New Translation with Introduction and Commentary, Anchor Yale Bible. New Haven; Londres: Yale University Press, 2014, 494; John Christopher Thomas y Frank D. Macchia, Revelation, The Two Horizons New Testament Commentary. Grand Rapids, MI: William B. Eerdmans Publishing Company, 2016, 200.

[iv] Richard Bauckham, The Climax of Prophecy: Studies on the Book of Revelation. Londres; Nueva York: T&T Clark: A Continuum Imprint, 1993, 271.