Alumna de escuela adventista es elegida como embajadora en Estados Unidos
Desde Norteamérica, Angie nos cuenta su experiencia al ser elegida para el Programa Jóvenes Embajadores organizado por “World Learning” en Estados Unidos.
Por Alexis Villar
Desde el 2008 Angie Celeste Murciego (15) es alumna del Insituto Adventista Mariano Moreno en Misiones. Hoy cursa el tercer año del secundario y hace algunos días, fue elegida como embajadora de las olimpíadas de liderazgo en Estados Unidos. Partió el viernes 17 junto a otros jóvenes a Charlottesville, Virginia (EEUU), para participar en el Programa Jóvenes Embajadores coordinado por la organización “World Learning”. “Mi sueño era hacer un intercambio hace un par de años, pero como eran muy costosos no podía hacerlo”, cuenta Angie en contacto telefónico desde Estados Unidos. Sin duda esta beca es más que un intercambio cultural: “Hoy tomo clases de idioma y compromiso ciudadano, voluntariado y diversas herramientas, que me van a servir para toda la vida, y realizar un proyecto para mi comunidad”. Lea también: ACES lanza concurso de innovación pedagógica para docentes Se postuló a raíz de que su hermana la etiquetó en una publicación de Facebook. “Comencé a ver de qué se trataba el programa y me di cuenta que era mucho más de lo que yo quería”, recuerda Angie. Se inscribieron más de 300 postulantes de todo el país y Angie quedó entre los trece que están representando a Argentina. “Cumplir un sueño como este me probó que tengo un Dios real y un Dios de lo imposible. Hice todo lo que podía hacer al alcance de mi mano y lo imposible se lo entregué a Dios”, destaca la embajadora.
“Yo le dije a Dios unos días antes que me llamen, porque había quedado seleccionada: -Dios si ves que voy a ser una buena embajadora de Argentina y del cielo dame la oportunidad. Tú eres mi Dios y eres el Dios de lo imposible. Al otro día Dios respondió con una llamada de la embajada de los Estados Unidos diciéndome que soy la única embajadora de Misiones y estoy entre las trece embajadoras de Argentina que va a viajar a EEUU”, subraya Angie. “Ahora estoy acá y estoy muy agradecida de tener a un Dios como Él”. Las clases son en la Universidad de Virginia, sin embargo, en la última semana del programa que finaliza el 17 de abril serán en Washington D.C. (Estados Unidos) y tendrán que presentar el proyecto que luego deberán implementar en el país. En el caso de Angie, el plan es enseñar inglés en los orfanatos de su comunidad. Luego, en octubre deberán presentar los resultados obtenidos. “Creo que Dios me dio esta gran oportunidad a mí para que yo pueda darle oportunidades a otros. El inglés fue una gran herramienta que me permitió llegar hasta acá”, finaliza.
Feria de Ciencias
La Feria de Ciencias en el Instituto Adventista Mariano Moreno fue el puntapié inicial para Angie. Hace dos años, ella se avocó a estudiar los beneficios de aprender idiomas. “No solo sirve para aprender otra lengua sino que va más allá”. Y destaca algunos de ellos: “El trabajo, la salud, e inclusive se activan y se estimulan partes del cerebro que de otra manera no lo harían”. A partir de allí tuvo la posibilidad de trabajar con niños en experimentos psicotécnicos con una escuela tradicional y la otra bilingüe: “Los resultados salieron como lo esperábamos. En los chicos que sabían dos idiomas se notaban la diferencia con los que solo sabían uno”, destaca.
Para Angie y su grupo la conclusión del estudio fue clara: “Los niños son los más beneficiados en aprender otro idioma para toda la vida. No solo para lo laboral sino para toda su vida en general”. Desde ese momento ella pensó en los niños para que puedan recibir ese beneficio de aprender otra lengua. “En mi ciudad la enseñanza de inglés no es muy usual en la primaria. En los orfanatos no tienen acceso para aprender inglés por su propia cuenta. Por eso me ayudo bastante en decidir cuál iba a ser mi proyecto a partir de la feria de ciencias que hice”. Al regresar, Angie sueña con enseñar inglés en orfanatos.
La Educación Adventista
El director del Instituto Mariano Moreno, Jorge Hilt menciona: “Ella participa todos los años de ferias de ciencias y soñaba con hacer un viaje de habla inglesa. Angie este año cumplió 15 y no quería una fiesta tradicional sino más bien un viaje de intercambio cultural. Ella aplicó para este programa de intercambio y eso implicaba que avaláramos su desempeño académico, que de hecho lo hicimos como institución, y Dios le regaló esta beca para que pudiese realizar el viaje”. “Si hay una educación con excelencia y buenos valores es la adventista”, reflexiona Angie. “Creo que todo lo que estudiamos ahí nos influencia a ser todo con excelencia. Trabajar duro para conseguir todo lo que queremos, no solo en lo laboral sino también en los sueños. Nos inspiran y nos hablan de Dios que es lo principal en mi vida”. Angie comenta que se siente agradecida al tener una segunda familia “que me apoye y que me guíe por el buen camino”.
Su director destaca: “Esperamos que esto pueda ayudar a otros jóvenes. No solo ir al exterior sino lo más importante que tiene que ver con el voluntariado, que fue lo que movilizó a Angie para presentarse”. El líder de la Institución remarca que están muy contentos con todo lo que está sucediendo. “La estamos esperando para que nos cuente cómo resultó todo y que sirva de estímulo para muchos jóvenes que sueñan. Dios conoce los sueños de los jóvenes y Él proveerá para cumplirlos a su debido tiempo”. “Desde la Institución seguimos trabajando no solo con la feria de ciencias sino también con el área bilingüe y la posibilidad de hacer intercambios en el exterior” finaliza Hilt.