Noticias Adventistas

Misión

Adventistas desarrollan proyecto humanitario con refugiados venezolanos en el interior de Brasil

Los indígenas Warao son acogidos en Bahía con iniciativas de salud, educación, fe, integración social y generación de ingresos.


  • Compartir:
Los indígenas Warao recorrieron más de 6.500km, huyendo de la crisis humanitaria en Venezuela. (Foto: Colaboración)

Desde finales de 2024, los adventistas de Vitória da Conquista, ciudad ubicada en el centro-sur del estado de Bahía, en Brasil, realizan un trabajo comunitario continuo con refugiados venezolanos de la etnia Warao. Cerca de 120 personas, organizadas en 24 núcleos familiares, viven provisoriamente en una antigua escuela agrícola desactivada en el distrito de Itapirema, cedida por la municipalidad para refugios de emergencia.

Las acciones son realizadas en red, con la participación de miembros de las iglesias adventistas locales, clubes de Conquistadores y Aventureros, profesores voluntarios, empresarios, profesionales de la salud, abogados y miembros de la sociedad civil. El proyecto tiene como objetivo ofrecer refugio, inclusión social, dignidad y apoyo a las familias en situación de vulnerabilidad, de forma alineada con las políticas públicas y esfuerzos sociales de la municipalidad local.

Lea también:

Según Tiago Lêra, coordinador de los Conquistadores en Vitória da Conquista, la movilización involucra a diferentes frentes de la iglesia: “La iniciativa surgió de los administradores de la Iglesia Adventista para el sudoeste bahiano. Hoy, los Conquistadores también están involucrados; hay 52 clubes bajo mi coordinación. Estamos movilizando a toda nuestra región para ofrecer apoyo con alimentos, ropas y otros ítems necesarios. Es un esfuerzo conjunto que ha unido a muchas personas, cada una contribuye con lo que puede”.

Profesionales de diversas áreas se desempeñan como voluntarios en el proyecto. (Foto: Colaboración)

Además del trabajo realizado por los adventistas, la comunidad Warao cuenta con el apoyo de la Secretaría Municipal de Desarrollo Social, así como de la Orden de los Abogados de Brasil (OAB), subsección Vitória da Conquista, que ofrece apoyo jurídico a las familias.

El trabajo de los clubes de Aventureros ha sido fundamental en el discipulado de los niños de la comunidad Warao. (Foto: Colaboración)

Las visitas de los voluntarios son constantes, con entrega de alimentos, ropa, productos de higiene y otras necesidades básicas. Sin embargo, el foco va más allá de la ayuda de emergencia. Se trata de un esfuerzo continuo de promoción del desarrollo personal y comunitario.

Enseñanza y relación con la Iglesia

Realizar actividades recreativas es parte de la integración entre voluntarios y la comunidad de refugiados. (Foto: Colaboración)

En el área de educación, las voluntarias enseñan portugués con materiales basados en la Biblia. Ese proceso ha sido fundamental para facilitar la relación de las familias y ampliar sus perspectivas de futuro profesional en Brasil. En el campo de la salud, las consultas son realizadas por médicos, dentistas y psicólogos voluntarios que ofrecen cuidado humanitario con atención especial a las mujeres y niños.

Desde la Semana Santa, los miembros de la comunidad Warao asisten a la Iglesia Adventista de Itapirema. (Foto: Colaboración)

Durante la Semana Santa 2025, las familias participaron de las programaciones de la Iglesia Adventista de Itapirema y, desde entonces, muchos comenzaron a asistir a los cultos regularmente. La relación con la comunidad local también se fortalece al compartir la fe.

El pastor Heberson Licar condujo la programación de Semana Santa con la comunidad Warao y ha incentivado activamente la participación de Conquistadores y Aventureros en el proyecto. (Foto: Colaboración)

Huertas y granjas impulsan la autonomía de las familias

Uno de los pilares del proyecto es el incentivo a la subsistencia y la generación de ingresos por medio del trabajo con la tierra. Las familias han cultivado huertas comunitarias con el apoyo de voluntarios e insumos donados, y la cría de gallinas dio origen a una pequeña granja dentro de la comunidad. El empresario Jhonatan Moraes es voluntario del proyecto y está participando en acciones de desarrollo de la autonomía del pueblo Warao.

Las actividades agrícolas incluyen la plantación de 300 árboles de mandioca, zapallo, sandía, frijol verde, maíz y hortalizas. (Foto: Colaboración)

“La idea inicial fue garantizar la subsistencia allí mismo, dentro de la comunidad, con lo que ellos ya sabían hacer. Comenzamos con las huertas y después estructuramos la cría de gallinas para producir huevos. Ahora, además de alimentar a las familias, el excedente ya está siendo comercializado en la región”, explica Jhonatan.

“Ellos desmalezaron usando herramientas donadas, cada uno contribuyó con lo que tenía. Esa participación directa fortalece el sentido de pertenencia y abre puertas incluso para el trabajo fuera de la comunidad, en un sector donde la mano de obra es escaza, como el campo”, completa.

Jhonatan y su esposa Daniela, voluntarios del proyecto, participan de una actividad cultural con la comunidad Warao. (Foto: Colaboración)

Preservación cultural y discipulado respetuoso

El proyecto también se preocupa por la preservación cultural de los Warao. Para el pastor Heberson Licar, líder de Conquistadores y Aventureros de la región sudoeste de Bahía, el discipulado debe ser contextualizado y respetuoso: “Queremos que ellos continúen siendo Warao, sin perder su identidad. El discipulado verdadero enseña a las personas dentro de su historia y su cultura, sin faltarles el respeto”, afirma.

Rubem Mata y Jhonny Mata, líderes indígenas en la comunidad Warao y Tiago Lêra, líder del proyecto, comparten los planes para el emprendimiento agrícola en encuentro de empresarios. (Foto: Colaboración)

Heberson también resalta que el proyecto ha alcanzado una continuidad especial en acciones sociales, justamente por la participación mutua. “A diferencia de muchos proyectos puntuales, aquí hubo una respuesta muy fuerte de la comunidad indígena. Ellos dijeron: ‘Ayúdennos a vivir’. Y eso nos mueve. Quien va hasta allá vuelve transformado. Su respuesta es lo que nos hace continuar”.

La iniciativa nació de un llamado personal a la misión

En un refugio colectivo, indígenas Warao son incentivados a mantener su tradición cultural. (Foto: Colaboración)

El origen del proyecto está relacionado a un momento destacado vivido por el pastor Reginaldo Pereira, presidente de la Iglesia Adventista en el Sudoeste Bahiano. Durante un encuentro de misión, él fue profundamente impactado por un mensaje del pastor Kleyton Feitosa (entonces líder de proyectos especiales de la sede mundial de la Iglesia, la Asociación General), que enfrentaba un cáncer en estado avanzado.

En esa ocasión, el pastor Kleyton presentó el texto de Levítico 19:33, 34, destacando la importancia bíblica de acoger al extranjero: “Cuando el extranjero morare con vosotros en vuestra tierra, no le oprimiréis. Como a un natural de vosotros tendréis al extranjero que more entre vosotros, y lo amarás como a ti mismo; porque extranjeros fuisteis en la tierra de Egipto. Yo Jehová vuestro Dios”.

Para el pastor Pereira, eso fue un divisor de aguas. “El mensaje me consoló. Él decía que el número de extranjeros entre nosotros aumentaría y que no podíamos ignorar sus necesidades materiales, emocionales y espirituales. También dijo que muchos invierten para ir a otros países a evangelizar, pero Dios está trayendo a estas personas hasta nosotros. Tenemos el privilegio de evangelizarlas aquí, en nuestra realidad, con menos barreras culturales”, relató.

El pastor Kleyton falleció algunas semanas después, pero dejó un legado. Movido por esa convicción, el pastor Reginaldo compartió la visión con otros líderes. La respuesta fue inmediata: los líderes de Conquistadores abrazaron el proyecto e iniciaron las acciones de acogida a los refugiados Warao en Itapirema.

Este modelo de recepción puede aplicarse en otras regiones

El proyecto desarrollado en Itapirema es parte de un plan más amplio de la Iglesia Adventista en Vitória da Conquista, que tiene por objetivo atender diferentes grupos en situación de vulnerabilidad en el municipio. “Esta es solo una de las iniciativas sociales que estamos estructurando. Comenzamos por los refugiados venezolanos, pero ya iniciamos el proceso para alcanzar también a personas en situación de calle, ancianos, huérfanos y otras poblaciones en riesgo”, explica el pastor Heberson Licar.

La acción conjunta entre la Iglesia, la sociedad civil y el poder público ha generado resultados concretos en las áreas de salud, educación, generación de ingresos e inclusión social. Con la consolidación de esa iniciativa, la expectativa es expandir el alcance de las acciones y replicar el modelo en otras comunidades del sudoeste bahiano.


También puedes recibir este y otros contenidos directamente en tu dispositivo. Inscríbete en nuestro canal en Telegram o WhatsApp.

¿Quieres conocer más sobre la Biblia o estudiarla con alguien? Haz clic aquí y comienza ahora mismo.