Adventista relata drama de incendio en la Isla de Madeira
Fuerte incendio alcanzó país europeo hace varios días. Agencia Humanitaria Adventista trabaja en el lugar de los hechos y sobreviviente habla del drama.
Isla de Madeira, Portugal... [ASN] Los datos de organismos gubernamentales portugueses afirman que más de mil personas ya han sido relocalizadas debido a la secuencia de incendios que ocurren hace algunos días en Funchal, capital de la Isla de Madeira, en Portugal. Oficialmente, murieron por lo menos tres personas hasta ahora, pero hasta el cierre de esta noticia, había sospechas de una cuarta víctima. Dos bomberos resultaron con heridas de poca gravedad luego de un accidente con el vehículo donde estaban. Con 120 mil habitantes, Funchal es una ciudad con un relieve que hace difícil los trabajos de extinción de llamas. Se estima que por lo menos 500 hectáreas se han quemado hasta ahora. Un colaborador de la Agencia Adventista Sudamericana (ASN) conversó con una sobreviviente sobre la catástrofe.
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Deyse Gomes, miembro de la iglesia adventista local, comentó que durante la mañana del martes 9 pensó que el fuego había sido controlado totalmente, pero el drama aún no había terminado. “Salí hacia mi trabajo y, durante el transcurso de la mañana, con todas las noticias que escuchaba, volví a mi casa para buscar a mi gata, algunas ropas y cerrar las ventanas. Con la ayuda de mi padre, pude sacar el televisor y algunos electrodomésticos pequeños. Estaba a punto de cerrar la garrafa de gas cuando pasó la policía y nos pidió que saliéramos. Cerré la puerta con un tremendo dolor, pues yo pensaba que esa sería la última vez. Pero mi pensamiento fue entregar todo en las manos del Señor. Y así fue. Una vez que cerré la puerta, en mi mente solo tenía solo un pensamiento: ‘Señor, que sea lo que tú quieras. Te lo dejo todo en tus manos’. Y me fui”, dice ella.
La iglesia adventista en Portugal se manifestó, por medio de redes sociales y declaró: “No pedimos que oren solo por nuestros hermanos, sino que le supliquen misericordia a Dios para todos los habitantes de la isla. Que Dios permita que durante la noche esta catástrofe se calme y que sea posible reorganizar las fuerzas y los medios que todavía quedan. Los llamo a compartir este mensaje con todos sus amigos y que hagamos de este momento un tiempo de intercesión por todos los que sufren”.
Casas preservadas y ayuda humanitaria
Deyse cerró la puerta de su casa cuando vio que el fuego se esparcía e imaginó que todo sería rápidamente destruido. Temía, también, por la casa de sus padres que queda cerca de la suya. Ella se fue hasta la ciudad de Machico, lejos de su lugar, donde el fuego no había llegado. Luego de algunas horas, regresó y fue primero a la casa de sus padres, que estaba intacta, ya que el viento había cambiado el rumbo.
Ella comentó, además, que incluso en medio de la tragedia, juntó fuerzas para ser solidaria y ayudar a una amiga que se encontraba en una situación peor, pues las llamas se acercaban cada vez más a su domicilio. La llamaron para que fuera a ver su casa y fue grande la sorpresa cuando vio que el fuego solo había llegado hasta la parte de abajo.
Esta mujer adventista portuguesa cree que Dios evitó que se produjeran mayores daños y da como ejemplo de eso la preservación de su casa. “Sabemos que no estamos exentos de pasar por momentos difíciles, pero estar con el Señor es la garantía de la victoria”.
Los adventistas, sin embargo, están preocupados por ayudar de manera general a la población afectada. En respuesta a la catástrofe, la agencia humanitaria adventista presente en Portugal, ADRA, informó que está en acción para apoyar a las familias, a las comunidades y a los profesionales involucrados y afectados por la ola de incendios. En su página oficial de Facebook, ADRA Portugal, por medio de la coordinación regional del norte, entregará a los organismos responsables botellas de agua y paquetes de leche antes del fin de semana. “Dentro de algunos días daremos los datos de una cuenta bancaria para la recaudación de fondos para apoyar a la Isla de Madeira”. [Equipo ASN, Felipe Lemos, colaboración Filipe Reis]