La ciudad de Foz do Iguaçu fue sede del encuentro regional “Rutas que Transforman”, promovido por la Agencia Adventista de Desarrollo y Recursos Asistenciales (ADRA) en Sudamérica. Líderes de Argentina, Brasil, Chile, Ecuador, Paraguay, Perú y Uruguay se reunieron del 18 al 20 de agosto para alinear estrategias y consolidar el planeamiento humanitario para 2025.

El plan regional refuerza el compromiso con acciones capaces de generar resultados medibles, sostenibles y profundamente humanos, y fue estructurado en torno a cuatro pilares: Fe, Fondos, Personas y Programas.

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Compromiso con una misión global

Durante los tres días de programación, los participantes revisaron las estrategias locales, compartieron desafíos comunes y celebraron logros regionales. El pastor Paulo Lopes, presidente de ADRA Internacional, presentó una visión actualizada de la agencia en el escenario mundial y destacó el valor de la integración regional.

“Necesitamos construir soluciones que combinen compasión y competencia, innovación y sensibilidad. ADRA es una red viva, presente en más de 130 países, pero que se fortalece en las conexiones locales. Es allí donde la misión realmente sucede”, afirmó Lopes.

Según él, la actuación local es el espacio donde la misión deja de ser un concepto y se transforma en respuesta práctica a las necesidades de las comunidades: “ser presencia donde persiste el dolor, respuesta donde hay silencio, justicia donde existe abandono”.

Una visión compartida

El encuentro también fue marcado por los testimonios de los directores nacionales. Para Plinio Vergara Serrano, director de ADRA Perú, la reunión representó una oportunidad para fortalecer la visión conjunta.

“Con ADRA podemos ayudar a las personas a mejorar su calidad de vida con fe y esperanza, para que vivan como Dios soñó para ellas. Este encuentro fue una oportunidad valiosa para fortalecer estrategias concretas, alinear visiones y renovar nuestro compromiso con un propósito mayor que nosotros mismos: cumplir la orden de Jesús. ADRA es más que proyectos. Es acción con compasión, es fe traducida en servicio, es presencia viva en las comunidades que más lo necesitan”, señaló.

Vergara resaltó que la agencia no se limita a ejecutar proyectos, sino que actúa de forma práctica en las comunidades, llevando apoyo y esperanza a las familias atendidas.

Planeamiento con propósito

El pastor Rodrigo Cárcamo, director de ADRA para los países que conforman la División Sudamericana de la Iglesia Adventista —oficina administrativa que coordina el trabajo de la denominación en ocho naciones— destacó el compromiso colectivo de mantener la misión central como referencia.

“Confirmamos nuestro deseo de continuar sirviendo a la humanidad para que todos puedan vivir de acuerdo con el plan de Dios”, afirmó.

De acuerdo con él, el encuentro fue fundamental para alinear directrices y fortalecer el planeamiento de 2025, reforzando que “ADRA no es solo una ONG. Es la Iglesia en acción, la fe que se expresa a través de manos dispuestas. Una red que no trabaja por reconocimiento, sino por convicción”.

Un nuevo ciclo de transformación

Los participantes dejaron Foz do Iguaçu con cronogramas definidos y metas revisadas, pero también con el refuerzo de una misión compartida: transformar la realidad de comunidades vulnerables por medio de presencia activa, proyectos sostenibles y cooperación regional.

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