Buenos Aires, Argentina... [ASN] Una larga semana ha pasado para los habitantes de La Emilia - provincia de Buenos Aires - luego de que las intensas lluvias hayan hecho desbordar el Arroyo del Medio - afluente del río Paraná -, lo que anegó a la localidad casi en su totalidad con sectores que llegaron hasta los dos metros de agua dentro de las viviendas. De a poco los desplazados vuelven a sus hogares y el trabajo de las organizaciones y agencias de acción humanitaria y entes gubernamentales no cesan en pos del alivio de la comunidad. En este contexto, la Agencia Adventista de Desarrollo y Recursos Asistenciales (ADRA) Argentina desplazó a miembros de su Equipo Nacional de Respuesta a Emergencias para evaluar los daños y analizar las necesidades humanitarias de la población afectada por la historia inundación en la localidad bonaerense.

El lunes, 16 de enero, un día después de que el terraplén de contención del arroyo cedió ante la repentina crecida, el 80% de las casas de la localidad de La Emilia se encontraban con enormes cantidades de agua dentro -hasta dos metros en sectores linderos al arroyo- y con ella, basura, escombros, barro, ramas, plantas, animales sin vida. “Cuando bajo el nivel del agua dentro de mi casa, me encontré con una gran cantidad de hojas, ramas y barro, pero lo peor fue encontrar un animal muerto que arrastró la corriente”, contó Miguel Ángel, un vecino de unos de los sectores mas afectados de la localidad - lindero al arroyo.

Con el correr de los días y gracias al buen tiempo el agua drenó rápidamente pero todo lo demás no. Caminar por las calles de La Emilia implica cruzarse con postales que evidencian la fuerza que cobra la naturaleza en situaciones de estas magnitudes. Las montañas de muebles deteriorados por el agua se hacen cordillera en las veredas donde la gente vacía sus casas para poder limpiar y quitar el olor putrefacto que ha quedado impregnado en todo lugar que pudo.

Ayuda

Los ánimos por supuesto que no son los mejores pero esto no significa que los valores humanos estén cegados. La solidaridad entre vecinos quiebra cualquier anquilosamiento del arduo trabajo que cada vecino está realizando para volver a tener sus hogares en condiciones. Familiares, amigos o solamente vecinos, dejan cualquier cosa que estén haciendo si alguien les pide ayuda para algo, hasta para empujar autos, con una media de 33 grados de temperatura y un sol que que baja como una flecha.

En estos escenarios donde el estrago y la desazón están a la orden del día, el trabajo de las organizaciones y agencias de acción humanitaria ayudan en la reconstrucción de las comunidades, en algunos casos, desde cero.

ADRA distribuyó hasta el momento 398 kits de limpieza y brindó servicios de lavandería para 39 familias y 5 jardines y escuelas.

Además, distribuyó material informativo para la prevención del dengue, zika y chikungunya en articulación con el Ministerio de Salud de la Nación y la Organización Panamericana de la Salud.

A las ocho de la mañana de cada día, los voluntarios de ADRA comienzan a caminar las angostas calles para entregar un voucher con el que los afectados pueden acceder al lavado y secado de ropa y los kits de limpieza.

El trabajo continúa, resta mucho por hacer, y sobre todo, por resolver. El gobierno y las organizaciones de la sociedad civil continúan trabajando en conjunto con la comunidad; vecinos se acercan a ofrecer agua y comida a los voluntarios, en cualquier otro lugar sonaría a paradoja, pero en este contexto de solidaridad y compañerismo mutuo, el panorama es más que alentador. [Equipo ASN, Alexis Villar]

Fuente y fotos: Bruno Grappa, Comunicación ADRA Argentina.