Adolescente supera delicada cirugía cerebral y comparte su fe: "Dios hizo un gran milagro en mi vida"
Tras 28 días de internamiento y momentos de incertidumbre, Benjamín y su familia mantuvieron firme su fe en Cristo, confiando en un milagro.
El tercer sábado de septiembre se celebró el Día Mundial del Conquistador, una jornada llena de alabanzas, sonrisas, mensajes bíblicos y el característico espíritu conquistador. Durante esa semana, se conocieron historias y testimonios de jóvenes que, como Benjamín, de 13 años, encarnan el lema: "siervo de Dios y amigo de todos".
Benjamín disfrutaba de una vida normal entre la playa, el deporte, y sus actividades cotidianas en casa, el colegio, la iglesia, y por supuesto, el Club de Conquistadores "Ruhama". Sin embargo, en junio de este año, comenzó a sufrir fuertes dolores de cabeza. Preocupados por su salud, sus padres decidieron llevarlo a realizar varios exámenes médicos, cuyos resultados cambiaron sus vidas para siempre.
Un diagnóstico que cambió sus vidas
Los exámenes revelaron que Benjamín padecía de una malformación arteriovenosa cerebral, es una maraña de vasos sanguíneos que crea conexiones irregulares entre las arterias y las venas del cerebro. La noticia de esta condición grave y peligrosa devastó a su familia, pero decidieron avanzar fijados sus ojos en Cristo. Un neurocirujano les explicó que habían llegado a tiempo para tratar la afección.
El hospital presentó obstáculos burocráticos, pero Benjamín y su familia nunca perdieron la esperanza. "Le pedimos a Dios que nos diera fuerzas para seguir", recuerda su padre. Tras varias citas y momentos de angustia, Benjamín fue finalmente ingresado al Instituto Nacional de Salud del Niño (INSN) en Lima para someterse a una embolización, un procedimiento que trata la malformación sin necesidad de cirugía invasiva. Sin embargo, un contratiempo en el hospital retrasó la intervención, lo que generó gran preocupación en la familia.
Finalmente, el día de la operación llegó. Los médicos advirtieron a la familia sobre los riesgos: parálisis, pérdida de visión, estado vegetativo o incluso la muerte. A pesar de estas noticias, la fe de Benjamín y su familia no se quebrantó. "Lloré mucho ese día, pero confié en que Dios haría el milagro", recordó su padre. La operación fue un éxito y el equipo médico confirmó que la malformación había sido tratada.
Un milagro en la recuperación
La recuperación de Benjamín fue difícil al inicio. Sufrió intensos dolores de cabeza y un pequeño sangrado cerebral que lo mantuvo en el hospital varios días. Los médicos consideraron administrarle morfina para aliviar el dolor, pero entonces ocurrió un milagro: los síntomas comenzaron a disminuir justo antes de aplicar el tratamiento. "Dios obró otro milagro", afirma su padre, aliviado.
Actualmente, Benjamín está en casa, descansando y recuperándose junto a su familia. En su mensaje a los Conquistadores y a todos aquellos que enfrentan momentos difíciles, compartió:
"Hermanos, me encuentro en casa recuperándome tras pasar por una situación muy crítica. Estuve internado 28 días, pero siempre le pedí a Dios en oración. Él hizo un gran milagro en mi vida, y ahora estoy con mi familia. A quienes estén pasando por momentos difíciles, no desconfíen de Dios ni se rindan. La oración es poderosa. ¡Feliz Día del Conquistador para todos!"
La experiencia de Benjamín y su familia es un testimonio vivo de fe, perseverancia y confianza en Dios, una historia que inspira a todos a no rendirse ante la adversidad.