¿La nutrición puede prevenir tumores cerebrales?
Neurooncóloga explica cómo una dieta balanceada y antiinflamatoria puede mejorar la calidad de vida de las personas con tumores cerebrales.

Los tumores cerebrales son una condición médica grave y muchas veces imprevisible, lo que hace que las personas se pregunten si la prevención es posible. Aunque la sociedad tienda a pensar que las elecciones del estilo de vida son una de las principales causas de cánceres y tumores, Maninder Kaur, especialista en neurología de Loma Linda University Health, dice que las causas exactas de los tumores cerebrales malignos primarios continúan siendo ampliamente desconocidas.
“Existen algunos síndromes genéticos que son familiares, pero raros, y muchos aún deben ser explorados”, explica Maninder. “Pero, la mayoría de las veces, es una “cuestión de suerte”, porque generalmente no sabemos lo que causa los tumores cerebrales”.
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Con respecto a los factores ambientales, además de los altos niveles de exposición a la radiación de lugares como usinas nucleares o productos químicos de guerra, no hay evidencias científicas directas que vinculen los hábitos de vida, como el uso de celulares y microondas, al crecimiento de tumores cerebrales que conocemos hasta ahora por medio de estudios clínicos.
Aunque no se conozcan maneras definitivas de prevenir los tumores cerebrales, los investigadores continúan explorando el papel de la nutrición en la gestión y la posible reducción del riesgo de este tipo de tumores.
La médica afirma que la inflamación causada por una dieta inadecuada y por las toxinas del humo, alcohol y drogas puede perjudicar la capacidad del cuerpo de combatir enfermedades, porque aumenta la inflamación, priva al cuerpo de antioxidantes necesarios y sobrecarga aún más el sistema inmunológico. Una dieta saludable, aunque no sea una prevención de tumores cerebrales, puede ayudar a reforzar las defensas naturales del cuerpo.
Tumores cerebrales y sus causas
Los tumores cerebrales son crecimientos anormales de células en el cerebro que pueden ser malignos, los cancerosos, o benignos, no cancerosos. Los tumores cerebrales malignos se originan del cáncer en otras partes del cuerpo, como en la mama o en los pulmones, que luego se extienden hacia el cerebro.

Un tumor cerebral primario, que comienza en el cerebro, es el segundo tipo más común de tumor. Puede ser causado por mutaciones genéticas y raramente está relacionado a síndromes familiares.
Impacto de la nutrición en la salud del cerebro
Aunque no exista una manera garantizada de prevenir un tumor cerebral, Maninder dice que tener una dieta saludable puede reducir los riesgos generales y potencialmente retardar la progresión de los tumores cerebrales. Dos dietas que ella recomienda son las dietas cetogénica y la mediterránea.
La dieta cetogénica (keto), que se popularizó en la década de 1920 como un tratamiento para la epilepsia, puede ayudar con los tumores cerebrales. Los estudios en curso están analizando los beneficios de la dieta cetogénica, específicamente cómo puede alterar el metabolismo del cuerpo para privar a las células cancerígenas de su principal fuente de combustible: la glucosa. La dieta cetogénica tiene un alto tenor de grasa y bajo tenor de carbohidratos que altera el metabolismo del cuerpo de usar la glucosa como su principal fuente de energía para quemar la grasa como combustible, produciendo cetonas en el proceso.
Al reducir drásticamente la ingestión de carbohidratos y aumentar el consumo de grasas, la dieta fuerza al cuerpo a entrar un estado llamado cetosis, en el cual depende de cetonas para obtener energía en vez del azúcar.
La dieta mediterránea, que se popularizó en la década de 1990, enfatiza alimentos ricos en antioxidantes, grasas saludables, frutas y vegetales. Maninder recomienda esa dieta debido a sus propiedades antiinflamatorias, que pueden ayudar a proteger las células cerebrales del estrés oxidativo y los daños.
Además, la científica observa que los estudios sugieren que una dieta rica en fibras y basada en vegetales puede traer beneficios a los pacientes con tumores cerebrales, principalmente porque refuerza la salud en general y reduce potencialmente el riesgo de cáncer. Los alimentos antiinflamatorios, como los frutos rojos, el té verde y los alimentos ricos en omega 3, como el salmón, pueden ayudar a reducir la inflamación causada por el tumor o su tratamiento.
Además de incorporar una dieta rica en nutrientes, Maninder dice que hay que evitar los alimentos procesados, la carne roja y las grasas no saludables para ayudar a reducir la inflamación en el cuerpo.
Dieta durante el tratamiento
Para las personas que están sometiéndose al tratamiento por tumores cerebrales, incluyendo cirugía, quimioterapia y radiología, la nutrición se vuelve aún más crítica.
“El cuerpo necesita combustible adecuado para recuperarse de la cirugía, lidiar con los efectos colaterales de la quimioterapia y reparar los tejidos dañados”, dice Kaur. “Durante el tratamiento, los pacientes deben concentrarse en alimentos ricos en nutrientes que sean fáciles de digerir y abundantes en proteínas, antioxidantes y grasas saludables”.
El cerebro y el cuerpo
Además de la dieta, hay otros factores que deben considerarse cuando se trata de la salud del cerebro, como el sueño, la salud emocional y el ejercicio.
Una buena noche de sueño
El sueño es esencial para mantener la salud del cerebro, pues permite que este descanse y se regenere, lo que es especialmente importante para quien está luchando contra el cáncer. Una buena noche de sueño es esencial para la salud del cerebro y puede ayudar en la recuperación y después de los tratamientos contra el cáncer.
Salud mental y emocional
Algunos estudios sugieren que la salud mental y emocional precaria ha demostrado impactar en la progresión de los tumores. Maninder señala que los pacientes con fuertes sistemas de apoyo mental y emocional tienden a tener mejores resultados con prácticas como mindfulness (atención plena), lo que puede retardar potencialmente el crecimiento del tumor y contribuir al bienestar general.
Actividad física
Está comprobado que el ejercicio regular mejora la función cerebral y puede contribuir al bienestar general, lo que, a su vez, puede beneficiar a los pacientes en tratamiento de tumores cerebrales. Aunque el ejercicio, por sí solo, no pueda evitar o interrumpir el crecimiento del tumor, este aumenta la capacidad del cuerpo de gestionar el estrés y combatir la inflamación, ayudando a mantener la energía y la claridad mental.
Una dieta equilibrada y antiinflamatoria, rica en antioxidantes y grasas saludables, combinada con ejercicios regulares, sueño adecuado y un fuerte sistema de apoyo emocional, puede mejorar la función cerebral y mejorar la calidad de vida de las personas que viven con tumores cerebrales.
Aunque el estudio sobre el impacto específico de la dieta en la prevención de tumores cerebrales esté en curso, Maninder señala que el consenso actual es claro: una dieta saludable y con alimentos integrales puede apoyar la capacidad del cuerpo de curarse, mantener la energía y gestionar los efectos del tratamiento.
La versión original de esta noticia fue publicada originalmente por Loma Linda University Health.