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Llamados para servir

A través del voluntariado, Ellen Lopes y Gonzalo Martínez llevan el mensaje del evangelio a todo el mundo, con diferentes iniciativas.


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Cada año, Ellen y su esposo participan en misiones de corto plazo en diferentes regiones de Brasil y del mundo. (Foto: Archivo personal)

Recién graduada de la secundária, Ellen Lopes se encontró ante una decisión que marcaría su vida. El sueño de ser misionera latía fuerte en su corazón, pero los caminos aún eran inciertos. Durante un programa llamado "Cuarenta madrugadas con Dios", ella dedicó sus días y noches a orar por dirección. “Era como si cada oración fuera una conversación con Dios, pidiéndole que me mostrara el próximo paso”, recuerda con emoción.

La respuesta llegó junto con la oportunidad de estudiar en Wildwood, un colegio misionero en los Estados Unidos. Allá Ellen descubrió el mundo del trabajo médico misionero y profundizó temas que transformaron su forma de ver la vida, como salud natural y alimentación saludable. “Fue como si Dios abriera una puerta y dijera: “Este es el camino”. Yo sabía que eso cambiaría mi vida para siempre”, cuenta.

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Después de esa experiencia impactante, Ellen volvió a Brasil y decidió estudiar Publicidad y Propaganda en el Centro Universitario Adventista de Sao Paulo (UNASP), uniendo su pasión por la comunicación con el deseo de servir. “Yo veía como la comunicación podía ser un instrumento poderoso para la misión. Quería usar lo que aprendí para ayudar a llevar esperanza a las personas”, explica.

Un propósito mayor

Con su diploma en manos, Ellen partió a su primer gran proyecto misionero: Peru Projects. Durante seis meses trabajó en comunidades aisladas utilizando la comunicación para apoyar acciones locales. “Cada día era un aprendizaje. Veía la alegría de las personas al ser alcanzadas, y eso alimentaba mi alma. Fue allí donde confirmé que servir era lo que hacía que mi vida tuviera sentido”, dijo.

A pesar de tener que regresar a Brasil debido a circunstancias familiares, Ellen no abandonó la misión. Comenzó a trabajar como gerente de marketing en el Colegio Adventista Brasil Central (antiguo IABC), en Goiás, donde encontró un espacio para continuar sirviendo. Aunque pensaba que su permanencia sería temporaria, su pasión por la misión y el apoyo de su comunidad hicieron que ella permaneciera allí.

Desde entonces, Ellen y su marido, que es cirujano dentista, dedican sus vacaciones a proyectos de corto plazo. “Todos los años nos involucramos en, por lo menos, dos proyectos, ya sea local, nacional a hasta internacional. Servir es nuestra forma de vivir el propósito de Dios”, comenta.

Ellen y el grupo de voluntarios con quienes sirvió en Costa de Marfil. (Foto: Archivo personal)

Sueños que mueven la misión

Entre tantas experiencias que el servicio voluntario le proporcionó, Ellen recuerda con cariño una ocación en la cual su esposo realizó más de 200 atenciones odontológicas, mientras ella se dedicaba a la comunicación y apoyo del proyecto. “Era emocionante ver como pequeños gestos pueden transformar vidas. La gratitud en los ojos de las personas es algo que nunca olvidaré”, cuenta.

Pero Ellen sueña con ir mucho más allá. Desde la universidad, tiene el deseo de crear una agencia de comunicación orientada exclusivamente a proyectos misioneros. “Muchos proyectos increíbles no llegan al conocimiento de las personas porque faltan recursos o profesionales que los promuevan. Quiero ayudar a cambiar eso. Mostrar que el trabajo misionero tiene historias poderosas que merecen ser contadas”, afirma.

Gracias a su corazón misionero, Ellen fue a la India, un lugar que ella deseaba conocer desde joven. El viaje estuvo rodeado por desafíos, como el descubrimiento de un embarazo y la negación de la visa. Sin embargo, al pisar en India, Ellen sintió que estaba exactamente donde debería estar.

“Dios cuidó de cada detalle. Parecía que mi bebé también formaba parte de esa misión. Fue cuando comprendí que aún cuando todo parece imposible, Dios está al control y siempre actúa en el tiempo exacto”, reflexiona con una sonrisa.

Ellen decidió poner su profesión y sus talentos al servicio del prójimo, haciendo la diferencia en la vida de muchos. (Foto: Archivo personal)

Hoy, ella mira hacia atrás con gratitud y al futuro con esperanza. Cada proyecto, cada experiencia y cada desafío refuerzan su seguridad de que la misión no solo es un trabajo, sino un estilo de vida. “La vida solo tiene sentido cuando nos ponemos a disposición de Dios para servir donde él nos llama. Eso es lo que alienta mi corazón y me da fuerzas para continuar”, concluye.

Servir en todo lugar 

Gonzalo, profesional en Educación Física, con dos niños de las aldeas de la Isla del Bananal. (Foto: Archivo personal)

Así como Ellen, Gonzalo Javier Martínez Sommerfeld también reconoce la importancia y el impacto del servicio voluntario en favor de compartir el mensaje del evangelio.  

Natural de Argentina, en 2018, Gonzalo comenzó a involucrarse en actividades voluntarias promovidas por su iglesia local. Al año siguiente, decidió dar un paso más y fue hasta la ciudad de Cambé, Paraná, Brasil, donde participó de Misión Caleb, un proyecto de voluntarios de la Iglesia Adventista del Séptimo Día que impulsa a los jóvenes a dedicar sus vacaciones a realizar actividades de servicio social y evangelismo.

Durante los veinte días del proyecto, él trabajó sirviendo a la comunidad, algo que no solo impactó su vida, sino que también profundizó su comprensión sobre el papel del voluntariado.

“Cuando comprendí de forma más profunda el “gran conflicto” decidí abrazar la misión con más fuerza. Entendí que podría usar mi profesión, tiempo, herramientas y energía para servir al prójimo, aliviar dolores, ayudar y minimizar las tristes consecuencias del pecado en el mundo”, explica Gonzalo.

Araguaia: un año de desafíos y crecimiento

Gonzalo y su esposa con un grupo de adolescentes del Núcleo Araguaia. (Foto: Archivo personal)

Actualmente, Gonzalo está terminando un año de trabajo en el proyecto Awire, liderado por la Agencia Adventista de Desarrollo y Recursos Asistenciales (ADRA), la agencia humanitaria adventista en el núcleo Araguaia, en Mato Grosso, Brasil. Este proyecto socio educativo, orientado a comunidades indígenas de la Isla de Bananal representa el mayor desafío, y al mismo tiempo, el período más significativo de su jornada.

Junto a su esposa, que es médica, Gonzalo también enfrentó desafíos personales. A pesar de su disposición para colaborar, ella encontró barreras legales que le impedían ejercer su profesión en Brasil. Según Gonzalo, la situación fue desafiante, especialmente considerando el impacto positivo potencial que ella podría tener. Destacó que, aun ante esas dificultades, aprendieron a confiar que Dios puede usar lo que uno tiene, aunque parezca insuficiente.

“Trabajar aquí es aprender todos los días. Es enfrentar desafíos, pero también celebrar cada conquista, por pequeña que parezca. Es un privilegio ser parte de algo que realmente transforma vidas”, reflexiona.

Una misión que no tiene fin

Gonzalo, cree que cada pequeña acción de servicio es una forma de expresar gratitud y fe. “Lo que hacemos puede parecer pequeño, pero Dios siempre lo transforma en algo mayor. Esa seguridad nos motiva a continuar”, afirma.

Y deja un consejo para los que desean participar en proyectos voluntarios: “Investigue, aprenda y nunca subestime lo que puede hacer. El mundo necesita personas dispuestas a donar, y cada talento cuenta. Al final, servir no es solo lo que damos, sino quienes llegamos a ser”, concluye.

El proyecto Awire tiene como objetivo potenciar el desarrollo personal y social de niños y adolescentes indígenas. (Foto: Archivo Personal)

Sea un voluntario

El voluntariado es parte de la identidad de la Iglesia Adventista del Séptimo Día. Por eso, la denominación promueve diversas oportunidades para servir a otros, ya sea en iniciativas de corta, media o larga duración. Estas no solo responden a las necesidades de instituciones y personas en Sudamérica, sino también en todo el mundo.

Quien lidera todo esto es el Servicio Voluntario Adventista (SVA), responsable de conectar a quienes desean servir con aquellos que necesitan apoyo. Visita el sitio oficial (sva.adventistas.org/es), conoce los detalles sobre cómo convertirte en voluntario(a) y descubre las vacantes disponibles.

Vea más fotos de los voluntarios a continuación:


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