En un acto de compromiso social, un grupo de 40 estudiantes de instituciones educativas adventistas del sur de Chile emprendió un viaje misionero de corta duración, conocido como Mission Trip, a la remota Patagonia chilena. Divididos en dos grupos, llevaron a cabo diversas actividades de ayuda social y acciones para compartir el mensaje de esperanza a la comunidad.

Esta iniciativa, promovida por la Educación Adventista en colaboración entre con el Servicio Voluntario Adventista (SVA), reunió a jóvenes de ciudades como Temuco, Pitrufquén, Villarrica, Valdivia, Osorno, Puerto Montt y Punta Arenas, quienes trabajaron unidos por el entusiasmo y la dedicación, para marcar la diferencia en las comunidades alejadas de la Patagonia.

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Entre las actividades realizadas se incluyeron ferias de salud, trabajos de limpieza y apoyo en diferentes obras, distribución de alimentos y entrega de libros misioneros, demostrando el compromiso con el servicio y la misión de los estudiantes.

Estos estudiantes forman parte de la Agrupación de Alumnos Adventistas (AAA) y se prepararon durante todo el año en el SVA Teen Academy (un programa de la Iglesia Adventista del Séptimo Día en Chile que prepara a los alumnos de colegios adventistas con una Escuela de Misiones para participar de un viaje misionero), del sur de Chile para participar en esta misión solidaria, con el objetivo de llevar esperanza y apoyo a comunidades distantes.

Servicio y aprendizaje

El impacto de esta experiencia no solo benefició a las comunidades de la Patagonia chilena, sino que también transformó la vida de los propios alumnos, quienes aprendieron valiosas lecciones de empatía, solidaridad y servicio durante esta intensa semana de voluntariado.

Valeria González, estudiante del Colegio Adventista de Pitrufquén, compartió su experiencia durante los días de servicio voluntario, destacando la importancia de ayudar a quienes más lo necesitan y de conocer realidades diferentes a la suya.

La valentía, dedicación, espíritu misionero y el amor al servicio fueron claves para llevar a cabo esta misión. Al poner en práctica los valores y enseñanzas en un entorno tan desafiante, esta vivencia se convirtió en una experiencia inolvidable para todos los involucrados.

Asimismo, la convivencia con las comunidades locales y la oportunidad de compartir el mensaje de esperanza dejaron una profunda huella en los corazones de los misioneros.

De esta forma, la juventud adventista reafirma activamente su compromiso con el servicio a los demás, demostrando que, juntos, es posible marcar la diferencia y llevar esperanza a lugares remotos y necesitados.

Vea más imágenes de este viaje misionero:

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