El “Fortune Tiger” de la religión
Como evitar la apuesta materialista en la fe y promover la espiritualidad genuina
La teología de la prosperidad, surgida en la década de 1940, defiende que la abundancia material es un deseo de Dios para sus fieles. Enseña que la prosperidad financiera es un derecho cristiano, y que la pobreza y la enfermedad no representan la voluntad de Dios.
Hoy en día su influencia se amplifica. Con el marketing digital y los influenciadores en las redes sociales, esa teología muchas veces se reduce a una especie de "apuesta en la fe" para adquirir recompensas materiales.
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A eso lo llamo metafóricamente el “Fortune Tiger” de la religión, una práctica que transforma la fe en la búsqueda de prosperidad inmediata, debilitando los valores profundos del discipulado y de la espiritualidad. En Brasil, el “Fortune Tiger”, una especie de casino en línea, es un problema económico y social, especialmente entre la población de bajos recursos, que cae en la ilusión del enriquecimiento rápido a través de apuestas ilegales.
Los estudios muestran que solo en agosto de este año, personas contempladas por la Bolsa Familia (programa gubernamental de asistencia social para combatir el hambre) gastaron 210 millones de reales en apuestas. Además, el 20% de los usuarios de casas de apuestas en línea, dejaron de pagar cuentas, y el 12% sustituyeron la compra de comida por apuestas. El impacto económico es severo, drenando los recursos que podrían invertirse en áreas productivas, como educación y generación de recursos.
Desde el punto de vista religioso, esa “mentalidad de apuesta” conduce a la superficialidad espiritual, algo descrito por Dietrich Bonhoeffer, en su libro Discipulado, como “gracia barata”, se predica el perdón sin arrepentimiento y la fe sin un real compromiso con Cristo. En la era del “Fortune Tiger”, la teología da la prosperidad ofrece promesas de bendiciones sin la transformación genuina de la vida, debilitando el verdadero cristianismo, que se basa en el servicio y la generosidad.
La decepción inevitable para los que no reciben las promesas de prosperidad es profunda, haciendo que muchos se sientan abandonados por Dios o manipulados por los líderes religiosos.
Qué pueden hacer las iglesias
Para combatir esa tendencia, las iglesias pueden promover una comprensión mejor de la Biblia, del discipulado y de la mayordomía cristiana. Quiero hacer una lista para reflexionar sobre algunas iniciativas que ayudan a combatir esa mentalidad.
- Enfatizar el estudio de la Biblia enraizado en el discipulado: Las iglesias deben enfocarse en una teología que enfatice la gracia, el sacrificio y el servicio, en un contrapunto a las retoricas e imaginaciones teológicas de las redes sociales pautadas en recompensas materiales. El discipulado auténtico involucra aceptación, apoyo mutuo y estudio bíblico.
- Promover la generosidad y el servicio: La espiritualidad verdadera refleja altruismo. Hechos 20:35 recuerda que " Más bienaventurado es dar que recibir”. Las iglesias pueden transformar sus comunidades incentivando deseos y acciones de servicio pautados por el amor al prójimo.
- Hacer más común y accesible la enseñanza sobre la mayordomía cristiana: La mayordomía cristiana, cuando se la enseña como es debido, ayuda a los cristianos a comprender la fidelidad como un reconocimiento de la soberanía divina sobre la vida humana, y también la adoración incondicional como una expresión de que todo lo que somos le pertenece al Señor. Esa visión necesita ser explorada, inclusive a través de la comunicación digital, porque ayuda a enfocar el crecimiento espiritual a través de la oración, del estudio de la Biblia y de una teología saludable, promoviendo la fidelidad como consecuencia del reconocimiento humano y la aceptación de la gracia redentora en vez de beneficios materiales. Romanos 12:2 nos desafía a ser transformados por la renovación de la mente.
- Hacer un uso consciente de las redes sociales: Las iglesias deben usar las redes sociales para enseñar e inspirar, combatiendo la cultura del “lucro fácil”. También deben ayudar a promover valores de adoración, solidaridad y crecimiento espiritual.
El "Fortune Tiger" es una metáfora crítica a las prácticas religiosas que sustituyen la espiritualidad por las promesas de prosperidad. Para evitar esta mentalidad, las iglesias pueden ayudar a las personas a cultivar una fe enraizada en una relación con Dios, en el discipulado y en el servicio al prójimo. Y en comprender lo que está escrito en Proverbios 13:11: " Las riquezas de vanidad disminuirán; pero el que recoge con mano laboriosa las aumenta”.
Esa enseñanza es fundamental para orientar las decisiones financieras conscientes y seguras, y para evitar las manipulaciones teológicas que impiden disfrutar las bendiciones del discipulado de Jesucristo.