Cuando pensamos en calidad de vida y bienestar, generalmente nos concentramos en ejercicios físicos, alimentación saludable y cuidados médicos. Sin embargo, hay tres recursos fundamentales de la naturaleza que muchas veces se subestiman: el agua, la luz del sol y el aire puro. Esos elementos son esenciales para mantener el equilibrio del cuerpo y promover una vida saludable. En este texto, exploraremos cómo la falta de esos recursos afectan nuestra salud y cómo podemos incorporarlos mejor a nuestra rutina.

Lea también:

• La importancia del estilo de vida para la salud del ser humano
• Vida sencilla

Nuestro cuerpo está compuesto por cerca del 60% de agua, y esta es absolutamente vital para mantener diversas en correcto funcionamiento el organismo. El agua tiene un papel crucial en la regulación de la temperatura, en la digestión de los alimentos, en la eliminación de toxinas y en el transporte de nutrientes a las células. En los adultos, mantenerse bien hidratado ayuda a prevenir problemas como cansancio, dolores de cabeza y dificultades de concentración¹.

Beber agua regularmente también es esencial para los riñones, pues ayuda a evitar problemas como infecciones urinarias y cálculos renales. La piel, a su vez, también se beneficia con la hidratación, se pone más saludable y mejora la apariencia². Sin embargo, es común que muchos adultos no beban suficiente agua y la substituyan por bebidas como gaseosas o café, que en verdad pueden deshidratar el cuerpo. Por lo tanto, es recomendable ingerir por lo menos dos litros de agua por día, aunque puede variar de persona a persona, dependiendo del clima y el nivel de actividad física.

Beneficios de la luz natural

La luz natural, especialmente la luz del sol tiene un papel vital en la regulación de nuestro ritmo circadiano, que controla nuestros ciclos de sueño y el estado de alerta. Exponerse a la luz solar diariamente ayuda a mantener el sueño en orden y mejora la calidad del descanso, proporcionando más energía y disposición a lo largo del día³.

Otro beneficio importante de la luz solar es la producción de vitamina D. Esta vitamina es esencial para la absorción de calcio, pues ayuda a fortalecer huesos y dientes. Para los adultos, especialmente aquellos que ya pasaron los 50 años, la vitamina D es esencial para prevenir problemas óseos, como osteoporosis, y para mantener el sistema inmunológico fortalecido⁴. La falta de exposición al sol también puede afectar el humor, ya que la luz natural ayuda a aumentar los niveles de serotonina, una hormona que está relacionada con el bienestar y el equilibrio emocional.

La calidad del aire y la salud respiratoria

Respirar aire puro puede parecer algo sencillo, pero hace una diferencia grande para la salud. La contaminación del aire en las áreas urbanas puede agravar o hasta causar enfermedades respiratorias, como asma y bronquitis, y también puede afectar la salud cardiovascular. Para los adultos que ya poseen condiciones crónicas, como presión alta o diabetes, el aire contaminado puede empeorar más esas condiciones⁵.

Estar en ambientes con aire puro, especialmente en áreas verdes, mejora la oxigenación del cuerpo y facilita la circulación sanguínea. Además, respirar aire limpio ayuda a fortalecer el sistema inmunológico, reduciendo inflamaciones en las vías respiratorias y promoviendo una sensación general de bienestar. En casa, garantizar una buena ventilación y mantener ambientes limpios también ayuda a mejorar la calidad del aire que respiramos diariamente.

Cómo aprovechar mejor el agua, la luz y el aire puro en la vida diaria

Para obtener el máximo provecho de esos recursos naturales, aquí están algunas indicaciones que pueden ser fácilmente incorporadas a la rutina:

• Beba bastante agua: andar siempre con una botellita de agua ayuda a crear el hábito de mantener el cuerpo hidratado a lo largo del día. Evite substituir el agua con bebidas azucaradas o cafeína, que pueden terminar deshidratando el organismo.
• Expóngase al sol diariamente: aprovechar la luz natural por 15 a 30 minutos por día, de preferencia en las primeras horas de la mañana o al final de la tarde, ayuda a regular el ritmo circadiano y garantiza niveles adecuados de vitamina D, sin los riesgos de exposición excesiva al sol.
• Respire aire puro siempre que sea posible: busque pasar más tiempo al aire libre, especialmente en áreas con vegetación, como parques y plazas. En casa, mantenga las ventanas abiertas para garantizar una buena circulación de aire y, en lo posible, incluya plantas en el ambiente para ayudar a purificar el aire.

El agua, la luz natural y el aire puro son elementos sencillos pero esenciales para garantizar nuestra salud y bienestar. Incorporar más de esos recursos a nuestra rutina diaria puede traer innumerables beneficios a nuestra salud física y mental. Los pequeños ajustes, como beber más agua, aprovechar la luz del sol y respirar aire puro pueden mejorar nuestra calidad de vida de forma significativa. Después de todo, cuidar de esos elementos es cuidar de nosotros mismos y garantizar una vida más equilibrada y saludable.

Antenor Aguiar Santos es doctor en Ciencias por la Universidad Federal de São Paulo y profesor de la maestría en Promoción de la Salud del Centro Universitario Adventista de São Paulo (UNASP).

---

Referencias:

1. Popkin BM, D'Anci KE, Rosenberg IH. Water, hydration, and health. Nutr Rev. 2010 Aug;68(8):439-58.
2. Kleiner SM. Water: an essential but overlooked nutrient. J Am Diet Assoc. 1999 Feb;99(2):200-6.
3. Chellappa SL, Steiner R, Blattner P, et al. non-visual effects of light on melatonin, alertness and cognitive performance: can blue-enriched light keep us alert? Pflugers Arch. 2011;463(1):121-37.
4. Holick MF. Vitamin D deficiency. N Engl J Med. 2007 Jul;357(3):266-81.
5. Gauderman WJ, Urman R, Avol E, et al. Association of improved air quality with lung development in children. N Engl J Med. 2015 Mar;372(10):905-13.