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Llamados para servir

El director mundial del Ministerio Joven, el pastor Busi Khumalo resalta que Dios invita a los jóvenes para que sean una influencia en sus comunidades y usen sus dones y talentos para impactar personas.


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Khumalo, con miles de jóvenes al fondo, compartió su historia y experiencias sobre el cuidado y el amor de Dios (Foto: Ellen Lopes)

Mientras crecen en medio de los sueños y aspiraciones sobre el futuro, hombres y mujeres buscan un propósito de vida que les llene el corazón y los mueva a lo largo de su historia. Cuando era niño, Busi Khumalo decidió que sería un pastor. Sin embargo, su madre identificó que ese sería un desafío, ya que el muchacho era tímido y se relacionaba poco con las personas. Entonces, ella oró para que, si era la voluntad de Dios, él lo capacitara para eso.

Nacido en Pretoria, en Sudáfrica, hoy, el entonces muchacho ya tiene más de 30 años de ministerio pastoral y colecciona diversas historias sobre cómo Dios prepara personas dispuestas a servirlo. Actualmente, Khumalo es el director mundial de los jóvenes adventistas. En esta entrevista, concedida durante un intervalo de sus compromisos en la Convención Joven Maranata, él destaca la importancia del trabajo por el prójimo, de la confianza en Dios y del compromiso que debe existir en hacer nuevos discípulos, temas sobre los cuales también compartió con los 20 mil participantes del encuentro.

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Realizada en Brasilia, la Convención reunió jóvenes adventistas de ocho países sudamericanos para un encuentro marcado por el servicio a la comunidad, estudio de la Biblia y preparación para impulsar el trabajo de evangelismo en sus templos locales. Además, presentó un plan específico de discipulado, el Maranata Plan. Todos los detalles están en maranataja.com.

¿Cuál es su impresión con respecto a los jóvenes reunidos aquí?

En primer lugar, me gustaría agradecer a los organizadores, el pastor Carlos Campitelli y a todo el equipo de la División [Sudamericana de la Iglesia Adventista], por haber trabajado para realizar un evento tan grande para los jóvenes y para los líderes de jóvenes. Estoy feliz porque la División está priorizando a los jóvenes. Ellos tuvieron peso para el evento. Eso muestra la pasión que tienen por la misión, muestra la pasión que tienen por Jesús. De modo general, estoy impresionado con los líderes y con los jóvenes. Y, claro, el lugar es maravilloso, la organización es profesional. Por lo tanto, estoy realmente impresionado.

Hace dos años, el Ministerio Joven de Sudamérica inició un gran sueño llamado Maranata. Uno de los objetivos principales era inspirar a los participantes para que hicieran o que continuaran haciendo discípulos. ¿Cuál es la importancia de eso para la misión de la Iglesia?

Hay dos cosas importantes en el cristianismo: la primera es tener una relación personal con Jesús. Y la segunda, que es igual de importante, es ser un discípulo de Jesús. Cuando uno es simplemente un miembro de la iglesia, y no es un discípulo, uno es como una carretilla, que solo se moverá si alguien lo empuja. Maranata está promoviendo el discipulado, y no queremos que nuestros jóvenes sean como carretillas. Que alguien les diga: “Vayan y prediquen el evangelio”. Que alguien les diga: “Vayan y hagan misión”. No. Como discípulo, nadie le dice eso. El amor que uno tiene por Jesús y por la Iglesia de Dios van a impulsarlo, van a inspirarlo a servir al Señor. La declaración de misión del departamento del Ministerio Joven habla sobre la salvación y el discipulado.

Por eso, Maranata está alineado con lo que estamos promoviendo como Ministerio Joven de la Iglesia Adventista alrededor del mundo. Promovemos el discipulado como estilo de vida. Incluso durante las actividades que realizamos, como los campamentos para los conquistadores, los congresos de jóvenes, las marchas jóvenes y muchas otras iniciativas, estamos diciendo que todo lo que hacemos debe reflejar el aspecto del discipulado. Nosotros no hacemos orden cerrado, campamentos, marchas y no vamos a la iglesia simplemente por ir. Es inútil si lo estamos haciendo solo por hacerlo. Lo hacemos por una razón: atraer personas a Jesús y hacer discípulos.

¿Y cómo esa pasión puede abrir corazones para oír sobre el regreso de Jesús?

Jesús dice: “Cuando nos amemos unos a otros, el mundo sabrá que pertenecemos a él”. Cada uno de nosotros, cada joven de la División Sudamericana [territorio comprendido por Argentina, Brasil, Bolivia, Chile, Paraguay, Perú y Uruguay], de Norteamérica o de Sudáfrica, de donde vengo, o de cualquier otra parte del mundo, si uno se denomina cristiano, si uno se denomina adventista del séptimo día, uno debe traer personas a Jesús amándolas.

Por eso, cada uno de nosotros tiene un papel a desempeñar en la misión de la iglesia. Los jóvenes con más experiencia, todos nosotros, sin excepción, con nuestro estilo de vida y con lo que decimos, tenemos que compartir la Palabra de Dios con el mundo. Tenemos ese papel para desempeñar y nadie puede decir: “no tengo los dones”, “no tengo talento para predicar”, “no tengo el talento de cantar”. Todos tenemos algo que podemos hacer para compartir el evangelio.

¿Qué puede aprender Sudamérica con los jóvenes adventistas alrededor del mundo?

Dios nos creó para ser diferentes. Somos un movimiento global, somos una Iglesia mundial. La Iglesia Adventista del Séptimo Día tiene cerca de 22 millones de miembros alrededor del mundo, en países diferentes. Este mundo tiene más de 7 mil millones de personas, ¿y sabía que no podrá encontrar dos personas que sean iguales? Incluso los gemelos no son iguales. Eso significa que aprendemos unos con los otros. Sudamérica puede aprender con el resto del mundo; y el resto del mundo ha aprendido mucho con Sudamérica.

En 2012, vine a Sudamérica para aprender algo sobre el Ministerio Joven. Yo era director de Jóvenes de la División [un territorio administrativo formado por varios países] de mi país, Sudáfrica, y aprendí sobre el Ministerio Joven y llevé eso allí. Es así como aprendemos. Como directores de Jóvenes alrededor del mundo, tenemos reuniones cada trimestre. Compartimos unos con los otros lo que funciona en nuestra División, lo que no funciona en nuestra División. Es así como crecemos. Es así como nos conectamos. Entonces, Sudamérica puede aprender con los otros de esa manera, y he visto al Ministerio Joven creciendo alrededor del mundo simplemente por causa de eso: conectando, compartiendo ideas, haciendo preguntas, respondiendo preguntas, haciendo observaciones que existen para perfeccionar el trabajo del Señor. Entonces, sí, podemos aprender unos de otros. Nosotros aprendemos con la División Sudamericana, y sé que la División Sudamericana está aprendiendo con otras partes del mundo.

¿Cómo ellos pueden ver la mano de Dios dirigiendo sus historias y permitiéndose ser usados por él?

¿Puedo ser egoísta y decir que espero que mi testimonio inspire por lo menos a un joven en Sudamérica? Para ver que, si Dios puede hacer eso con Busi Khumalo, también lo puede hacer con ellos. Tal vez no lo crea, pero yo era muy tímido cuando era joven. Era callado y evitaba a las personas. En realidad, mi madre se preocupó por mí cuando me escuchó decir que quería ser un pastor. Un día, ella se sentó conmigo y me dijo: “Busi, tú dices que quieres ser pastor, pero eres callado. Eres muy tímido, tienes miedo de las personas. ¿Cómo serás pastor?” Mi madre oró de la siguiente manera: “Dios, si quieres que este muchacho sea un pastor, ¡capacítalo!” ¿Y saben qué ocurrió? Dios es fiel. Él hizo exactamente eso. Y les estoy diciendo a nuestros jóvenes que el mismo Dios que capacitó a ese muchacho tímido, retraído y con baja autoestima puede hacer lo mismo para nuestros jóvenes. Él nos ama con el mismo amor y, si pudo hacer eso por mí, sin duda lo hará por cualquier persona que diga: “Señor, estoy dispuesto”. Es solo disposición. Solo debemos levantar nuestras manos y decir: “Señor, estoy dispuesto”. Hay una canción de los Heritage Singers que dice: “Estoy dispuesto, Señor. Para hacer exactamente lo que tú quieres que haga”.

Muchas personas que me conocían cuando era un muchacho me ven hoy y dicen: “¿Ese es Busi?” Ese es el milagro de Dios, y Dios puede hacer lo mismo con cualquier persona, cualquier joven de esta División que levante su mano y diga: “Yo voy”.

Mire uno de los sermones del pastor Busi Khumalo presentado durante la Convención Joven Maranata:


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