Miles de personas asistieron al programa de Semana Santa en todo el país
Historias de transformación y vivencias emotivas mostraron el impacto positivo que tuvieron las reuniones de evangelismo.
El programa de Semana Santa organizado por la Iglesia Adventista en Argentina reflejó la energía, las ganas y el compromiso que tuvieron los hermanos de compartir el amor de Dios con otras personas. Historias de fe, amor y compasión se vivieron en miles de lugares durante estas jornadas de evangelismo.
“Semana Santa fue una gran bendición en las diferentes zonas de nuestro territorio. Todo comenzó en los 10 días de oración donde cada una de las personas y especialmente en las iglesias, comenzaron a orar para que en cada lugar que haya un encuentro y un grupo pequeño, se pueda abrir la Biblia y se invite a amigos por los que se estaba orando”, destacó el pastor Arturo Tenorio, líder del área de Ministerio Personal de la Iglesia Adventista y Coordinador del proyecto de Semana Santa en nuestro país.
Testimonios
Historias como las de María Elena, Mauro y Alexis ocurrieron en todo el país. El sábado previo a Semana Santa, hermanos de una iglesia en nuestro país salieron a repartir el libro “El Gran Conflicto” por el Impacto Esperanza. Al quedarles solamente el último por entregar, decidieron golpear la puerta de una casa que no estaba en los planes. Allí salió María Elena, quien recibió el libro junto con la invitación para participar de Semana Santa.
Después de 22 años de intentar volver a la iglesia, el día jueves a la noche ella apareció en la Iglesia Adventista donde se desarrollaba el programa y agradeció a Dios por esa invitación. Estaba muy triste, tenía algunas dificultades, pero asistió con la seguridad de que el Señor tenía una respuesta para ella y a raíz de esto, tomó la decisión de estudiar la Biblia.
Otra de las historias es la de Mauro, quien recibió una invitación especial para participar de la programación de parte de un amigo con quien compartió su época en el colegio adventista.
Por primera vez pisó la Iglesia en las reuniones de Semana Santa y en los momentos de oración pidió dar su testimonio. Él dijo: “Hace 11 años yo vengo luchando, dando vueltas. He recibido invitaciones, pero hoy ha sido el primer día que he vencido, porque me propuse volver a la iglesia. Hoy el Señor me trajo a este lugar y estoy feliz de poder entregar mi corazón al Señor viniendo a la iglesia”.
Alexis, que con sus 19 años, se encontraba en el mundo de los vicios y sin saber para dónde ir, atravesando una crisis. Pero en ese momento recibió la visita de Gabriel. Juntos estudiaron la Biblia y la vida de Alexis fue cambiando. El sábado, cuando se dio inicio a la Semana Santa, Alexis selló su pacto de amor con Jesús en la Iglesia de Ing. Juárez, en Formosa.
“Milagros como estos sucedieron en diferentes lugares de nuestro país. Este movimiento ha comenzado y el Señor está trayendo bendiciones en diferentes lugares”, reflexionó el pastor Arturo.
La siembra y la cosecha
El pastor Darío Caviglione, presidente de la Iglesia Adventista en Argentina destacó que “los 10 días de oración, realizados a fines de febrero, sumado al fuerte movimiento de oración que hay en el país llamado Argentina Ora 24/7 y la distribución de cientos de miles de libros misioneros “El Gran Conflicto”, han dado un impulso especial a la movilización, no solo en torno a la oración sino también de la misión".
Sin dudas, en nuestro país, “el evangelismo en Semana Santa continúa siendo la mayor estrategia de siembra del año, y de a poco, va creciendo la cantidad de personas que se bautizan en esta fecha. Es decir, es una gran oportunidad para sembrar, pero también para cosechar”, agregó el líder de los Adventistas a nivel nacional.
Según las estadísticas de Semana Santa a nivel nacional, hubo más de 3100 centros de predicación y alrededor de 13700 participantes. Algo más de 4000 personas decidieron estudiar la Biblia y 201 personas se bautizaron.
“Fue muy bueno ver a la iglesia organizándose para realizar evangelismo en Semana Santa de diferentes maneras, en grupos pequeños, en templos, en las instituciones educativas y en las instituciones médicas”, mencionó el pastor Caviglione. Todos integrados y motivados para compartir la historia de Jesús y ofrecer salvación a las personas.
“En el contexto complejo que enfrenta nuestro país, estar unidos como iglesia en torno a la oración, el Impacto Esperanza, la predicación de la Palabra, la invitación a conocer a Dios a través de ella y el bautismo de personas, es estar enfocados en nuestra verdadera misión. Una iglesia sentada es una iglesia apagada. Una iglesia de pie es una iglesia viva. Dios nos llama a ser “piedras vivas” (1 Pedro 2:5), en un tiempo de mucha oscuridad. Cada Semana Santa nos recuerda que tenemos un Dios vivo y próximo a venir”, concluyó el presidente de la Iglesia Adventista en Argentina.