Cómo conocimos el sábado
Una familia relata cómo Dios los llevó a conocer la verdad bíblica completa
Amo a Dios con todo lo que soy. Quiero obedecerlo dando lo mejor de mí, exactamente como él dice, por lo que él ha hecho por mí. La Biblia enseña que la salvación es un don recibido por gracia a través de la fe. No podemos obtenerla por méritos ni añadirle nada. Todos hemos pecado y hemos sido destituidos de la gloria de Dios, pero alabado sea Dios, Jesús vino y quitó la condenación del pecado.
Pero Jesús dijo: “Si me amáis, guardad mis mandamientos”. Entonces, debemos buscar obedecer la Palabra de Dios. Cuando aceptamos el don de la salvación, también permitimos que el Espíritu Santo obre en y a través de nosotros para transformarnos y para que podamos vivir como Dios quiere, con Jesús como nuestro ejemplo.
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Crecí asistiendo a la iglesia, y alabo a Dios por darme padres maravillosos que fielmente me llevaban a la iglesia siempre que sus puertas estaban abiertas. Sin embargo, no puedo decir que alguna vez me sentí “descansada” al asistir los domingos. Trabajábamos toda la semana, incluyendo los domingos, cuando por la mañana preparábamos un gran almuerzo. Después asistíamos al culto, luego regresábamos para terminar las tareas del hogar para prepararnos para la semana que comenzaba, antes de volver a la iglesia para el servicio vespertino. En el fondo, siempre sentí que faltaba algo, pero nunca supe qué, hasta que Dios me mostró el sábado. Y ahora, puedo decir que mi vida cambió.
En julio de 2022, mi esposo y yo encontramos de casualidad una serie documental llamada Como en los días de Noé. Esta serie mencionaba al día de reposo como el séptimo día. También relataba los intentos de cambiar el día de reposo instituido por Dios durante la historia. Aprendí que Dios había colocado su propio sello en su sábado del séptimo día y me recordó que Dios instituyó este día de descanso antes de que el pecado llegara a la Tierra.
Momento de cambio
Durante las siguientes semanas, oré y estudié. Yo estaba muy involucrada en mi iglesia, y mi falta de asistencia fue notada inmediatamente. Recuerdo decirle a Dios que los hábitos son difíciles de abandonar y que, si iba a honrar el día de reposo instituido por Dios, necesitaba que él me ayudara a librarme de asistir los domingos. Entonces, los siguientes tres domingos, cada uno de nuestros hijos se turnó para tener una enfermedad que incluía muchos vómitos durante un día. Esto fue una respuesta a la oración y me dio tres semanas para estudiar mi Biblia y buscar en Internet una iglesia que guardara el sábado. Así fue como encontré la Iglesia Adventista del Séptimo Día de Houston (Estados Unidos).
Hacia fines de agosto, tuve la oportunidad de visitar esta iglesia y ver si “estaba al nivel” de mi iglesia anterior (a la que yo amaba). Inmediatamente, me sentí bienvenida y amada al ser recibida calurosamente en la puerta con un “¡Feliz sábado!”, y al recibir el programa del culto. Durante el estudio de la Biblia, me sorprendí con lo bien que los adultos conocían la Biblia. Lo que más tocó mi corazón fue el amor que las personas tienen por Dios y entre sí. Estudiaban la Biblia en Espíritu y en verdad, tocando aspectos del evangelio con precisión.
La semana siguiente, mi esposo fue conmigo y observó lo mismo. El culto reverenciaba a Dios de una forma como nunca antes lo habíamos experimentado. Nuestros hijos disfrutaron de sus clases y ni siquiera necesitaron que estuviéramos con ellos. Las maestras hicieron que se sintieran como en su casa, e hicieron amigos rápidamente. Todos nuestros hijos comentaron que sintieron que Dios los había llevado a esta iglesia. Para toda nuestra familia, el sábado fue encantador y finalmente sentimos reposo.
Hemos aprendido mucho este último año, y Dios continúa mostrándonos más aspectos de su maravilloso amor por nosotros. Estoy agradecida por haber encontrado una iglesia que enseña la verdad bíblica completa.
La versión original de esta historia fue publicada por la revista Outlook de la Unión Midestadounidense.