Un hombre pasó de ser inactivo en la iglesia a desarrollar una pasión por la visitación misionera
Su participación en el proyecto "Tardes Misioneras" le ayudó a fortalecer su liderazgo para servir a su iglesia y reavivó su pasión por la misión
Segundo Guevara Oblitas reside en la Región San Martín, en Perú. Es originario del caserío La Habana en el Distrito de Soritor, formaba parte de la Iglesia Adventista del Séptimo Día "Habana", la única iglesia consolidada en la zona. Sin embargo, su vida espiritual se hallaba en un punto crítico, principalmente debido a su inactividad dentro de la iglesia.
Fue en este momento de su vida cuando los Jóvenes Adventistas del proyecto Un Año en Misión (en inglés One Year in Mission – OYiM) le ayudaron a mantenerse en la iglesia. El líder del equipo, José Hugo Palomino Gómez, un teólogo, vio el potencial en Segundo y decidió brindarle la oportunidad de participar en las Tardes Misioneras.
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Los voluntarios lo visitaban todos los sábados, alentándolo a unirse a las actividades en la filial Miraflores, un grupo organizado con miras a formar una futura iglesia. Poco a poco, su vida espiritual comenzó a fortalecer. Empezó a dar diezmos, ofrendas y se dedicó al estudio de la lección de la Escuela Sabática.
Hoy en día, Segundo se ha convertido en un miembro activo y apasionado por la misión en la filial de Miraflores. No solo es un fiel participante de las Tardes Misioneras, sino que también desempeñará un papel fundamental como director del Club de Conquistadores, en la filial Miraflores que busca involucrar a los adolescentes de la comunidad en actividades integrales.
Su historia es un testimonio inspirador de cómo las Tardes Misioneras pueden transformar una vida espiritual apagada en un líder activo y comprometido en la fe. Segundo es un ejemplo de que al salir de tu zona de confort y dedicarte a la evangelización, Dios obra milagros y te conviertes en una bendición para cientos de personas que esperan en sus hogares.