Noticias Adventistas

Biblia

América, Tierra de Libertad (Capítulo 16)

  • Compartir:

Ted Wilson (TW): Hola amigos. Durante las últimas semanas, mientras leíamos el libro El Gran Conflicto, vimos cómo los valdenses, Juan Wiclef, Hus y Jerónimo, Martín Lutero y muchos otros llevaron la luz de la verdad a medida que La Reforma se extendía por toda Europa. Más recientemente, vimos cómo el rechazo de la verdad bíblica condujo a un terrible derramamiento de sangre durante la Revolución Francesa.

Nancy Wilson (NW): Hoy veremos lo que les sucedió a los creyentes fieles en el país de Inglaterra y cómo la persecución los llevó a buscar refugio en un lugar donde pudieran adorar libremente. Conocidos como los "puritanos", estas personas fieles no aceptaban muchas de las costumbres y ceremonias no bíblicas de Roma que todavía formaban parte de la Iglesia de Inglaterra.

TW: Dado que la Iglesia estaba unida con el Estado, tenía la autoridad de ordenar a las personas que asistieran a sus servicios. No se permitía la disidencia y se prohibían las reuniones no autorizadas para el culto religioso, bajo pena de prisión, destierro y muerte. Leemos en El Gran Conflicto, “A principios del siglo XVII el monarca que acababa de subir al trono de Inglaterra declaró que estaba resuelto a hacer que los puritanos “se conformaran, o… que fueran expulsados del país, o tratados todavía peor” (El Gran Conflicto 292.2). Como muchos del pueblo fiel de Dios habían experimentado en días anteriores, estos creyentes ahora eran cazados, perseguidos y encarcelados por su fe.

NW: Algunas de estas queridas personas decidieron huir de su país. Dejando atrás sus hogares y todo lo demás, encontraron refugio temporal en Holanda. Después de algunos años, nuevamente buscaron una mejor tierra, esta vez yendo a un lugar que les ofreciera más oportunidades y aún más libertad. Elena G. de White escribe: “Confiaban en las promesas del Señor, el cual no los olvidó en el tiempo de la prueba. Sus ángeles estaban a su lado para animarlos y sostenerlos. Y cuando les pareció ver la mano de Dios señalándoles hacia más allá del mar una tierra en donde podrían fundar un estado, y dejar a sus hijos el precioso legado de la libertad religiosa, avanzaron sin miedo por el camino que la Providencia les indicaba (El Gran Conflicto 293.1).

TW: Cuando se separaron de la Iglesia de Inglaterra, los puritanos se unieron por un convenio solemne, como el pueblo libre del Señor, “para andar juntos en todos sus caminos que les había hecho conocer, o en los que él les notificase” (J. Brown, The Pilgrim Fathers, 74). Este era un principio vital del protestantismo: Caminar en la voluntad revelada del Señor, con el entendimiento de que se puede revelar más a través de Su Palabra. Fue con esta promesa en sus corazones que los peregrinos dejaron Holanda para encontrar un hogar en lo que entonces se llamaba el "Nuevo Mundo".

NW: Los peregrinos anhelaban tener una verdadera libertad religiosa para ellos y para sus hijos, y este gran anhelo los ayudó a afrontar el largo viaje a través del mar y a soportar las penalidades y los peligros de desembarcar en una tierra desconocida. Lamentablemente, sin embargo, a pesar de lo honestos y temerosos de Dios que eran, los peregrinos aún no entendían la verdadera libertad religiosa. La libertad por la que tanto sacrificaron para obtenerla, no estaban dispuestos a dársela a los demás.

TW: Los colonos adoptaron una regulación según la cual solo los miembros de la iglesia podían participar en su nuevo gobierno civil. Se formó una especie de iglesia estatal, y todas las personas debían contribuir a un fondo para mantener al clero. Peor aún, los magistrados fueron autorizados a reprimir la herejía, lo que condujo a más persecución, esta vez en las colonias recién formadas de América.

NW: Once años después de que se formara la primera colonia, un hombre llamado Roger Williams llegó a las costas de América. Al igual que los peregrinos

anteriores, vino por la libertad religiosa, pero creía que esta libertad debería estar disponible para todos, independientemente de lo que creyeran. También enseñó que la religión y el gobierno deberían estar separados y que era “deber de los magistrados restringir el crimen, mas nunca regir la conciencia” (El Gran Conflicto 295.1).

TW: Aunque habían experimentado una persecución similar en Inglaterra, los colonos requerían que todos asistieran a los servicios de su iglesia recién establecida, o serían multados o encarcelados. Roger Williams fue un hombre íntegro, respetado y amado como ministro fiel. Sin embargo, debido a que habló en contra de estas claras violaciones de la libertad religiosa, fue sentenciado al destierro.

Durante el tormentoso invierno, se vio obligado a huir a los bosques donde encontró refugio en un árbol hueco. Después de algunas semanas, se nos dice, “encontró refugio en una tribu (nativa Americana) cuya confianza y afecto se había ganado esforzándose por darles a conocer las verdades del evangelio. (El Gran Conflicto 296.2).

NW: A través de la providencia de Dios, Roger Williams finalmente pudo establecer una nueva colonia donde a todos se les dio total libertad religiosa, y la iglesia y el estado se mantuvieron separados. En 1643, Williams viajó a Inglaterra y se le concedió una carta para la nueva colonia, a la que llamó Rhode Island. La nueva colonia se convirtió en un lugar de refugio para muchos y, finalmente, sus principios fundamentales de libertad civil y religiosa se convirtieron en las piedras angulares de la República Americana.

TW: Sin embargo, a medida que pasaba el tiempo, la fe simple y basada en la Biblia de los primeros colonos comenzó a desvanecerse y la religión volvió a degenerar en formalismo. A medida que la Biblia estaba cada vez más disponible, menos personas la leían y las opiniones de los hombres se hicieron más prominentes. Las teorías humanas fueron sustituidas por las enseñanzas de la Palabra de Dios. Sin embargo, Isaías 40:8 nos asegura que “Sécase la hierba, marchítase la flor; mas la palabra del Dios nuestro permanece para siempre”. Como veremos en nuestro próximo video, la Palabra de Dios estaba a punto de cumplirse de la manera más magnífica. Pero antes de terminar, tengamos juntos una palabra de oración, ahora mismo.

Padre Celestial, te agradecemos por la clara comprensión de la separación de la iglesia y el Estado, de la importancia de la libertad religiosa y la libertad de conciencia. Gracias por personas como Roger Williams, quien fue capaz de establecer un lugar que le dio a la gente total libertad religiosa. Gracias por la libertad religiosa que disfrutamos. Dondequiera que sea en este mundo, Señor, te agradecemos por esta maravillosa oportunidad de poder adorarte de acuerdo con los dictados de nuestra conciencia y la Palabra de Dios. Gracias por escucharnos en esta oración y ayúdanos a valorar cada día la maravillosa libertad que nos ha sido dada de tu mano y la libertad religiosa que debemos promover de manera poderosa para ayudar a las personas a comprender que solo a través del amor y una conciencia pura y comprensiva debemos adorarte en toda santidad. Gracias por escucharnos. En el nombre de Jesús, Amén.


Ted Wilson es el presidente mundial de la Iglesia Adventista del Séptimo Día. Nancy Wilson es su esposa.