Se concretó el sueño de la nueva sala de Jardín en el Instituto Adventista de Mar del Plata
Los niños disfrutarán de las nuevas instalaciones que cuenta con materiales y equipamiento modernos.
Quienes recorrieron las aulas del Instituto Adventista de Mar del Plata recuerdan el tan anhelado sueño de una sala de Jardín propia y de fácil acceso. Porque, hasta no hace mucho, el aula para los más chiquitos funcionaba arriba de la iglesia, pero las escaleras dificultaban mucho su acceso. “El nivel inicial, para la escuela de Mar del Plata, fue un sueño que duró más de 20 años. Ese sueño nació en el corazón de la Iglesia y de quienes estaban en la escuela 20 años atrás”, destaca el Profesor Rubén Piontek, líder del área educativa de la Asociación Bonaerense (ABo).
El comienzo
La directora del nivel inicial, Claudia Vaqueiro, recuerda el inicio de este gran sueño: “Durante muchísimos años un grupo de papás pioneros tuvieron la idea de tener una escuela primaria, al ver que la escuela adventista existía en otros lugares. Entonces, ¿por qué no en Mar del Plata? Se habló con el pastor Mesa en su momento y pensaron que era una buena oportunidad para comenzar con una escuelita en Mar del Plata. Allí, un grupo de hermanos empezaron a trabajar y esa idea se materializó. Comenzaron el Jardín en la iglesia, en un lugar muy chiquito. Para la primaria se logró comprar un terreno que era una panadería muy vieja de Mar del Plata y así pudieron construir todo lo que tenía que ver con el nivel primario. Pero para el Jardín siempre quedó ese anhelo de tener un lugar propio”.
Sin embargo, el sueño se tornó una realidad. El 21 de junio, en horas de la tarde, se inauguró la nueva sala para el nivel inicial. “Gracias a las oraciones, al esfuerzo, al trabajo, la dedicación de tiempo y los recursos, el sueño finalmente se pudo hacer realidad”, comenta Rubén.
“Cuando se supo a qué lugar iba destinado el dinero para poder ampliar o construir y tuvimos la posibilidad de ser nosotros, la verdad que fue una alegría inmensa. Desde antes de ese momento y hasta ahora que vemos materializada la obra, veníamos orando. Sabemos que Dios nunca nos dejó. Nos enseñó que debemos tener paciencia, que los momentos de los seres humanos no son los mismos que los de Dios y la verdad que hoy ya tenemos el Jardín hermoso con nuestros alumnos”, reflexiona Claudia que cuenta con 28 años de experiencia en el colegio.
“La red educativa trabaja de manera centralizada. Es decir, todos los colegios aportan a un Fondo de Desarrollo todos los años y en forma rotativa se va asignando ese Fondo de Desarrollo a distintos campos. Hace un par de años, le tocó a la Asociación Bonaerense y se decidió destinar ese fondo para la construcción del nuevo edificio de Mar del Plata que era tan necesario para esa comunidad educativa”, subraya el líder educativo de la ABo.
Por otra parte, el prof. Piontek destaca que este este nuevo edificio es moderno y “contempla todas las medidas de seguridad requeridas para un establecimiento educativo que trabaja con niños de tres a cinco años, con un equipamiento adecuado, bien calefaccionado y con los recursos didácticos que se necesitan. Esto, sin duda, jerarquiza la Educación Adventista en Mar del Plata y no me cabe la menor duda que será una gran bendición para toda la comunidad”.
La inauguración
“Muchos amigos y hermanos de iglesia estuvieron presentes. Se cortó la cinta y también se descubrió una placa. Al mismo tiempo, se hizo bajar a los niños desde sus antiguas aulas arriba de la Iglesia hasta que pudieron ingresar a sus nuevas aulas. Este fue un momento realmente muy emotivo”, recuerda el profesor Ricardo Cerdá, director del Instituto Adventista de Mar del Plata.
El acto contó con representantes de la intendencia local de la Secretaría de Cultura y Culto, y las inspectoras de educación de nivel inicial y primario. También estuvieron presentes autoridades eclesiásticas, acompañados por hermanos de la iglesia local.
“Claudia tuvo el discurso en el cual hizo un breve repaso de la historia de la Escuela, los comienzos del nivel inicial y el sueño tan anhelado para que estas aulas sean una realidad. Así que agradecemos a Dios por este momento tan especial para el querido Instituto de Mar del Plata”, comenta Cerdá.
“Dios ha sido muy bueno con nosotros y estamos sumamente agradecidos con él por esta hermosa bendición de poder tener las instalaciones del Jardín”, cierra Claudia Vaqueiro.