La Tesorería incentiva a que todos los niveles de la Iglesia miren hacia las misiones extranjeras
El objetivo es que los recursos también sean empleados para fortalecer la expansión del evangelio en otros territorios
Pocas décadas después de ser oficialmente organizada, la Iglesia Adventista del Séptimo Dia envió su primer misionero fuera de los Estados Unidos, cuna de la denominación. Ese paso solo fue posible después de la comprensión bíblica de que Cristo volverá a buscar a las personas de todo el mundo, y no solo a algunos. Hoy, casi 150 años después de que John Nevis Andrews llegara a Suiza, la Iglesia está presente en más de 210 naciones.
Sin embargo, todavía hay muchos desafíos para que el mensaje acerca del regreso de Jesús llegue a hombres, mujeres, niños y ancianos en las pequeñas y grandes ciudades. ¿Y qué puede hacerse en cada templo adventista local y a través de las sedes administrativas para que otros conozcan los detalles del Evangelio? Aunque está enfocado en las finanzas, el informe de la Tesorería de la sede sudamericana adventista hizo una exhortación para que todos los niveles de la denominación miren a las necesidades que están más allá de su territorio.
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“No podemos mirar solo nuestra iglesia local, nuestra realidad. Tenemos que ofrecer nuestros recursos también a las misiones extranjeras y ayudar a quienes tienen menos”, reforzó el pastor Marlon Lopes, director financiero de la Iglesia Adventista para ocho países de Sudamérica. Su frase, pronunciada durante la Junta Directiva Plenaria, surge de los resultados experimentados por la denominación en Argentina, Brasil, Bolivia, Chile, Ecuador, Paraguay, Perú y Uruguay en los últimos cinco años.
De 2018 a 2022, tiempo que incluye el período en que el mundo pasó por una pandemia que dejó millones de personas sin vida y elevó los índices de desempleo, la Iglesia continuó trabajando para ayudar en el crecimiento espiritual de sus miembros y con un énfasis misionero para que otras personas conocieran a Cristo. El pastor Lopes recordó que, aun frente a ese escenario, “Dios nos bendijo y permitió que avanzáramos en nuestra misión de presentar a Jesús a quien ya no tenía esperanza”.
Crecimiento en tiempos difíciles
Durante esos años, la denominación experimentó un crecimiento en diversas áreas como respuesta a la fidelidad de los miembros en los diezmos y ofrendas. Para facilitar la comprensión, los números que se muestran a continuación serán comparativos entre los años 2018 a 2022.
Cuando se trata de la cantidad de adventistas en los ocho países de Sudamérica, se parte de 2.476.209 a 2.602.093. De esos, los que devuelven el diezmo saltan de 899.538 a 1.009.979. Y los que ofrendan eran 675.802 y llegan a 764.833.
Con relación a la Red de Educación Adventista, el número de alumnos creció de 330.167 a 358.656. Y las unidades escolares pasaron de 540 a 568. “Crecimos en cuanto a los miembros fieles en los diezmos y ofrendas. Mejoramos en la distribución de las ofrendas. Nunca crecimos tanto en números de alumnos como en 2022 y 2023”, detalla Lopes. “Pero la pregunta es: ‘¿Qué vamos a hacer con las bendiciones que recibimos?’”
Mirar hacia afuera
Así como ocurrió con los primeros misioneros que llegaron a Sudamérica todavía a fines del siglo XIX, el director financiero reforzó que es necesario dirigir esfuerzos para ayudar a la iglesia en lugares donde hay desafíos aun mayores. Para eso, citó el texto de la escritora Elena de White, que es considerada por los adventistas del séptimo día como una voz profética. “Los que viven en lugares donde la obra ha estado establecida durante largo tiempo, deben restringir sus supuestas necesidades, para que la obra pueda progresar en los nuevos campos” (Obreros evangélicos, p. 470).
Su llamado fue para que ese tema reciba atención de instituciones y sedes de la Iglesia y vuelva a ser llevado a las iglesias locales, para que los miembros también estén sensibilizados en entender la importancia de colaborar con la llegada del mensaje bíblico en otras regiones del mundo, especialmente con sus ofrendas misioneras.
Eso armoniza con la propuesta del proyecto Mission Refocus, también presentado durante la Junta Directiva Plenaria, y que tiene por objetivo justamente involucrar las sedes de la denominación y los templos en iniciativas de esa naturaleza, siempre con vista a atender a quién está en territorios lejanos. “Si nuestro compromiso es con la predicación del evangelio, debemos mirar hacia el otro lado, donde necesitan de nuestra ayuda”, enfatizó el tesorero Lopes.
El informe despertó reacciones inmediatas. El pastor Edson Medeiros, director de la Casa Publicadora Brasileña, editora de la Iglesia Adventista para el territorio brasileño, resaltó la necesidad de agradecer por el cuidado, especialmente de los miembros, a lo largo de esos años. “Esta Junta debe volver a sus campos [regiones] con una palabra de gratitud por el crecimiento que vimos aquí, cuando tuvimos miles de oportunidades de predicar. Tenemos que alabar a Dios, pues aun en esos tiempos, la Iglesia fue fiel. Y si Dios nos está dando eso, debemos descubrir para qué lo pone en nuestras manos”, observó.
El pastor André Dantas, presidente de la Iglesia Adventista del Séptimo Día para los Estados de Amapá, Pará y Marañón, en Brasil, pidió la palabra para destacar que la presentación “nos hace pensar en los desafíos en todo el planeta”. Esos datos nos motivan a mirar a las personas que viven del otro lado de la calle o del otro lado del mundo. Hay una oportunidad semanal de hablarles sobre eso a nuestros miembros: los informes misioneros. He notado, en los lugares que he frecuentado, que la ofrenda misionera no convence a los miembros. Si cada sábado por la mañana supiéramos la importancia de ese video [Informe Misionero Mundial] para el contenido de la ofrenda, se podría sensibilizar a los miembros de que tenemos una misión mundial”, subrayó.
“Debemos poner en la iglesia local la necesidad de preocuparse por la Iglesia alrededor del mundo. Es un llamado urgente para que todos trabajen en favor de eso, para llegar a lugares donde existen tantas necesidades”, señaló el pastor Enzo Chaves, presidente de la Iglesia Adventista para el Sur de Perú.
Para el pastor Pablo Flor, secretario ejecutivo de la sede administrativa en Paraguay, está cada vez más claro que invertir afuera es una de las formas de crecer internamente. “Esa visión debe ser intencionalmente trasmitida a las nuevas generaciones. Los niños deben estar convencidos de esta misión, amar la obra, y las misiones mundiales. Es necesario llevar a cabo actividades con los pequeños para que también tengan su mirada dirigida a los desafíos que están más allá de nuestra realidad”, sugirió.
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