Las redes sociales se inundaron de fotos de alumnos con sus caras sonrientes, sus uniformes y mochilas frente al colegio. Es que han sido muchos días sin ver a sus amigos, volver a abrazarlos y jugar con ellos. La sensación es cien por ciento alegría. Inclusive, algunos están comenzando el año de manera presencial luego de la pandemia. Por tal motivo, hay razones suficientes para alegrarse y disfrutar de una nueva etapa en sus vidas.

“Las clases empezaron en todas las provincias en nivel inicial, primario y secundario”, afirma el director del sistema educativo adventista en Argentina, el Prof. Eduardo Valentini. Además, agrega: “Fueron empezando en distintos días dependiendo la provincia. Algunos lo hicieron la semana pasada, otros esta semana”.

Para los niveles terciarios y universitarios, se está en proceso de matriculación e inicio también. “En el caso de la Universidad Adventista del Plata (UAP) está con el programa “Starting UAP”, una adaptación para los alumnos de primer año. Luego, desde el 13 de marzo comenzarían las clases. Y en el caso del Instituto Superior Adventista de Misiones (ISAM) también ya se dio inicio a todo el proceso”, subraya el director de educación adventista en Argentina.

La Iglesia Adventista a nivel nacional cuenta con 104 unidades educativas distribuidas en todo el país y miles de alumnos distribuidos en todos los niveles. En este sentido, Valentini señala que para este año “se estima un crecimiento en la cantidad de alumnos para el sistema educativo adventista en nuestro país del dos al tres por ciento”.

Expectativas y metas para el 2023

Los planes y proyectos para este año son muchos y desafiantes. “Las expectativas para este año son poder tener un año normal en cuanto a presencialidad. Creemos que eso va a ser así. Entendemos que debemos seguir trabajando con esta presencialidad y lo que tiene que ver con lo socio-afectivo de los chicos. En los casos más complejos, algunos alumnos pasaron un año y medio sin participar de actividades educativas presenciales. Sin embargo, hubo otros que no pasaron tanto tiempo”, reflexiona el Prof. Valentini.

“Las metas son seguir afianzando con ellos algunos proyectos que empezamos a trabajar en los últimos dos años. El proyecto de robótica que comenzamos en once escuelas de nuestro sistema educativo a través del proyecto “Mulita” desarrollado por la Universidad Adventista del Plata. Además, seguir trabajando con las olimpiadas matemáticas que está organizado por el ISAM en conjunto con la Unión Argentina. Y también seguir trabajando con el proyecto 360 donde el año pasado, después de la pandemia, volvimos a retomar”, subraya Eduardo.

Cumbre de líderes en Buenos Aires y Entre Ríos

En cuanto a las capacitaciones, del 6 al 8 de febrero se realizó la Cumbre de líderes con 120 participantes, en primera instancia en Buenos Aires, en las instalaciones de la Asociación Casa Editora Sudamericana (ACES) y luego en Entre Ríos, en la UAP. “Se trataron temas como los recursos didácticos y tecnológicos que ACES pone al servicio del sistema educativo adventista, no solo en Argentina sino en toda Sudamérica. También se trabajó en las áreas socio-emocionales con talleres para los directores. También, en cada una de las escuelas se hicieron jornadas de capacitación de comienzo de año para dejar todos nuestros institutos y planes en las manos de Dios y listos para recibir a nuestros alumnos”, cierra el líder educativo nacional, Prof. Valentini.

Por qué Educación Adventista

La Educación Adventista (EA) considera el proceso educativo de forma integral y promueve la interacción entre la teoría y la práctica, el pensar y el hacer, la razón y la emoción, lo individual y lo colectivo, la causa y el efecto; entiende que tanto los educadores como los estudiantes pueden enseñar y aprender.

La propuesta pedagógica de la red EA es respetuosa de las políticas y los currículos educativos de cada país, con el objetivo fundamental de formar estudiantes reflexivos y creativos. Además, facilita la transformación del conocimiento en actitudes, mediante la resolución de los problemas cotidianos de los estudiantes.

Su pedagogía se basa en las premisas de una educación cristiana y en el compromiso de guiar todas las actividades didácticas hacia la calidad en el proceso de enseñanza-aprendizaje y la integración natural de la fe y la enseñanza.

Su currículo promueve la excelencia académica e incluye todos los contenidos esenciales para la práctica de una ciudadanía responsable. Su objetivo es desarrollar equilibradamente la vida espiritual, intelectual, física, social, emocional y vocacional de los estudiantes.

Por todo esto, la Educación Adventista es una educación integral, que prepara al estudiante para la vida, que estimula una relación personal de regreso y amistad con Dios y otorga expectativas positivas para el futuro.