El Servicio Voluntario Adventista (SVA) ha sido de gran bendición para el ministerio mediante el trabajo desinteresado de jóvenes de distintas partes del mundo, quienes dejan de lado sus metas personales a fin de servir al Altísimo.

Adventistas en el sur de Chile

El sur de Chile ha sido testigo del trabajo de diferentes jóvenes quienes no dudan en dar un paso en frente con el fin de difundir el mensaje al mundo.

Anteriormente en este espacio hemos hablado de voluntarios que han dejado huella en numerosos corazones al rededor del mundo como Sarai Vega, Daniela Yévenes, y el matrimonio brasileño compuesto por Ismael y Olivia.

Estas historias han sido muestras del inmenso poder de Dios, y el cómo nuestro Padre es capaz de obrar y usar a sus hijos como herramientas para alcanzar a quienes no conocen de Él.

Comenzando el mes de marzo, Carolina Fonseca Belmar, enfermera de 26 años, ha puesto en manos del Señor su tiempo y esfuerzos para cumplir con la misión del SVA, que es la proclamación del evangelio.

Voluntariado lejos de casa

De esta manera, Carolina servirá en el continente africano, específicamente en Mauritania; un país ubicado en el noreste de África, a más de 8 mil kilómetros de distancia de Chile.

Así mismo nos da detalles la joven voluntaria del SVA, Carolina Fonseca, quien adelanta sus labores en el continente africano.

“Voy a ser enfermera, voy a tener una clase de inducción porque voy a un país donde se habla mucho francés”.

“Este es un país musulmán donde yo no puedo hablar directamente del Señor, por lo cual solo puedo compartir el mensaje mediante las obras”.

“Ya tengo la ropa apropiada para esta misión, porque tengo que taparme los tobillos y usar mangas 3/4 y por ser mujer tengo que taparme la cabeza”.

“Mi familia está confiada en que todo estará bien porque este es un proyecto del Señor; sin embargo, mi papá se preocupa un poco más por mi seguridad, pero estas decisiones deben ser tomadas por mí”. Expresó Carolina con determinación y una sonrisa.

Un sueño hecho realidad

Los tiempos de Dios son perfectos, esto bien lo sabe Carolina quien luego de años buscando la ocasión para ser parte de una misión Dios supo disponer de una oportunidad ideal para ella, pudiendo hacer realidad el sueño del voluntariado.

Un sueño que anteriormente se veía muy lejano, pero que un buen día se hizo realidad; primeramente con Mackarena Fonseca, hermana de Carolina Fonseca; realizando un año en misión (OYIM) en Brasil.

Este año en misión hizo que Carolina entendiera que ser voluntario no estaba fuera de sus posibilidades, viendo el voluntariado como una opción real y tangible.

La misión en África sin duda será toda una experiencia que proporcionará un gran desarrollo espiritual a Carolina, pudiendo ser un aporte para la comunidad en el país africano.

La exvoluntaria del SVA Daniela Yévenes, quien ya trabajó en el continente africano; valora en gran manera este aporte de Carolina con las siguientes palabras.

“Me alegré mucho al ver la noticia, no conozco el país donde ella va, pero sin duda será de gran bendición a las personas de ese lugar, ya que el acceso a salud y educación sanitaria es muy escaso en África”.

“Con su preparación y disposición a servir puede marcar una diferencia en muchas vidas”. Añadió Daniela Yévenes.

Quien de igual manera no se guardó palabras en su corazón para expresar la alegría de atender este llamado a la misión fue la hermana Mildred Mejías, la abuela de Carolina y Mackarena, agregando lo siguiente.

“Estoy contenta, emocionada, feliz y agradecida de Dios porque la semilla que se sembró, está dando frutos y es muy gratificante, mi esposo y yo compartimos esta alegría y estamos muy contentos”.

“Está escrito y es una realidad, los hechos se repiten para bien o para mal; que sirva este testimonio como un llamado para las nuevas generaciones, y la juventud de hoy”. Añade la hermana Mildred Mejías.

Carolina Fonseca sigue este sueño con una enorme convicción que guarda desde su corazón, un llamado que Dios ha hecho desde la misma sangre de la familia Belmar.

Y es que este mismo llamado lo recibió el pastor Octavio Belmar décadas atrás, siendo este enviado a servir al Señor en Brasil; específicamente en la Unión Este Brasileña.

Carolina creció escuchando el testimonio de atender el llamado de Cristo, viendo con cierta lejanía esa posibilidad de servir en el extranjero; sin embargo, hoy esta enfermera voluntaria está lista y dispuesta para compartir el mensaje del Señor.

Apoyo familiar

El apoyo de la familia de Carolina ha sido fundamental para impulsar esta misión, pese a los miles de kilómetros que distancian Chile de Mauritania, el amor de los padres es profundo e incondicional.

“Ella quiere ir, y Carolina está capacitada para este voluntariado; Dios nos da la oportunidad de ayudarla y apoyarla; queremos que vaya ella”. Añade el padre de Carolina, Edgardo Fonseca.

Cristo llama a sus hijos a servirle en su ministerio, únete y se parte del Servicio Voluntario Adventista, consulta a tu pastor local y vive la experiencia sirviendo a Cristo.

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