La violencia en el Perú es un problema social de graves consecuencias para la salud integral y el desarrollo de los pueblos. Además, se establece de manera silenciosa en miles de familias, dejando terribles secuelas.

Violencia Psicológica

Entre los tipos de violencia, destaca la violencia psicológica y/o verbal con un 50,1%. Le sigue, la violencia física con un 27,2% y la violencia sexual con un 6,0%. Datos confirmados por el Instituto Nacional de Estadística e Informática del Perú.

La violencia psicológica es la agresión a través de palabras de injurias, calumnias, gritos, insultos, desprecios, burlas, ironías, situaciones de control, humillaciones, amenazas y otras acciones para destruir el autoestima. Generalmente sucede por parte de los que cuidan o personas significativas en las relaciones personales. Interfiriendo en lo emocional, psicológico y cognitivo de la víctima.

Casi siempre es difícil detectar cuando alguien violenta psicológicamente, ya que no presenta señales como la violencia física. Sin embargo, influye en el comportamiento de la víctima, como: inseguridad, autoestima baja, comportamiento destructivo, aislamiento, bajo rendimiento escolar y de trabajo, abuso de alcohol y drogas, dificulta formar y mantener relaciones, inestabilidad, entre otras.  

También en Efesios 4:29 menciona sobre las malas palabras destruyen a las personas, "Ninguna palabra corrompida salga de vuestra boca, sino la que sea buena para la necesaria edificación, a fin de dar gracia a los oyentes".

La campaña

Ante esta realidad latente, la Iglesia Adventista del Séptimo Día mediante la campaña "Basta de Silencio", que lleva 20 años luchando contra los abusos y las adicciones, en este mes viene difundiendo orientaciones y acciones sobre la prevención y superación de la violencia psicológica.

Es así, que en el norte del Perú mediante un plan de acción que iniciará el lunes 22 y finalizará el sábado 27 de agosto. Realizarán actividades de prevención como charlas y/o seminarios en los colegios del estado peruano y comedores infantiles, talleres de orientación, feria de salud con atención psicológica en prevención y atención de la violencia familiar.

Para la coordinadora del proyecto en el Norte del Perú, Elena Zubieta, ve la gran necesidad de sensibilizar a la población en romper cadenas que pasan por generaciones independientemente del género y edad. "Dios desea que vivamos felices a pesar de cualquier dificultad que podamos pasar y el hogar debe ser el soporte para todas las familias y este debe ser el lugar seguro para cada integrante como hijos de Dios somos llamados a involucrarnos más en favor de nuestra comunidad." enfatiza.

También realizarán impactos y marchas en las principales ciudades del norte del Perú, proyectos para mujeres como "Taller de trabajos en cuero", acciones solidarias, encuentro de damas, transmisiones en vivo con profesionales de la salud mental, entre otros, que contribuirá a la Iglesia y sociedad.