Teólogo adventista Norman R. Gulley fallece a los 88 años
Estudioso trabajó durante décadas en Southern Adventist University
El 14 de julio de 2022 falleció el distinguido profesor, autor, pastor y académico Norman R. Gulley. Él es probablemente mejor conocido por las décadas en las que enseñó en el ministerio, por su trabajo de capacitar pastores. Tenía 88 años.
Gulley creció en la iglesia de Stanborough Park en Watford, Reino Unido, donde comenzó como alumno interno de la secundaria. Asistió al Southern Missionary College (ahora Southern Adventist University) en Collegedalle, Tennessee, Estados Unidos, donde se graduó en 1955. En 1958, se casó con Leona, su esposa por 64 años, y ese mismo año comenzó a enseñar en el Madison College en Tennessee mientras pastoreaba dos iglesias.
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En 1962, los Gulley fueron como misioneros a Japón. Él dirigió el departamento de Teología del Japan Missionary College y comenzó un programa de maestría en Religión. En 1967, se fue, con licencia por estudios, a la Universidad de Edimburgo, donde eventualmente concluyó un doctorado en Teología Sistemática.
En 1971, los Gulley fueron como misioneros a Filipinas. Una vez más, Gully trabajó para desarrollar un programa de maestría. Entre la primera promoción de alumnos de la MDiv (maestría en Divinidad) estaba Gordon Christo, quien más adelante se convertiría en académico y administrador de la iglesia.
“Había cursado todas sus materias en Teología Sistemática y amaba cada momento de cada clase”, dijo Christo, y luego añadió con una sonrisa, “Estoy seguro de que era su alumno favorito”.
Entre los logros de Gulley, se destacan el traslado del campus del Philippine Union College de Baesa, un suburbio de Manila, a Silang, donde se formarían la Escuela de Posgrado y el Seminario de Teología (el precursor a lo que hoy es el Adventist International Institute of Advanced Studies, o AIIAS), y el actual campus de la Universidad Adventista de Filipinas.
En 1978, Gully regresó a su alma máter para enseñar Religión en el Southern Missionary College, un cargo en el que continuaría hasta su jubilación, cuando asumiría el título de profesor de investigación. Autor de numerosos artículos y libros, en la década de 1990 comenzó un proyecto ambicioso: producir la primera teología sistemática verdaderamente académica y extensa. Esta obra maestra sería en cuatro volúmenes. Su prolegómeno salió en 2003, seguido por Dios como trinidad (2011), La creación, Cristo y salvación (2016), y finalmente, La iglesia y las últimas cosas (2017).
Profesor dinámico, persona cariñosa
Greg A. King, decano de la Facultad de Religión en la Southern Adventist University, describió cuatro cualidades que hacían de Gulley un profesor ejemplar. “Su amor por Dios, su compromiso con las Escrituras, su devoción a la iglesia como el cuerpo de Cristo, y una profunda preocupación por sus alumnos muestran su profundo deseo de ayudar a sus alumnos a cumplir el llamado de Dios para sus vidas”. Otro alumno y luego colega, Jud Lake, añadió: “Norman Gulley me enseñó durante un periodo de cuatro décadas, como profesor, colega y amigo, que toda la teología y las prácticas de la iglesia deben centrarse en Cristo y este crucificado. Su semejanza a Cristo, sus formas amables y su pasión por la verdad llevaron a generaciones de alumnos, incluido yo, a una relación más profunda con Dios”.
“Norman Gulley era un verdadero caballero y académico”, dijo John C. Peckham, profesor del Seminario de Teología de la Universidad de Andrews. “Entre muchas grandes contribuciones, será recordado por su trabajo pionero en la Teología Sistemática, en donde abrió un camino para muchos otros teólogos adventistas. Estoy profundamente agradecido por su trabajo, el cual está profundamente cimentado en las Escrituras, enfocado en elevar a Cristo, y que ha hecho avanzar grandemente la erudición adventista”.
George W. Reid, en su valoración del prolegómeno de Gulley, describe su obra como “la primera verdadera Teología Sistemática que llega por la mano de un adventista”. Nota que las descripciones detalladas de Gulley de la narrativa bíblica, especialmente el gran conflicto, fue un marco útil para explicar las doctrinas bíblicas.
Como uno de los alumnos de Gully, puedo compartir mi profundo respeto y consideración por su enseñanza, amistad y su rol de mentor a través de los años. Sus clases siempre fueron de mis favoritas y, mientras él era el presidente de la Sociedad Teológica Adventista (1998-2000), me invitó a trabajar con él en varios proyectos. No solo era un profesor dinámico, sino también una persona cariñosa. Como apasionados bibliófilos, con frecuencia intercambiábamos libros. Un verano, mientras ganaba dinero para mis estudios, me dejó guardar mis libros en su casa. A través de los años, nos mantuvimos en contacto, y él permaneció como mi modelo a seguir como académico que amaba escribir. Voy a extrañarlo profundamente, al igual que muchos otros, y tengo la esperanza renovada en el pronto regreso de Jesús, un tema sobre el que él amaba escribir y hablar durante su vida.
Lo sobreviven su esposa, Leona; dos hijas y dos hijos y sus cónyuges; nueve nietos, tres bisnietos y un tataranieto. Se está planificando un servicio fúnebre conmemorativo.
Michael W. Campbell es director para la oficina de Archivos, Estadísticas e Investigaciones de la División Norteamericana.
La versión original de esta historia fue publicada por el sitio de noticias de la División Norteamericana.