Con un concierto de gratitud, cierra la semana de “Misión Caleb” para la Iglesia Adventista al Sur del Ecuador, donde más de 1.200 jóvenes decidieron decir “YO VOY”, y participar en las actividades del proyecto, que deja como resultado 121 personas que entregaron su vida a Cristo por medio del bautismo.

Del 13 al 18 de marzo la juventud del sur del pais, emprendió una jornada de desafíos que involucraba el servicio a la sociedad. Donde la oración, el esfuerzo, la constancia y las ganas de dar a conocer de Cristo preponderaron en la actitud misionera de cada uno de los participantes.

Como resultado de las bendiciones y cuidados que Dios tuvo con cada CALEB, se realizó un concierto de gratitud y adoración, qué acogió a cientos de jóvenes de 23 distritos en el Centro de Convenciones de la ciudad de Guayaquil. El grupo invitado para esta ceremonia de cierre especial, fue “Conexión Cielo”, dos adoradores de la ciudad de Chile, que compartieron la alegría de los jóvenes en esta fiesta espiritual.

Para el pastor Edmundo Ortega, líder de los jóvenes en esta zona del país, los CALEB, son un pilar fundamental para la predicación del evangelio y el resultado de nuevas generaciones que se comprometan con esta misión.

“Me siento contento de ver a mis jóvenes trabajando arduamente para ser las manos de Jesús. La gente puede ver a Cristo a través de los CALEB, por eso 121 personas se entregaron a Jesús, y esto se debe al esfuerzo de este equipo que nunca dejó de confiar en Dios. Tengan por seguro que lo que hacemos en esta tierra, seguramente resuena en la eternidad.”, dijo el líder de jóvenes.

Misión CALEB, anima a la juventud a compartir su tiempo supliendo las necesidades que presenta la sociedad. Ofrecen sus habilidades apoyando a los desvalidos, principalmente a quienes más necesitan conocer de Jesús.

“Me siento feliz de haber participado de Misión CALEB. Me llena de alegría cantarle y hablarle de Dios a los demás. Llevar comida a quien estaba hambriento. Saber que podemos hacer mucho en la vida de alguien que está necesitando. Esto le da razón a nuestra vida como jóvenes”, manifestó Karen Domínguez, misionera CALEB del distrito Península.

El impulso de esta juventud que decidió entregar sus vacaciones a Dios, y obtener la oportunidad de ofrecer ayuda, extender la mano a quien más necesita, se reflejó en sus rostros que, con canticos de alabanzas decidieron renovar su espíritu voluntario.