Todo comenzó con dos vacas
El premio “Agricultor orgánico” de Mongolia alcanzó nuevos niveles gracias a ADRA
Madre de dos hijos, Enkhtuya vive con la familia en el norte de Mongólia. Después de la caída de la Unión Soviética en 1991, parecía casi imposible que ella alimentara a su familia. Incapaz de encontrar un empleo permanente en su país de origen, viajó al exterior para trabajar. Después de dos años, pudo ahorrar lo suficiente y volvió a su casa. Allí compró dos vacas y comenzó a vender leche y algunos otros lácteos. Además, ella y el marido hicieron una huerta pequeña.
Algunos conocidos le contaron a Enkhtuya sobre un proyecto patrocinado por la Agencia Adventista de Desarrollo y Recursos Asistenciales (ADRA). Ella fue a una reunión con la cooperativa local. Allí escuchó hablar sobre la agricultura orgánica por primera vez. Eso le despertó la curiosidad, y decidió inscribirse en varias capacitaciones. Le dieron semillas orgánicas y fertilizantes; así Enkhtuya comenzó a aplicar lo que había aprendido.
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Con un préstamo de apoyo del fondo del proyecto, la emprendedora compró estufas. La huerta se transformó en una pequeña chacra. Plantaron repollos, frijoles, papa, apio, perejil, cebolla, ajo y pimienta. De acuerdo con ADRA Alemania, la mujer cosechó 42 toneladas en el primer año.
Premio al Mejor Agricultor Orgánico
ADRA Alemania informó que en 2020, Enkhtuya fue agasajada con el premio al “Mejor Agricultor Orgánico” del año por el Ministerio de Alimentos, Agricultura e Industria de Mongolia. Eso les dio ánimo a ella y su esposo para continuar practicando la agricultura orgánica. “Todos necesitamos trabajar juntos para promover la agricultura orgánica”, dijo ella, refiriéndose a su empresa.
Su familia también se está beneficiando con el aumento de ingresos. “Parte de nuestras ganancias con la horticultura se usan para pagar el colegio de mi hijo. También quiero expandir mi plantación orgánica y aprender más sobre la agricultura orgánica y su certificación”, compartió.
Apoyo para el crecimiento
En el norte de Mongolia, los pequeños agricultores unieron fuerzas en cooperativas para producir alimentos orgánicos. ADRA y otras organizaciones los apoyan en sus proyectos.
Los agricultores aprenden sobre nuevos métodos de cultivo, reciben herramientas de trabajo modernas y semillas orgánicas para facilitar su transición a la agricultura orgánica. Con ayuda de la agencia, se han desarrollado los primeros organismos de certificación de productos orgánicos. ADRA también les dio apoyo a los agricultores para que encontraran mercados donde vender sus productos.
ADRA es una organización no gubernamental internacional. En Alemania, tiene su sede en Weiterstadt, cerca de Darmstadt, y fue fundada en 1987 por la Iglesia Adventista del Séptimo Día. Esta agencia también es parte de una red mundial organizada con oficinas en más de 130 países. Y también es miembro fundador e Aktion Deutschland Hilft.
La versión original de esta historia fue publicada por Adventistischer Pressedienst.