En 2022, diecisiete misioneros de ocho países sudamericanos tendrán una casa nueva. Los voluntarios que participarán del proyecto Un año en misión irán hasta Salvador, Bahía, Brasil. Y allá pretenden construir un templo adventista nuevo. Cada año se elige una ciudad para recibir el grupo que participa de campañas de evangelismo urbano. La capital bahiana recibirá los esfuerzos de toda la Iglesia en Sudamérica para ampliar el número de adventistas.

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Esos voluntarios son jóvenes profesionales que eligen dedicar doce meses de su vida para realizar trabajo misionero exclusivo. Con eso, usan sus conocimientos para ayudar a la comunidad local. El Ministerio Joven de la Iglesia Adventista en Sudamérica selecciona un grupo que va a una ciudad específica; sin embargo, las sedes regionales de la denominación también mantienen el proyecto anualmente.

Proyecto en Bahía

En la ciudad de Salvador, los voluntarios abrirán un templo nuevo y apoyarán un centro de influencia en un barrio de clase media alta, según explica Carlos Campitelli director del Ministerio Joven de la Iglesia Adventista para ocho países sudamericanos. El proyecto comenzó a partir de la sede mundial adventista en la ciudad de Nueva York, Estados Unidos, debido a la característica cosmopolita de ese lugar y poco sensible a la religión.

Se ha extendido a otros países y, desde 2014, se realiza en Sudamérica. Las oportunidades que tiene el joven de desarrollar sus talentos a través de sus profesiones en el campo misionero son de valor elevado, no solo para el joven, sino para la iglesia que los recibe. Esa integración hace que todos tengan una visión misionera en esa integralidad”, afirma Campitelli.

Gemima Belém es paraguaya y el sserá su segundo año como misionera. En la primera oportunidad, sirvió en su país. Ahora dejará su familia y amigos para pasar un año en el nordeste brasileño. El motivo es sencillo: “Ya tuvo una experiencia y le gustaría continuar participando. Tomó como un llamado el continuar sirviendo a Dios”, afirma.

Su objetivo es pasar el año “viviendo una vida consagrada al Señor, tratando de hacer su voluntad todos los días”. La joven de 21 años dedicará su tiempo y talento para hablar de la Biblia con sus compañeros.

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