La seguridad alimentaria es uno de los conceptos indispensables para tener en cuenta en un mundo donde habitan alrededor de 7.900 millones de personas. Una disciplina que, según la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), abarca la disponibilidad física de los alimentos, el acceso económico y físico, la utilización de los alimentos y la estabilidad en el tiempo de las tres dimensiones anteriores.

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Esta seguridad alimentaria, que tiene base científica, describe el manejo, la preparación y el almacenamiento de alimentos de manera que prevengan enfermedades causadas por los mismos.

A raíz de esto existen sistemas que evalúan la calidad e inocuidad en la industria alimentaria. El esquema FSSC 22000, que es la máxima certificación en seguridad alimentaria a nivel internacional, fue otorgada días atrás a la planta de Granix en Campana, Buenos Aires, donde se producen cereales laminados y extrusados.

Esta certificación voluntaria a la que accede Granix, consolida la apuesta firme por la calidad certificada en todas las etapas del proceso productivo, considerando también la logística del almacenamiento y la entrega del producto.

Por otro lado, contando con el respaldo de la certificación de mayor reconocimiento a nivel global, Granix espera acceder a nuevos mercados y ampliar su presencia en otros países.

La particularidad del esquema FSSC 22000 es que es reconocida por la Iniciativa Mundial de Inocuidad de los Alimentos (GFSI – Global Food Safety Initiative), lo que confirma su aceptación y reconocimiento en la industria alimentaria mundial. Este nuevo esquema ayuda a la integración de un sistema de gestión de la inocuidad alimentaria con los sistemas elaboradores de alimentos. Está basada en la ISO 22000:2018, por lo que es un estándar que se adecúa perfectamente con otros sistemas de gestión como ISO 9000, ISO 14000 e ISO 45001. De esta forma, contar con esta certificación es un elemento esencial de la estrategia de calidad que caracteriza a Granix.

Además, se añaden requisitos adicionales como la “Mitigación del fraude alimentario” y el “Food defense”, orientados a la prevención de acciones que pudieran comprometer la inocuidad de los alimentos. De la misma manera, hay un nuevo requisito de “Formulación de productos”, que tiene en cuenta el control de sustancias, nutrientes o ingredientes, que pudieran tener efectos adversos o afectar a la seguridad alimentaria. Para este tipo de situaciones se realizarán “análisis de vulnerabilidad” y se implementarán las medidas preventivas que se necesiten.

Marcelo Cerdá, director general, destacó el trabajo que realiza Granix para garantizar la calidad de los productos que elabora: “Todas estas acciones se realizan con el fin de asegurar la producción de alimentos seguros para el consumidor final. Nuestra empresa planifica, implementa, mantiene y actualiza un sistema de gestión de la inocuidad de los alimentos destinado a proporcionar productos que sean seguros para el consumidor final”.

“Cuando hablamos de calidad no solo hacemos referencia a la calidad conceptual, sino que también hacemos alusión a la seguridad alimentaria. En Granix hablamos de calidad y lo demostramos todos los días”, concluyó Cerdá.