El mortal coronavirus saca lo mejor de los adventistas en el norte del Perú
La Iglesia adventista en el norte del Perú bautizó a 4,409 personas en un solo esfuerzo evangelístico, vía online.
Frente al cierre total de los templos y la suspensión de reuniones que implican la concentración o aglomeración de personas, por orden del Gobierno peruano para evitar la propagación de la enfermedad del coronavirus, la Iglesia en el norte del Perú inauguró una nueva era en su historia de la evangelización. Más de 12,000 jóvenes voluntarios, denominados “Misioneros digitales”, durante 30 días movilizaron a todos los departamentos y fuerzas de la iglesia en un solo objetivo: Proclamar a Cristo como el Salvador del mundo y próximo a regresar. El proyecto nombrado: “Misión Caleb Online: Una voz de esperanza”, en su etapa de siembra y cultivo, dio estudios bíblicos bajo distintas modalidades digitales a 28,681 personas. La estructura de movilización, que hizo posible el logro del objetivo, fueron las Unidades de Acción de la Escuela Sabática y los Grupos Pequeños, que funcionaron cada uno como un equipo Caleb.
“Dios, en este tiempo, ha puesto en nuestras manos un teléfono celular, una Tablet o una computadora para proclamar al mundo que Jesús ya está volviendo, porque ¡la misión no está cuarentena!”, dijo el Pr. Bill Quispe, presidente de la Iglesia Adventista del Séptimo Día en el norte del Perú, en el lanzamiento de este ambicioso plan.
Así, aunque el coronavirus quería detener la misión de la iglesia, no pudo con ella y no la detuvo. La etapa de la cosecha se realizó del 24 de julio al 1 de agosto, donde 4,194 salas de videoconferencias se convirtieron en un centro de predicación online, uno por cada equipo Caleb en simultáneo. Los centros Caleb recibieron a más de 43,000 personas, entre estudiantes de la Biblia y amigos invitados. “No solo hubo música y proclamación de la Palabra, sino también obras de solidaridad. Entregamos cerca de 10,000 kits o cestas básicas de alimentos a nuestros invitados que estaban pasando por una situación económica difícil a causa de la pandemia”, señaló el Pr. Francesco Marquina, líder del Ministerio Joven de la Iglesia Adventista del Séptimo Día en el norte del Perú.
La campaña finalizó con un gran programa de celebración, vía online, por las 4,409 personas bautizadas, que siguieron todos los protocolos de bioseguridad establecidos para el efecto. Sin duda, fue una abundante cosecha. El programa contó con la presencia del Pr. Gary Blanchard, líder mundial del Ministerio Joven de la Iglesia Adventista del Séptimo Día, quien dijo: “Cuando los jóvenes son de Dios, ellos son capaces de hacer cosas impresionantes”. También estuvo en el programa el Pr. Carlos Campitelli, líder del Ministerio Joven de la Iglesia adventista para ocho países de Sudamérica.
Paradójicamente, el mortal COVID-19 había sacado lo mejor de la iglesia: su pasión misionera. El Pr. Bill Quispe, en las palabras finales del inspirador programa de celebración, enfatizó: “Aunque nuestros templos siguen cerrados, los corazones de las personas siguen abriéndose al evangelio. Para esta hora fuimos llamados. ¡Este es el tiempo de demostrar de qué estamos hechos y cuánto amamos a Dios y la misión que Él nos encomendó!”.
De este modo, a pesar de que la Pandemia puso en cuarentena a muchos aspectos del diario vivir, no pudo hacer lo mismo con la misión. ¡Sí! ¡La misión no está en cuarentena! Fue la frase que no solo cerró este innovador proyecto, sino que también inauguró la nueva normalidad de la evangelización en el norte del Perú: “La Misión Digital”.