Testigos cautivantes: el poder del testimonio personal
Cuando tenemos una relación genuina y plena con Jesús, deseamos testificar de su amor.
Un estadio lleno y un predicador hablando con gran elocuencia del amor de Dios. ¡Eso es espectacular! Sin embargo, el amor de Dios no puede ser compartido solo en una multitud y tampoco por personas con habilidades especiales. La buena nueva es que todos podemos y debemos compartir el amor de Dios. ¿Por qué? Por lo menos por dos razones.
En primer lugar, porque hay un poder inusual en el testimonio personal. Cuando el amor de Cristo nos transforma, tenemos algo que decir sobre él. Después de todo, compartir lo que Jesús hizo por otra persona causa cierto impacto, pero compartir lo que Jesús hizo por nosotros causa un impacto mucho más poderoso.
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En segundo lugar, es difícil argumentar contra la experiencia personal. Las personas pueden debatir nuestra interpretación bíblica o pueden burlarse de nuestra religión. Sin embargo, hasta los escépticos son impactados cuando alguien dice: “Yo tenía mucha culpa, ¡pero ahora con Cristo tengo paz!”.
Como podemos ver, el testimonio personal es poderoso. Por eso, recuerde:
- Cuando tenemos una relación genuina y plena con Jesús, deseamos compartir su amor;
- Ningún argumento, por muy lógico que sea, necesariamente ablandará corazones endurecidos;
- Es el maravilloso amor de Dios el que ablanda y subyuga corazones;
- El evangelio solo es eficaz cuando es proclamado por corazones entusiasmados y labios elocuentes, capacitados por Dios;
- Es importante compartir verdades; pero también es importante proclamar liberación de la culpa, compartir paz y perdón, y contar sobre la esperanza y alegría que encontramos en Jesús.
Vea el comentario de la lección 2 de este trimestre de la Escuela Sabática. Que Dios lo bendiga en su compromiso de testificar con poder.
Entienda más en el video.