La creación como fundamento (parte 2)
¿Qué más hay en el relato de Génesis que hace que su estudio sea fundamental para comprender la Biblia de manera integrada y coherente?
Génesis 1:1 es uno de los versículos de la Biblia más poderosos e importantes, pues presenta cuatro afirmaciones esenciales para la comprensión del origen del mundo y del ser humano.[1]
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La primera afirmación declara que Dios hizo el cielo y la Tierra “en el principio”. Esto significa que hubo un tiempo en el que este globo y los cielos atmosféricos no existían. Por el uso de la expresión “en el principio”, la cosmología de Génesis establece un inicio absoluto para la creación. La expresión “en el principio” disocia, de una vez por todas, la concepción del mundo de todo el ritmo cíclico de la mitología pagana y de la especulación de la metafísica antigua. Este mundo, su vida y su historia no dependen del ritmo cíclico de la naturaleza, pues fueron traídos a la existencia como un acto de la creación de un Dios trascendente.
La segunda afirmación es la de que Dios es el Creador: “Creó Dios”. Lo que significa que él es completamente separado e independiente de la naturaleza. Dios actúa en la naturaleza, pero él y la naturaleza son separados y no pueden jamás ser igualados a alguna forma de emanantismo o panteísmo. En las cosmologías egipcias, todo está contenido dentro de la mónada (forma más simple) inerte, hasta el dios creador. En Egipto, no hay separación entre Dios y la naturaleza. En la cosmología del Génesis, Dios es independiente de su creación.
La tercera afirmación declara que Dios actuó directamente en la creación: “Creó”. El verbo específico para crear, ‘bara’, tiene solo a Dios como su sujeto en toda la Biblia. Esto es, solo Dios es el Creador, y nadie más puede compartir esa actividad especial.
La cuarta afirmación tiene que ver con el objeto de la creación, la materia que viene a la existencia por la creación divina; o sea, “los cielos y la Tierra”. En hebreo esas palabras son los sinónimos para el término cosmos usado por nosotros. Un estudio más profundo de las 41 formas de uso de la frase “el cielo y la Tierra” revela que estas no significan que Dios creó todo el Universo, ya con los millones de galaxias, cuando hizo el mundo. El foco permanece en el planeta Tierra y en sus alrededores más o menos cercanos. Las ideas expresadas en el primer versículo de la Biblia definen el rumbo de toda la cosmología de Génesis.
Siga el estudio completo de la lección 9 de la Escuela Sabática ingresando al siguiente video. Mire y comparta el link; de esa forma, muchas personas podrán beneficiarse del estudio de la Sagrada Escritura.
Referencia:
[1] Gerhard Hasel y Michael Hasel. “La cosmología única de Génesis”. Diálogo 28:1 (2016): 6-11, 19.