La voz es importante para las relaciones humanas. Por medio de ella, nos expresamos y acercamos a otras personas. Además, hay quienes la utilizan como herramienta de trabajo (pastores, cantantes, profesores, etc.). Noten que ese grupo también actúa en el contexto de la Iglesia, ya sea de manera profesional o no, lo que hace de la voz un recurso importante para la predicación del evangelio y el cumplimiento de la misión. Sobre esto, la autora Elena de White escribió:

“La facultad del habla es un talento que debiera ser diligentemente cultivado. De todos los dones que hemos recibido de Dios, ninguno puede ser una bendición mayor que este. Con la voz convencemos y persuadimos; con ella oramos y alabamos a Dios, y con ella hablamos a otros del amor del Redentor. Cuán importante es, entonces, que se eduque de tal manera que sea lo más eficaz posible para bien” (Palabras de vida del Gran Maestro, 270).

Esto nos lleva a reflexionar sobre la importancia del cuidado y la educación de la voz. Vea lo que Elena de White dice al respecto:

“La cultura y el uso debido de la voz son grandemente descuidados, aun por personas de inteligencia y actividad cristiana. Hay muchos que leen o hablan en voz tan baja o de un modo tan rápido que no puede entendérseles fácilmente. Algunos tienen una pronunciación apagada e indistinta, otros hablan en tonos agudos y penetrantes, que resultan penosos para los que oyen. Los textos, los himnos, los informes y otras cosas presentadas ante asambleas públicas, son a veces leídos de tal manera que no se entienden, y a menudo su fuerza y poder impresionante quedan destruidos” (Palabras de vida del gran Maestro, p. 270).

Sea amigo de su voz

Además de deficiencia en la transmisión del mensaje, hay daños físicos relacionados al mal uso de la voz. El abuso, por ejemplo, resulta en disminución de la extensión dinámica, de la fuerza del soplo, produce aspereza, sonoridad empobrecida, tono agravado, y ataques vocales bruscos. Pero es posible evitarlos con algunos cuidados sencillos. Un panfleto publicado por la Sociedad Brasileña de Fonoaudiología da algunas indicaciones:

⦁ Hable sin esfuerzo y articule bien las palabras.
⦁ Mantenga una buena postura al hablar o cantar.
⦁ Beba dos litros de agua diariamente.
⦁ Duerma bien.
⦁ Use ropa cómoda.
⦁ Tenga una alimentación saludable, rica en frutas y proteínas.
⦁ Trate de reducir la cantidad del habla durante cuadros gripales, crisis alérgicas y período premenstrual.
⦁ Evite hablar por períodos largos, especialmente en ambientes ruidosos.
⦁ Evite carraspear, gritar y dar carcajadas exageradas.
⦁ Evite ingerir leche y derivados, bebidas gaseosas y chocolate antes de utilizar la voz continuamente.
⦁ Evite la ingestión de alcohol y otras drogas.
⦁ Evite cantar inadecuada o abusivamente.
⦁ Esté atento a los principios de síntomas de alteración vocal como cansancio, dolor o ardor al hablar, fallas en la voz, cambios de tono, catarro o ronquera.
⦁ En el caso de problemas vocales, trate de consultar a un fonoaudiólogo y un otorrinolaringólogo.

Más allá de lo verbal

Además, es importante recordar que la voz no hace la comunicación sola, es parte de una mecánica compleja, en que todo el cuerpo se moviliza para transmitir un mensaje.

Vea lo que dicen las investigadoras Mara Behlau y Andressa Consentino sobre una comunicación buena y completa:

“El uso de gestos y el contacto visual dirigido reflejan la personalidad y el comportamiento del que habla. Cuando se realizan de manera fluida y pertinente valoran la presentación, contribuyendo a la transmisión del mensaje. El modelo articulado con sonidos bien definidos transmite al oyente el deseo de ser comprendido y claridad de ideas. Y una articulación mal definida puede indicar dificultad en la organización mental o también falta de voluntad de comunicarse. […] Una velocidad lenta desconecta al oyente y transmite la impresión de lentitud de pensamiento, al paso que una velocidad elevada puede reflejar ansiedad y tensión además de no dar espacio al interlocutor. Los detalles de la expresión facial, de los gestos, de la postura corporal y de la voz crean un medio importante de comunicación que impregna el lenguaje hablado, favoreciendo o no el diálogo. Las personas que sonríen con espontaneidad, que presentan calidad de voz agradable y demuestran receptividad con sus gestos, suelen atraer a los interlocutores”.

Para terminar…

Y entonces, ¿qué dice su voz sobre usted? ¿Ha sido eficaz en proclamar el mensaje de esperanza que Dios le encomendó? Espero que esas informaciones y consejos contribuyan positivamente a su salud y ministerio. Y quiero dejar solo un mensaje más de la escritora White:

“Los que enseñan la verdad deben hacerlo con simplicidad. No traten de conducir la verdad al hogar con un espíritu que despierte antagonismo. (…) Mediante esfuerzos perseverantes podremos cultivar la voz, librándola de toda aspereza. Pidamos con fe que se nos dé una voz que exprese conversión, una lengua convertida y una simpatía y ternuras similares a las de Cristo, para que podamos ganar almas para la verdad que enseñamos” (El ministerio de la bondad, p. 99).

---

Joab Dias es fonoaudiólogo y teólogo.