Milagro de Año Nuevo
Maria Bachvarova oró por su hermano y tuvo la seguridad de que Dios respondió a su oración.
Tres ancianitas decidieron orar por parientes no creyentes en el mayor feriado de Bulgaria, la víspera de Año Nuevo. Las tres, miembros de la Iglesia Adventista del Séptimo Día de Sofía Occidental, oraban a las 23:30 y nuevamente a las 00:15, en sus casas, en la capital de Bulgaria.
El día 31 de diciembre, a la hora combinada, Maria Bachvarova dejó a su marido e hijo adulto celebrando el Año Nuevo, y entró en otro cuarto. Allí oró para que ambos aceptaran a Jesús. Entonces, se acordó de su hermano menor, Nikolai, de 66 años. Ella había invitado a su hermano para participar de la celebración de Año Nuevo en su casa, pero él no apareció.
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Nikolai era amable, diligente y honesto, pero había sufrido varias desventuras. Había sido un ejecutivo de negocios bien pagado, pero quebró y su esposa lo dejó. Casi sin dinero, ahora trabajaba en una construcción como guardia de seguridad.
Maria oró por Nikolai durante 25 minutos, volvió a la fiesta familiar por 20 minutos y después oró por su hermano nuevamente. Nikolai no apareció aquella noche. Sin embargo, él llegó al día siguiente con una historia y algo más para contar.
Invitación inesperada
En la noche anterior, él tenía que vigilar el área de construcción. Pero, cuando llegó, otro guardia de seguridad apareció en su camino, diciendo que estaba esperando a su esposa y que ellos querían celebrar el Año Nuevo juntos en ese lugar.
Nikolai decidió ir a la casa de su hermana y fue hasta la parada del tranvía en las proximidades. Eran las 22:30. Él esperó dos horas por un tranvía, pero ninguno apareció.
De pronto, una ventana se abrió en un predio recién construido detrás de la parada del tranvía. Un hombre y una mujer aparecieron en la ventana e invitaron a Nikolai para ir a su casa.
Él aceptó la invitación, entró en un departamento bien amueblado y se sentó en un sillón cómodo. Más tarde, comió una comida deliciosa, y sus anfitriones tocaron música macedónica que, por coincidencia, era su favorita. Como ejecutivo de negocios, él había desarrollado un gusto por las cosas finas y ahora estaba disfrutando de su antiguo estilo de vida. De mañana, sus anfitriones lo despertaron y dijeron que un taxi lo estaba esperando. Ellos ya habían pagado el viaje. Al despedirse, le dieron un billete de 50 búlgaros, cerca de USD $30. Nikolai estaba sin dinero.
Cuidado divino
Maria lloró cuando Nikolai terminó de contar la historia y dijo: “Dios cuidó de ti ayer a la noche”.
Ella fue a otro cuarto y volvió con una Biblia y un libro adventista para regalarle a esa pareja. “Agradéceles en mi nombre”, insistió ella.
Varios días después, Nikolai devolvió la Biblia y el libro a Maria. “Es de lo más extraño”, explicó él. “Volví al edificio y descubrí que no está terminado. Nadie vive allí todavía”.
El departamento estaba vacío. En ese momento, Maria entendió que Dios había enviado ángeles para cuidar de su hermano que estaba solo en la víspera de Año Nuevo. Dios había respondido sus oraciones en favor de Nikolai.
Después de ese milagro, en 2012, Nikolai comenzó a frecuentar la iglesia con su hermana los sábados. Dios nos escucha cuando oramos por nuestros seres queridos no creyentes. Así como hizo con Maria y Nikolai, él puede responder de formas sorprendentes.
Parte de la ofrenda del décimo tercer sábado de este trimestre, en 28 de marzo, ayudará a la iglesia de Maria, la Iglesia Adventista del Séptimo Día de Sofía Occidental, a fin de que puedan mudarse del lugar que alquilan a un edificio propio.