Líderes de instituciones y administradores eclesiásticos de las distintas regiones de nuestro país se reunieron la última semana de mayo en Buenos Aires para meditar sobre la Palabra de Dios, planificar acciones y coordinar actividades que tendrán por delante, en el marco de los 125 años de la Iglesia.

El pastor Darío Caviglione, presidente de la Iglesia Adventista en nuestro país destacó: “En esta ocasión, al ser el año del 125 aniversario de la iglesia, fuimos motivados y desafiados a tener un año especial. Orando por las personas, dando estudios bíblicos, invitándolos a los grupos pequeños y también, llevándolos al bautismo”. Y remarcó: “Personalmente, esta junta me ha desafiado para que pueda ser un instrumento de Dios para llevar a alguien a sus pies”.

El encuentro, que contó con la presencia de más de 50 personas, concluyó con la historia de vida de María Clara, quien entregó su vida a Dios a través del bautismo.

En el programa Amigos de Oración que la Iglesia de San Martín en Buenos Aires lleva adelante, Federico sintió que tenía que orar por María Clara. En el día de la madre del año pasado, Federico les manda de regalo una Biblia. La Biblia y la transformación impensada de Federico despertó en ella la curiosidad y conocer quién y cómo se había producido esa transformación.

María Clara y Antonella (su Hija) la empiezan a leer y comienzan por el Apocalipsis. Empieza a haber muchas preguntas que, luego, Federico contesta con la Biblia. Empezaron estudiando por teléfono y lo siguieron personalmente. Había una preocupación en su vida: “¿Cómo Dios podía perdonarme?”.

Ella empezó a asistir a la Iglesia, pero no personalmente. Estuvo tres o cuatro meses asistiendo a la iglesia por internet, hasta que lo empezó hacer personalmente. Su vida ha cambiado. Hoy, ella y su hija están plenamente integradas a la vida de la iglesia.

Ella expresó, luego del bautismo: “Estoy festejando mi cumpleaños. Volví a nacer. Así me siento”. Además, expresó: “Hace mucho tiempo venía buscando a Dios. Me dió muchas señales y me encontré con él más rápido de lo que pensaba. Hoy, mi anhelo es transmitir la palabra de Dios”.