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Cigarrillos electrónicos causan daño a los pulmones

"Esta epidemia tiene el potencial de causar graves problemas de salud tanto a consumidores jóvenes como adultos", expresa el pulmonólogo Laren Tan.


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Por Janelle Ringer, Salud de la Universidad de Loma Linda

Imagen: Adventist Review

El rápido crecimiento del uso de cigarrillos electrónicos en los adolescentes ha llevado a la Administración de Alimentación y Medicamentos de Estados Unidos a considerar la prohibición de venta de los dispositivos a menores, aumentando la preocupación por la seguridad de los consumidores jóvenes. Todavía hay necesidad de investigar para comprender mejor los efectos adversos que estos artefactos causan en el cuerpo, pero muchos estudios ya han mostrado riesgos evitables a largo plazo a la salud.

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A principios de esta semana, más de 1.000 negocios involucrados en la venta de cigarrillos electrónicos en los EE. UU. Comenzaron a recibir cartas de advertencia de la FDA para advertirlos de cesar la venta a menores, una movida que intenta detener lo que la FDA ya considera como epidemia.

Qué son los cigarrillos electrónicos

Los cigarrillos electrónicos son artefactos a batería que producen un aerosol al calentar un líquido que normalmente contiene nicotina, la droga adictiva presente en los cigarrillos y otros productos de tabaco, según los Centros para el control y prevención de enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés).

Esta epidemia tiene el potencial de causar graves problemas de salud tanto a consumidores jóvenes como adultos, expresa el pulmonólogo y asmatólogo del área de salud de la Universidad de Loma Linda, Laren Tan.

“El daño que causan los cigarrillos electrónicos, tanto en menores como en adultos, pueden exponer riesgos a la salud que pueden ocasionar daño a largo plazo”, menciona Tan.

Estos cigarrillos vienen en varias formas; algunos se parecen a los tradicionales de tabaco, y otros imitan a artículos de la vida cotidiana como bolígrafos o USB. “Estos dispositivos no están regulados, de manera que se desconoce si el tamaño del mismo impacta en gran manera la cantidad de vapor consumido”, dice Tan.

La evidencia

Debido a esta falta de regulación y a que son relativamente nuevos en el mercado (2006 en Europa y 2007 en EEUU) Tan dice que aún se necesita recolectar evidencia que arroje una conclusión. Él explica que en la actualidad hay escasez de información sobre los dispositivos. Aunque la información está disponible en muchas investigaciones independientes, algunos consumidores pueden considerar que los cigarrillos electrónicos no son tan dañinos como los regulares. Sin embargo, aun así no son saludables para los pulmones, comenta Tan.

“A menudo, lo que lo es dañino para los jóvenes es el componente de nicotina”, dice Tan. “Lo que sabemos, y que varios estudios han mostrado, es que la nicotina daña el desarrollo cerebral de los menores, lo cual es nocivo”.

La promoción de estos sistemas de liberación de nicotina a menudo se ve como dirigida a una demografía más joven, con sabores como goma de mascar o algodón de azúcar. Si bien los sabores no representan una amenaza en la ingestión, Tan dice que la inhalación puede producir efectos adversos.

“Sabemos que ciertos sabores de cigarrillos electrónicos contienen diacetil, un químico relacionado con una grave enfermedad pulmonar. La inhalación de diacetil causa inflamación, irritación, y puede llevar al daño pulmonar permanente”, explica Tan.

Una publicación reciente del CDC señaló que el componente metal necesario para el funcionamiento de los cigarrillos electrónicos, que calienta el líquido y lo cambia al estado de vapor, libera pequeñas partículas de metal con el vapor. Estas partículas por lo general corresponden a metales pesados como níquel, estaño o plomo. Cuando se los inhala, estos metales dañan el tedijo pulmonar y reducen la resistencia natural del cuerpo a las infecciones y el cáncer, según el CDC.

El vaporizador de los cigarrilos electrónicos es un vapor de temperatura fría que no requiere combustión. Como tal, los consumidores pueden respirar más profundo cuando inhalan la sustancia, lo que los lleva a inhalar mayores cantidades de nicotina, junto a partículas de metal que provienen del artefacto de calor.

“La nube de humo causada por fumar con el vaporizador es sustancialmente mayor a la de los cigarrillos, lo que nos lleva a creer que en cada pitada se consume aun más nicotina”, expresa Tan. Debido a que el humo de los cigarrillos se debe a la combustión, el usuario no puede inhalar esa misma cantidad por los químicos tóxicos que se producen en el proceso de combustión.

Tan explica que las vías aéreas se estrechan cuando se las expone al humo de la combustión, lo que a su vez limita la cantidad de aire que puede llegar a los pulmones. “Este vapor frío, unido a las partículas de metal, la nicotina y los carcinógenos, penetran más profundo en los pulmones. Para los jóvenes en desarrollo, esto puede ser extremamente perjudicial para la salud tanto a corto como a largo plazo”.

Una puerta de entrada a los cigarrillos comunes

El uso de vaporizadores puede ser una puerta de entrada para que los adolescentes comiencen a usar cigarrillos comunes, dicen los representantes de la Sociedad Norteamericana de Tórax. Además, los jóvenes que se inician en la adicción a la nicotina con estos aparatos tienen más probabilidades de comenzar a usar otros productos de tabaco. Tan dice que fumar puede ser más perjudicial para los jóvenes porque sus cuerpos todavía se están desarrollando. “Los pulmones se desarrollan hasta entrados los 20”, explica Tan.

Otra preocupación desalentadora es que las empresas que venden esos productos de cigarrillos electrónicos no están aprobadas por la FDA y, por consiguiente, no deben cumplir con sus reglamentos. “Si los adolescentes comienzan temprano con la adicción de fumar cigarrillos electrónicos, en especial los saborizados con diacetil, serán más propensos a preparar el camino para la formación o el agravamiento de problemas respiratorios crónicos”, informa Tan. Sin reglas y requisitos, hay menos sistemas para proteger al consumidor.

Tan menciona también que cerca del 10% de sus pacientes llegan diciendo que son fumadores de cigarrillos electrónicos. “Estos pacientes se presentan con disnea, tos y dificultad en la respiración. Algunos de ellos ya tienen EPOC (enfermedad pulmonar obstructiva crónica), asma u otra enfermedad respiratoria crónica”, menciona Tan.

Tan dice que quienes tienen tos persistente, gran producción de moco o problemas en la respiración pueden estar presentando signos de una lesión pulmonar. Estos síntomas también pueden agravar problemas respiratorios preexistentes. ‘Quienes experimenten estos síntomas cuando fuman cigarrillos deben dejarlo y hacerse análisis médicos, quienes determinarán si se necesitan más exámenes o un cuidado más específico”.