Por La Redacción

José Espinoza (37) es profesor de Educación Física, fue llamado para servir como entrenador de la selección de básquetbol de la Universidad Peruana Unión (UPeU) en agosto de 2017. Su pasión por Cristo lo llevó a liderar al equipo de forma inédita: formar un equipo de baloncesto que se convierta en una Escuela Sabática.

Sin embargo, los inicios no fueron fáciles. “Mientras conformaba el equipo de baloncesto de la UPeU para la temporada 2017-2 comencé a frecuentar las lozas deportivas donde se reunían los estudiantes para jugar. El objetivo principal, en ese primer momento, era detectar jugadores para el plantel y así dar inicio al trabajo de cara al torneo universitario”, cuenta Espinoza.

El entrenador agrega que, inició las prácticas mejorando la condición física y revisando algunos fundamentos básicos, “pero no del básquet, sino del ser humano. Me di cuenta que debíamos comenzar por un concepto esencial, el respeto. Este principio nos mantendría unidos y sería pilar fundamental en nuestra convivencia”, resalta.

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Espinoza es de nacionalidad chilena. Antes de trabajar en Perú servía a la iglesia en la Universidad Adventista de Chile como docente de Educación Física, y su deseo por servir a Dios y a su iglesia no disminuyó en el país vecino.

Una vez identificados los jugadores, el entrenador inició las prácticas cuatro días por semana, de lunes a jueves. El profesor comenta que los entrenamientos se iban intensificando. El torneo estaba cada vez más cerca. El equipo necesitaba algo más. “En ese momento aprendimos que la disciplina y compromiso eran nuestros mejores aliados para poder lograr nuestros objetivos. Nos dimos cuenta que debíamos eliminar ciertos paradigmas. Descubrimos que necesitábamos los unos de los otros, que no sirve de nada si solo uno de nosotros está bien”, dice Espinoza. Luego agrega que fue ahí donde el concepto de equipo fue sembrado en los corazones de los jugadores. Entendiendo que el todo es la base de la unidad, que se necesitaba de todos para sacar adelante ese proyecto.

El tiempo corría y uno de los jugadores estaba en problemas. El entrenador y el resto del equipo de básquet comenzaron a generar lazos de confianza para atraer al integrante. Tomaron la decisión de expandir su jurisdicción más allá de los límites del campo de juego. El propósito era fortalecerlo y alcanzar a muchos más.

De esa manera, fue que se creó un equipo más unido, que vive más de cerca los principios cristianos y fomenta los valores que la institución enseña. “La selección de básquetbol de la UPeU es más que un grupo de deportistas que representan a la Facultad de Ciencias Humanas y Educación de la Universidad, es también conocida como Gedeón, una Escuela Sabática que alberga a un número importante de jóvenes que se sienten identificados con el deporte y que están motivados a experimentar el modelo de Cristo en sus vidas; desarrollando el valor de la empatía en cada una de sus acciones.

“Saber que nuestro talento fue solo una excusa para ir en pos de aquellos que necesitan de Aquel que tanto nos ama, es el privilegio más grande de permanecer en este equipo”, finaliza Espinoza.

Metas del equipo

El profesor de Educación física y entrenador del equipo de básquet dice que, si bien el proceso de construir un equipo lleva bastante tiempo, este primer año se ha tenido un buen avance. Este 2018 se ha ganado la clasificación para jugar en la División 1 de la Federación Deportiva Universitaria del Perú. Por lo tanto, el sueño máximo es permanecer en esa categoría.

Otro de los objetivos es abrir Gedeon Basketball Academy, un lugar donde todos aquellos estudiantes de la UPeU que gustan del básquet y que no son parte de la selección aprendan más de ese deporte y sean parte de la familia del equipo.

Espinoza informó para la Agencia Adventista Sudamericana de Noticias que este viernes 28 de septiembre inicia la academia.

Finalmente, el entrenador del equipo indica que, “el desarrollo integral de nuestros estudiantes y/o jugadores es importante en la etapa que están viviendo. Nuestro objetivo es guiar el crecimiento espiritual de cada uno de ellos llevándolos a los pies de Cristo. Sería un sueño que los jugadores que no han tomado la decisión de ser bautizados lo hagan en esta etapa tan linda de sus vidas”, finaliza.