Pastores de iglesias universitarias aceptan el desafío de fortalecer el discipulado
Las congregaciones universitarias adventistas en América del Sur abarcan a más de 50 mil miembros, la mayoría de ellos estudiantes con grandes desafíos personales para involucrarse en la misión.
Por Felipe Lemos
Los pastores de las iglesias ubicadas en las universidades adventistas de Sudamérica están conscientes del desafío misionero que poseen. El desafío se da por algunas razones. Esas congregaciones, que en Sudamérica suman más de 50 mil miembros, están formadas esencialmente por estudiantes universitarios. Jóvenes que en su mayoría poseen hasta 21 o 22 años, viven lejos de sus padres y se enfrentan todos los días con la necesidad de equilibrar su vida en las diferentes dimensiones: académica, emocional, física y espiritual. Por primera vez, los pastores de esas grandes comunidades se sentaron juntos durante todo el miércoles 9 para dialogar sobre esa problemática, en un encuentro realizado en la sede sudamericana de la Iglesia Adventista del Séptimo Día; cuya sede se ubica en la capital de Brasil, la ciudad de Brasilia.
En la Iglesia de la Facultad Adventista de Bahía, por ejemplo, son casi tres mil alumnos y una gran preocupación del pastor local fue la de crear estrategias para que ellos se integraran en la misión de enseñar el evangelio de Cristo a otras personas. Herbert Cleber explica que el concepto de discipulado es una realidad entre los miembros de esa gran congregación.
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Los alumnos y otros miembros de la iglesia reciben, todo el tiempo, el incentivo de formar parte de actividades que, en la práctica, significan discipulado. Se realiza por medio de las áreas ya conocidas en la Iglesia Adventista como las clases de Escuela Sabática, Grupos pequeños y ministerios de servicios. Los profesores de la facultad, estudiantes y personas de la comunidad se involucran con diferentes áreas que van desde el apoyo a dependientes químicos hasta grupos que salen para dar estudios bíblicos. En total son 110 grupos misioneros (que pueden ser los tradicionales GP, pero también pueden ser otros grupos, y la mayoría de ellos integran también tiempo a jóvenes y personas de edad avanzada. El secreto está en el trabajo con diferentes frentes y niveles de discipulado en que la motivación es la de continuar y crecer. Cleber recalca que un gran efecto de eso es la formación de líderes entre los jóvenes estudiantes. “Percibimos que es necesario fortalecer la idea de que el joven quiere ser protagonista y eso es realidad hoy en nuestra iglesia”, comenta.
Distrito más allá de las fronteras
Es interesante que ese deseo de expandir la visión misionera se ve reflejado en la propia acción geográfica. Es lo que sucede en la Iglesia de la Universidad Adventista del Plata (UAP), en el interior de Argentina, con 1.500 miembros. El pastor local, Fabián Werlen, dice que cada facultad, o sea, cada curso, tiene un capellán o un pastor responsable por las acciones espirituales y misioneras. Esto hace toda la diferencia, pues ellos se hacen multiplicadores de la idea de que la comunidad estudiantil debe salir de la comodidad e impactar espiritualmente a quien está cerca o hasta más lejos. En el caso de la institución argentina, como la comunidad es predominantemente adventista, los estudiantes y demás miembros de la iglesia recorren semanalmente hasta 50 km de distancia, fuera del distrito original, para alcanzar a personas que todavía no conocen las Sagradas Escrituras.
Por medio de 40 grupos misioneros se realizan todo tipo de iniciativas. Werlen afirma que el 40% de los alumnos comprometidos con ese modelo de misión realizan ferias de orientación en la salud, dan atención espiritual en presidios, estudian la Biblia con sordos, realizan actividades con los clubes de Conquistadores, entre otras acciones. Sin hablar de las escuelas de misión, de las cuales son parte alumnos o no, con un enfoque en actividades misioneras fuera de Argentina. Actualmente, hay un trabajo intenso en un país asiático llamado Kirguistán. “A pesar de todo eso, queremos integrar a más gente, y esperamos, inclusive, reabrir en un plazo corto una congregación distante a 60 km, que no está funcionando”, proyecta el pastor.
El balance del encuentro fue positivo en la evaluación del pastor Lucas Alves, de la Asociación Ministerial de la sede sudamericana adventista. El organizador del evento destacó que ese grupo de pastores tiene ante sí el deseo de trabajar de acuerdo con las necesidades de las comunidades en las que están, y al mismo tiempo, estar alineados con los grandes proyectos adventistas en Sudamérica.