Aprovechar bien el tiempo
¿Qué tipo de relación el cristiano necesita desarrollar con el tiempo, especialmente en su comunión con Dios, lo que es fundamental para sostener su creencia?
¿Cómo utiliza su tiempo?
De cierta forma, es fácil administrar grandes periodos de tiempo: mañana, tarde, o algunas horas. Pero, ¿cómo administramos los intervalos de tiempo? ¿Hacemos algo positivo en ellos? ¿Cómo administramos las 24 preciosas horas que cada día recibimos?
Cuando hablo de intervalos de tiempo me refiero a aquella fracción que se encuentra entre una actividad y la siguiente:
La espera de la entrevista;
La espera del vuelo;
La espera en la fila del banco;
La espera de la siguiente clase.
Hay un episodio de la vida de Cristo que muestra al Maestro aprovechando bien el tiempo: Mientras “sus discípulos habían ido a la ciudad a comprar de comer” (Juan 4:8 R60), Él comienza y termina un estudio bíblico con la mujer samaritana.
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Jesús decide no quedarse parado, solo viendo pasar el tiempo. Decide hacer algo productivo: establece uno de los diálogos más ricos e impresionantes en toda la Biblia. Desde la perspectiva del discurso, el diálogo de Jesucristo con la mujer samaritana es una verdadera clase de comunicación eficaz, una clase impactante con tan solo 182 palabras de Cristo[1]. En esa conversación, es posible identificar ocho componentes de un diálogo eficaz:
Versículo 10: Un diálogo eficaz despierta el interés por algo mejor;
Versículo 13: Un diálogo eficaz mantiene el foco;
Versículo 16: Es directo, incisivo, sin evasivas;
Versículo 17: Valora la sinceridad;
Versículo 18: Un diálogo eficaz no es superficial;
Versículo 22: Un diálogo eficaz evita generalidades solo para agradar; en lugar de eso, conduce a la verdad para impactar;
Versículos 23-14: Ofrece teología profunda;
Versículo 26: No se queda solo en la teología filosófica; su objetivo es presentar a Jesús.
Las palabras de Cristo fueron suficientes para impactar y transformar a la mujer. Y pensar que todo eso fue hecho en un intervalo de tiempo, mientras esperaba que volvieran sus discípulos.
Es posible que cinco, diez o quince minutos desperdiciados aquí y allá no sean visibles en un mes, o incluso en un año. Pero la obra de una vida demostrará claramente el cuidado que cada uno tuvo con el tiempo.
Como dice Marc Levy[2]:
- Para entender el valor de UN AÑO, pregunte a un estudiante que no aprobó sus exámenes finales;
- Para entender el valor de UN MES, pregunte a una madre que tuvo un hijo prematuro;
- Para entender el valor de UNA SEMANA, pregunte al editor de una revista semanal;
- Para entender el valor de UNA HORA, pregunte a los novios que están esperando para encontrarse;
- Para entender el valor de UN MINUTO, pregunte a una persona que perdió un avión;
- Para entender el valor de UN SEGUNDO, pregunte a una persona que logró evitar un accidente;
- Para entender el valor de UN MILISEGUNDO, pregunte a alguien que obtuvo la medalla de plata en las Olimpiadas.
Sí, el tiempo es precioso, ya sea en fracciones menores o porciones mayores.
Pensemos:
- ¿Cuánto tiempo hemos usado en las redes sociales?
- ¿Cuánto tiempo hemos desperdiciado en lecturas frívolas?
- ¿Cuánto tiempo hemos perdido viendo películas perjudiciales?
- ¿Cuánto tiempo hemos perdido escuchando canciones de mal gusto?
En el clásico llamado Como aprovechar al máximo su tiempo y potencial, Edward Dayton y Ted Engstron sugieren algunas estrategias prácticas, simples y eficaces al alcance de todos:
- Establezca metas
- Establezca prioridades
- Haga planes
- Prepare programas
- Utilice nuevas informaciones
- No sea fanático con relación al tiempo
- No sea fanático con relación a los blancos
- Controle su tiempo
Al finalizar, recordemos la pregunta: ¿Cómo utiliza su tiempo? Responda teniendo en cuenta la advertencia del apóstol Pablo: “aprovechando bien el tiempo, porque los días son malos” (Efe. 5:16).
Claro, no vamos a dar lugar a un ritmo de vida frenético y ocupar cada segundo de las 24 horas del día. Pero vamos a cuidar la forma como administramos el tiempo, para que, al final de cada jornada, descansemos con la sensación del deber cumplido, y de haber utilizado bien el tiempo.
[1] Cuenta hecha en la Biblia Almeida Revisada y Actualizada, desde el comienzo del dialogo hasta la llegada de los discípulos. Juan 4:7-26.
[2] Citado em https://www.goodreads.com/quotes/969007-if-you-want-to-know-the-value-of-one-year. Acessado em 9 de maio de 2018.