Refugiados reciben atención en el centro médico adventista en Irak
Se necesitan voluntarios para suplir la creciente demanda. Sepa cómo ayudar.
Por Allana Ferreira, ADRA Irak / Kurdistán
En diciembre de 2013, el conflicto sangriento entre las Fuerzas de Seguridad Iraquíes y el Estado Islámico forzó a muchas personas a huir de la región de Mosul, en Irak, para escapar de los ataques violentos. Ahora que la situación es más estable, centenas de personas están volviendo a sus casas pero todavía hay muchas familias que no pueden hacer lo mismo.
Algunos están siendo trasladados a campamentos que permanecerán abiertos por más tiempo, como el Hassan Sham U2 donde la Agencia Adventista de Desarrollo y Recursos Asistenciales (ADRA) en Irak/Kurdistán – el brazo humanitario adventista en la región – y la organización Adventist Help coordinan un centro médico de emergencia.
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De acuerdo con la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), en abril de 2017, más de tres millones de iraquíes fueron dislocados por la violencia. Con la situación bajo control del gobierno iraquí, los caminos para regresar a la región de Mosul comenzaron a abrirse nuevamente, y muchas familias decidieron volver a sus casas. La ReliefWeb, principal fuente de informaciones humanitarias, resalta que más de 25 mil personas (4.200 familias) regresaron a 25 villas hasta diciembre de 2017.
“Muchos pueblos iraquíes de dislocados temen el regreso de grupos de milicias a sus villas y barrios, por lo tanto, prefieren quedar en otros locales, a pesar de la exposición a la falta de servicios básicos”, evalúa el periódico Rudaw.
Alivio del dolor
Khazir, Hassan Sham U2 y Hassan Sham U3 son los campos escogidos para continuar trabajando y para ser el refugio de las familias que permanecerán allí por más tiempo. La presencia, la calidad del servicio y el impacto del centro médico de emergencia de ADRA en las personas fueron una de las razones por las cuales el Hassan Sham U2 fue seleccionado para permanecer abierto.
“De acuerdo con la investigación Intentions, 266 familias dijeron que permanecerán en el campo HS U2 y no regresarán a sus casas”, comparte Frederic Cussigh, director del Alto Comisariado de las Naciones Unidas para los refugiados en Erbil, en el documento que explica qué campos permanecerán abiertos. “El de Hassan Sham U2 tiene un hospital, y ellos están brindando buenos cuidados de salud”.
El local ofrece servicios de emergencia y no emergencia, odontología, rayos X, laboratorio, apoyo psicosocial, oficinas de clasificación y capacitación para promoción de la salud. La importancia del centro también es reconocida por las familias dislocadas, como Yassin Mare, que tuvo que huir de Mosul con su esposa y nueve hijos, y llegó al campamento en agosto de 2017. “Si no fuese por el hospital, moriríamos aquí sin ayuda”, evalúa.
Atendimiento creciente
Para Farhan Mohammad, un padre que, con sus cuatro hijos, fue forzado a dejar todo cuando el conflicto entre las fuerzas iraquíes y el Estado Islámico llegó a su aldea, el hospital es una “bendición de Dios”. “Es un regalo de Dios tener este equipo aquí para ayudarnos”, asegura.
Hassan Sham U2 ya llegó a hospedar nueve mil residentes; con el movimiento de personas yendo y viniendo, el campamento acomodará cerca de seis mil personas hasta mitad del año 2018. Aunque el número total de individuos en el campo haya disminuido, el volumen de trabajo en el hospital deberá aumentar.
“Con estas nuevas familias que llegan a nuestro campamento, el número de personas que necesitan cuidados médicos probablemente aumentará a medida que vienen de lugares en los que no tienen cuidados médicos”, explica Hilde Camacho, gerente de operaciones de Adventist Help.
Adventist Help y ADRA están trabajando juntas para mantener el hospital en el campo Hassan Sham U2. El proyecto necesita apoyo financiero y voluntarios. Los interesados en ayudar pueden contactar las entidades a través de sus respectivas redes sociales:
Facebook: ADRA Irak/Kudistan o Adventist Help
Instagram: @ADRAIraqKurdistan