¡Lo falso, es sobre todo, falso!
Antes de divulgar algo como verdadero, es necesario verificar si la información es real.
Durante el programa Entrevista con el presidente, presentado por Mike Huckabee el polémico presidente norteamericano Donald Trump se mostraba muy en contra de lo que él llamaba noticias falsas sobre su gobierno.
“Los medios son, realmente, la palabra que creo como el mejor termino de todos los tiempos y que yo traigo para todos, es FAKE (falsos). Creo que otras personas han usado esta palabra a lo largo de los anos, pero nunca la había notado”. Y terminó diciendo que la gran mayoría de las cosas que los diarios publicaba eran… fake news (noticias falsas).
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Este término ya existía, pero se hizo famoso y se viralizó. En todos los lugares del mundo, si alguien dice algo que podría ser mentira, rápidamente surgen comentarios repitiendo lo que dijo el presidente Trump: “¡Eso es fake news!”.
Incluso no siendo un término nuevo, esas fake news se convirtieron en un gran problema, porque las mismas están siendo más visibles que las noticias verdaderas. Tan lejos llegó que las redes sociales, como Facebook, declararon guerra en contra de la misma, cambiando un algoritmo de su funcionamiento. Recientemente, el Tribunal Electoral Superior recibió un presidente nuevo, Luiz Fux, que al asumir su puesto destacó a las fake news, y las caracterizó como un enemigo a ser combatido en las elecciones, ya que pueden llegar a perjudicar la elección de los votantes.
Y las tales fake news, llegaron a la puerta de las actividades de la iglesia. Hace algunos días, circuló por WhatsApp y en las páginas de las redes sociales, un texto que supuestamente había escrito el pastor Erton Köhler, presidente de la Iglesia Adventista del Séptimo día (IASD) para ocho países de Sudamérica, diciendo cosas que, según el mismo portal oficial de la Iglesia eran alarmistas, sensacionalistas y equivocadas”. Solamente con leer el texto, se podía percibir que no era del pastor Köhler, ni representaba la expresión de la IASD. ¡Era fake!
Muchas veces me impresionó la capacidad que algunos tienen para desparramar las fake news con tanta facilidad, pero ya no me impresiona más. Inclusive, ya escribí textos en esta columna sobre temas similares que también se adaptarían perfectamente a esta situación (lea aquí y aquí).
Tenemos capacidad de transmitir y dar informaciones que no tenemos ni idea si son verdaderas. Parece que es más fácil decir “¡mira eso, lee (ve) esto!,” que decir “espera que voy a verificar si es verdad”. Por esto, su recibiste algún texto que parece extraño, sensacionalista o que da indicación de alguna cosa que no es normal, recuerde de las siguientes sugerencias:
- Buscar en las redes sociales, las páginas de la persona que dijo eso. Si lo escribió la misma persona, o quería solo que se compartiese, el primer paso es siempre publicar las cosas en sus propias páginas, especialmente Twitter y Facebook.
- Verificarla página oficial de la IASD y sus redes sociales. Si la persona estaba hablando en nombre de la Iglesia, y parece ser un mensaje de mucha importancia y relevancia, será siempre publicado primero allí.
- Consultar a tu líder de iglesia o campo local. Preguntar y mostrar, si fuera posible, para que pida la opinión del anciano, del pastor, del director de algún departamento.
- Buscar a los líderes de Comunicación de la IASD en su área. Ellos están capacitados para recibir y transmitir informaciones relevantes a los miembros.
La insistencia en buscar informaciones exactas o más completas, no quiere decir que somos incompetentes, sino que es un deber de todo buen ciudadano y de todo buen cristiano. Siempre ten mucho cuidado con las noticias que llegan a sus grupos de WhatsApp o a las páginas de Facebook. No sea que alguna vez termine reenviando ¡fake news!