El exilio de los inocentes
Miles de refugiados son niños que escaparon de una guerra sin tregua, ¿qué hacer con ellos? Lea este artículo.
Como si no bastase haber escapado del terror que viven los residentes de Mosul en Irak, tras la guerra, ahora que perdieron seres queridos, sueños y bienes, medios de comunicación informaron que el 12 de junio cerca de 800 refugiados del campamento de Hassansham U2 fueron envenenados con alimentos. Del total, 200 han sido llevados a los hospitales más cercanos por su gravedad.
La espeluznante vida de refugiado hoy en día se vuelve más difícil, mucho más en Medio Oriente, donde las temperaturas están alcanzado los 40 grados y donde la falta de “todo”, torna el ambiente mucho más enmarañado. Donde los residentes viven con el temor de que el terror vuelva a buscarlos sin piedad, para dejarlos en completa calamidad.
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Miles de niños, mujeres, ancianos, los más vulnerables viajan kilómetros esperando llegar al algún campamento de la Naciones Unidas que los acoja, en sus ojos se puede ver desesperación, hambre y miedo. Muchos claman por un vaso de agua, ante el ardiente sol o por un pedazo de pan después de varios kilómetros a pie buscando refugio entre bombas y balas.
“Porque tuve hambre, y me disteis de comer; tuve sed, y me disteis de beber; fui forastero, y me recogisteis”.
Mateo 25:35
Existe un video, que se ha viralizado, donde aparece un niño sirio que hace mucho tiempo que no comía, y cuando el reportero lo encuentra y le pregunta cuál es su sueño, él pequeño responde que es comer pan. Él y su familia hace dos días que se habían alimentado, y la próxima pregunta llega para enseñar a la gente de occidente a ser agradecida con lo que tiene. “¿Qué han estado comiendo?”, se le pregunta al niño. A lo cual él responde: “comemos césped”.
Para las Naciones Unidas, el mundo está siendo testigo del mayor número de desplazamientos de los que se tienen constancia. Una cantidad sin precedentes de 59,5 millones de personas en todo el mundo se han visto obligadas a abandonar sus hogares. Entre ellas, hay casi 20 millones de refugiados, de los cuales más de la mitad son menores de 18 años. Además, hay más de 10 millones de personas apátridas a las que se les ha negado una nacionalidad y el acceso a derechos fundamentales, como la educación, sanidad, empleo y libertad de circulación.
Antes me solía preguntar, ¿hasta cuándo tanto sufrimiento? O pedía a Dios que los proteja de la violencia y del hambre. Hasta que me di cuenta que Jesús cuando estuvo en esta Tierra no se preguntaba 'el hasta cuándo'. En vez de bendecirlos con palabras, o de quejarse del sufrimiento humano ante su Padre, les mostraba quién era ese Padre al cuál respetaba y alababa. Un Padre lleno de amor y compasión.
“Ser llamado refugiado es lo contrario de un insulto; es una insignia de fuerza, valor y victoria”.
(Oficina de Tennesse para refugiados)
Jesús, el personaje que a través de los siglos permanece, nos dejó una grande lección de amor al prójimo, extender nuestras manos a los que sufren, como puentes de consuelo y esperanza. No es casualidad que el segundo mandamiento más importante de la Biblia sea: “Amarás a tu prójimo como a ti mismo”. Qué hermosa oportunidad que Dios nos da para mostrarle que así como su misericordia nos alcanza día tras día, esta se refleja en nosotros al tener compasión por los que sufren.
Gracias a Dios que existen maneras de ser la manos de Jesús. Una de esas iniciativas es un proyecto coordinado por ADRA Irak y Adventist Help al este de la ciudad de Mosul, en Irak. En ese lugar que parece tan distante para nosotros, hay corazones dadivosos que se dispusieron a servir y a predicar no con palabras, sino con actos de amor por medio de una Unidad Médica de Emergencias. La misma que atenderá a más de 100 mil refugiados.
Actualmente, se necesita de mucha ayuda, ya que todo fue adquirido por medio de donaciones. El llamado, en primer lugar, es para médicos, enfermeras y paramédicos que deseen dedicar parte de su tiempo para aliviar el dolor humano en Medio Oriente.
No yendo tan lejos, ADRA Argentina hasta el momento ha acogido a decenas de refugiados y solicitantes de asilo en ese país, como lo ha hecho la Iglesia Adventista en Sao Paulo, Brasil. Tal vez no tengas posibilidades de viajar fuera de tu región. Si es así, no te preocupes. Hay miles de maneras de mostrar el verdadero amor divino a aquellos que nos rodean, en especial a los que pasan por grandes necesidades.
Ha llegado el momento de hacer nuestra parte, orar, colaborar con alguna donación o ser un voluntario. Benefíciate a ti mismo, presta ayuda a un refugiado.
Y por el Día Mundial del Refugiado, envíales un presente de amor. Dona aquí para los refugiados de Irak y aquí para los refugiados en Argentina.