Reflexiones sobre la elección de Trump y los eventos finales
Hay necesidad de equilibrio y visión cautelosa en análisis religiosos sobre la victoria del presidente norteamericano Donald Trump.
La elección de Donald Trump como el 45˚ presidente de los Estados Unidos de América causó conmoción en todo el mundo. Las bolsas de valores están inestables, las monedas fluctuantes y la perplejidad de las declaraciones hechas por las afirmaciones de él. Al mismo tiempo, la elección hizo que algunos pesimistas extremos creyeran que el fin del mundo llegó ahora.
Considero importante, al calor de la elección norteamericana, presentar algunos puntos que deben servir de orientación para los cristianos. Lejos de cualquier defensa o ataque al nuevo presidente, una de las características imprescindibles al comparar las profecías bíblicas con los eventos que están aconteciendo es la prudencia y no tender a la exageración que lleva inevitablemente al fanatismo. El gobierno de Trump aún no comenzó y debemos esperar con cautela los efectos de su elección como el líder de la nación más rica del mundo.
Donald Trump es autor de frases polémicas, con posiciones contradictorias a muchos paradigmas construidos. Durante su campaña para la Casa Branca, por ejemplo, el magnate afirmó que pretende construir un muro en la frontera con Méjico para contener la inmigración ilegal, lo que debería ser financiado por el gobierno vecino. Posturas como esta son fuentes de especulaciones acerca de lo que se puede esperar de su gobierno. Pero es preciso ver lo que realmente se hará y si todas las promesas hechas se concretarán.
La elección de Trump sacudió también las estructuras del sistema político americano cuando el propio partido no lo quería como candidato, pero fue cediendo por la fuerza que él alcanzaba al traer de regreso el “sueño americano” aún con afirmaciones y acusaciones pesadas. Veo también que hay una tendencia global evidente en la elección del nuevo presidente estadounidense. El mundo está volviéndose cada vez más intolerante. Incluso antes de que Trump haga o no las cosas que dijo, una buena parte de sus electores votaron con la perspectiva de castigar a quienes no son iguales. Es un telón de fondo que se está formando.
Equilibrio
En cuanto a esto, la profecía bíblica continúa siguiendo su camino que, a veces, es complejo y hasta paradójico. Uno de los grandes peligros al cual muchos cristianos están sujetos es usar el clima inestable y lleno de cuestionamientos para crear un pánico espiritual. Cuidado, prudencia y discernimiento son las actitudes que se esperan de los cristianos. Debemos analizar con calma todos los efectos de la elección y no anticipar ningún evento hasta que tengamos la plena certeza y seguridad de lo que está por venir. Evalúe bien las publicaciones que usted hará y no divulgue textos sensacionalistas que no están respaldados por la revelación de la Palabra de Dios.
No todos en este mundo tomarán partido por los enemigos de Dios. Existen los que son fieles a Dios. Juan escribió: “[…] los que guardan los mandamientos de Dios y la fe de Jesús” (Apocalipsis 14:12).
Pronto se trabarán en violenta lucha los que sirven a Dios y los que no lo sirven. Todo lo que puede ser sacudido, lo será. Y eso acontecerá para que permanezcan las cosas que no pueden ser sacudidas. No sabemos si será en el gobierno de Trump. Pero en estos momentos vale la pena reflexionar en cómo estamos cuidando de nuestra vida espiritual.
Cuestiones como la libertad religiosa, el respeto a los derechos civiles de diferentes grupos, entre otros temas polémicos que involucran a la religión también continuarán siendo debatidos. Cómo será todo eso, todavía no lo sabemos. Vivimos aún en las expectativas, no las certezas.
No hay dudas de que grandes pruebas y aflicciones aguardan al pueblo de Dios. El libro de Daniel en el capítulo 12 habla de un período de “angustia, cual nunca fue”. La promesa de Cristo es nuestra mayor seguridad porque Él prometió que estaría con sus hijos en todos los momentos. No tenga miedo del futuro, lo mejor está por venir. Todo está en las manos de aquél que no falla. Con Trump o con cualquier otro, Dios es nuestra protección. Confíe, Dios sabe lo que hace y si permite que las cosas sean como son, hay un propósito para eso.
En las palabras de 2 Crónicas 20:20 eso se confirma: “Creed en Jehová vuestro Dios, y estaréis seguros”.