La historia de amor que abrió paso al cristianismo en dos continentes
Ethel, esposa de Clair, es considerada la primera profesora adventista en el territorio de la Misión Costa Oriental de Sudamérica (1894-1901).
Brasilia, Brasil... [ASN] Clair A. Nowlen (1865-1961) conoció a Ethel Threadgold, de nacionalidad inglesa, cuando ella decidió emigrar a Argentina como misionera, donde se uniría a la familia Craig en 1893. El objetivo era dar continuidad al trabajo que Nowlen y otros dos colportores (vendedores de libros cristianos) adventistas de origen germano-estadounidense: Albert B. Staufer y Elvin W. Snyder, iniciaron en Sudamérica en 1890.
Clair y Ethel iniciaron juntos su historia de amor cuando se casaron en 1895, con 30 años de edad. Cinco años después como fruto de esa unión, nació Marjorie en 1900, en el estado de Pensilvania, Estados Unidos. Esta historia se convirtió en pionera de la obra misionera en Sudamérica en países como Argentina, y Chile. Además de las Islas Malvinas, y en Centroamérica, en países como Honduras, Guatemala y Belice.
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Según el profesor Elder Hosokawa- coordenador del curso de licenciatura en Historia UNASP Engenheiro Coelho, São Paulo, Brasil- la historia de Clair, primer colportor adventista que ingresó a Chile en 1894, junto a su familia, es una muestra del espíritu misionero de los primeros años del adventismo al final de siglo XIX e inicios del XX. Los Nowlen estuvieron al frente del evangelismo de la página impresa en países con fuerte tradición católica.
Sufrieron privaciones, aceptaron una vida de mucha labor, con el objetivo de que el evangelio sea predicado. Los sacrificios que hicieron en situaciones penosas, de riesgo para la salud, tenían el único propósito de ser instrumentos de Dios en la predicación del evangelio que creían que debería ser hecho en los días en que vivían.
No se han encontrado registros completos de la familia, sin embargo la Review and Herald reconstruyó parte de la historia de los Nowlen. El escenario se abre en la última ocasión en que la escritora norteamericana Elena White estuvo en una sesión de la Conferencia General de los adventistas en 1909, donde afirmó: Les recomiendo este libro, refiriéndose a la Biblia. En el mismo evento se homenajeó a cuatro misioneros que murieron cumpliendo la misión evangélica, incluyendo una niña misionera de nombre Marjorie T. Nowlen y su madre Ethel.
Marjorie falleció a los ocho años de edad, el 16 de abril de 1908, víctima de la fiebre amarilla en Belice, colonia inglesa de Centroamérica que estaba siendo evangelizada por sus padres que trabajaban en el colportaje: Clair y Ethel.
Según fuentes originales traducidas por Hosokawa, lo más trágico fue que Ethel Threadgold, también fue afectada de una enfermedad tropical que la obligó a buscar el Graysville Sanitarium, una institución médica adventista en el sur de los Estados Unidos, conocido como Sanatorio Battle Creek. Enferma fue debilitándose y al pasar las semanas no resistió a la enfermedad y a la muerte de su única hija, Marjorie, ocho meses antes. Finalmente, Ethel descansó en la esperanza del pronto regreso de Jesús el 29 de diciembre de 1908. Murió lejos de su esposo que continuaba trabajando casi a 4 mil kilómetros al sur.
Ethel es considerada la primera profesora adventista en el territorio de la Misión Costa Oriental de Sudamérica (1894-1901), hoy conocida como División Sudamericana de la Iglesia Adventista. Permaneció dos años como profesora en el hogar de los Craig.
Misioneros en Centroamérica
Los Nowlen decidieron aceptar el llamado y trabajar en una colonia británica, en Honduras, de habla hispana, y recordar el idioma aprendido por los esposos en la ciudad de Buenos Aires, Argentina. E.W Snyder también colportaba en las inmediaciones de Belice. Ethel, poco antes de fallecer fue nombrada para el cargo de tesorería y secretaría de la Asociación Centro Americana, con sede en Belize.
Reconocimiento
William A. Spicer, secretario de las misiones mundiales de la Iglesia Adventista, más tarde electo presidente de la organización religiosa, escribió dos textos registrando el espíritu misionero de los Nowlens.
Clair al quedar viudo continuó con la obra del colportaje por muchos años en los Estados Unidos. Hablaba inglés, alemán y español. Colportó algunos años en New York donde conoció a Alice con quien se casó el 19 de septiembre del año de 1926.
La pareja se mudó tres años después para Clarkston (EE.UU), en 1929, donde residían dos de los hermanos de Clair. En 1949 Alice M. Nowlen murió, sin hijos. Clair vivió hasta los 96 años y falleció el 24 de junio de 1961. El pastor Robert E. Becker prestó los respectivos homenajes realizando la sepultura en el pequeño cementerio de Clarkston, Washington, Estados Unidos. [Equipo ASN, Cárolyn Azo con informaciones de Elder Hosokawa]
Fuentes
Clair A. Nowlen e E.W Snyder, “Work in South America.” The Home Missionary. Abril de 1892 p.91 e 92.
Ethel T. Nowlen. “Guatemala”. The Advent Review and Sabbath Herald. 9 de julho de 1908, p.19.
William A. Spicer “Fortieth Meeting”. The Advent Review and Sabbath Herald. 6 de junho de 1909, p. 334.
“One of the Little Ones”. The Advent Review and Sabbath Herald. 30 de abril de 1908, p. 24.
William A. Spicer “A Fallen Worker” The Advent Review and Sabbath Herald, 24 de janeiro de 1909, p. 6.
Yearbook of SDA. 1908. Takoma Park, MD: Review and Herald, 1909, p.127; Yearbook of SDA. 1909, Takoma Park, MD: Review and Herald, 1910, p.131.
“Obituaries: Alice M Nowlen”. North Pacific Union Gleaner. 15 de março de 1949, p. 6
“Obituaire: Clair A Nowlen” North Pacific Union Gleaner. 17 de julho de 1961, p. 5; “In Remembrance: Clair A. Nowlen.” The Advent Review and Sabbath Herald. 7 de setembro de 1961, p. 24.